DACA es la primera prueba de Trump

 

Entrevista a Juan Salgado

 

El líder comunitario Juan Salgado, director ejecutivo del Instituto del Progreso Latino y ex presidente de la Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights (ICIRR), charló con estudiantes en una high school en Pilsen. Después, conversé con él sobre el impacto de la elección para la comunidad migrante.

 


Hace diez años tú y yo hablamos de cómo Illinois es un estado pro-migrante. ¿Piensas que Illinois todavía es pro-migrante?

Es muy claro que este estado es pro-inmigrante. Hemos mejorado la perspectiva de los líderes en nuestro estado a través del tiempo. Me puedo acordar de cuando comencé a ser parte del movimiento de derechos para el migrante, de la situación en la que estábamos, y ahora miro a la realidad. La realidad es que tenemos un gobernador republicano que apoya la reforma migratoria. Tenemos un sinnúmero de líderes republicanos con negocios que promueven la reforma migratoria. Tenemos ahora una nueva senadora que apoya la reforma más que el senador Kirk, pero que también el senador Kirk apoyaba la reforma. Entonces en Illinois nos estamos moviendo en la dirección correcta. El problema no es Illinois sino el resto de la nación. Sin embargo, en Illinois hay ciertos lugares más difíciles para los migrantes, donde la perspectiva de bienvenida no se da, a pesar de que el migrante está contribuyendo. Entonces tenemos que estar en esas áreas apoyando a las familias, las organizaciones y las iglesias. Pero esas áreas son mucho más pequeñas que las que realmente dan la bienvenida y respetan al migrante. Nuestro estado está muy adelantado.

 

Hay mucha ansiedad, pues se dice que bajo la administración Trump va a haber un aumento en las deportaciones. ¿Qué piensas sobre esta posibilidad?

Es obvio que nuestra comunidad hubiera sido mucho mejor servida por la presidente Clinton. Sin embargo, la presidencia de Donald Trump es una realidad y nosotros tenemos que trabajar dentro de la realidad. El hecho de que tanta gente votó por él, que salieron nuevas personas de zonas rurales en todo el país que no habían participado, de que hubo personas dentro de nuestro entorno que silenciosamente apoyaron a Donald Trump, a pesar de todo lo que dijo. Tenemos que comprender que ésa es nuestra realidad. Honestamente yo no creía que ésa era la realidad. Pensé que Estados Unidos había avanzado en su forma de pensar. ¿Pero sabes qué? Cuando tienes una nueva realidad tienes que trabajar de ahí para mejorar las condiciones. Ahora sabemos dónde realmente estamos y tenemos que partir de ahí. Sí creo que va a haber un movimiento del candidato Trump al presidente Trump. Una cosa que es real para cualquier líder es que el peso de ese liderazgo causa otro tipo de reflexión y la mano de Dios está en eso también. [Trump] ya no tiene que pensar solamente en ganar, sino en cómo gobernar. Necesita la ayuda de muchos, no solamente de algunos. Sí creo que el presidente Trump va a caminar hacia una plataforma diferente de la que dijo. Es nuestra responsabilidad que su camino sea más extenso, más cariñoso, más beneficioso, hacia nuestra comunidad. Tenemos aliados en ese proceso. Tenemos que acordarnos que hay muchos republicanos que no estaban de acuerdo con él, y algunos lo dijeron públicamente: el ex presidente George Bush, muchos latinos republicanos, Paul Ryan, o sea, dentro del partido republicano tenemos muchos aliados que van a ayudar a que Trump se mueva de su postura como candidato hacia la de un presidente que realmente representa los intereses de nuestra comunidad. Estados Unidos tiene un sistema que protege a las minorías. Y si ahora nos sentimos más y más como una minoría con poca voz en frente de esta nueva realidad, tenemos que comprender que el sistema en cierta forma está a nuestro favor. Por eso tenemos que prepararnos para ser más partícipes en el futuro. Aunque el nivel de participación en nuestra comunidad ha incrementado, todavía no está donde lo necesitamos. Tenemos que trabajar desde ahorita para que nuestra gente siga solicitando la ciudadanía, para que siga registrándose para votar, y que el día que lleguen las votaciones estén presentes.

 

¿Qué puede hacer la comunidad migrante para resistir cualquier esfuerzo por aumentar las deportaciones y cuáles cambios pueden efectuar unas nuevas marchas?

El tema de los Dreamers es el primero porque el presidente Trump va a tener que tomar una decisión sobre DACA y eso va a ser su primera oportunidad para mostrar si va a ser diferente como presidente. Tenemos que asegurar que todos en su alrededor entiendan los extremos en que vamos a llegar como comunidad para proteger a esos jóvenes, y van a ser extremos. Yo estoy dispuesto —y sé que muchos estamos dispuestos— a tirarnos en frente de los camiones que quieren llevar a nuestros jóvenes y familias. Tenemos que hacerlo. Marchar es importante, pero tenemos que tomar otras medidas más firmes, no violentas. No puedes enfrentar el odio con el odio, el enojo con el enojo. Obviamente estamos enojados, pero cómo convertimos ese sentir en algo positivo, en algo espiritual. El día de la inauguración del nuevo presidente me la voy a pasar rezando, y le estoy diciendo a la comunidad migrante desde el miércoles, el día después de las elecciones, que debemos hacer el convivio de oración más grande de todo el país aquí en Chicago. En ese día a lo mejor no nos vamos a sentir muy bien sabiendo que este señor va a ser nuestro próximo presidente a pesar de todo lo que ha dicho, pero hay que rezar por él, por los líderes que están alrededor, y por las familias. Hay que tener otras estrategias que lleguen más al corazón del pueblo estadounidense. No hay que pensar por un momento que toda la gente que votó por Trump son de cierta forma racistas. Hay gente que votó por Obama que esta vez votó por Trump. No puedes explicar eso como racismo u odio. Lo puedes explicar como cambio, o como personas que están confundidas, que están buscando algo. Entonces tenemos que llegar a esas personas, no con gritos, no con acusaciones, sino con la mano extendida.

 

Se dice que la elección de Trump es una señal para que sus seguidores tengan una licencia para realizar actos de violencia contra los migrantes y las razas no blancas. ¿Piensas que va a haber más violencia?

Eso ya está pasando. El Ku Klux Klan acaba de anunciar una marcha para celebrar la victoria de Trump. Andaba yo en California con mi familia unos días antes de la elección, y mi hermana mayor nos dijo, “¡No salgan! Todos en bola. ¡Hay gente de Trump allá afuera!” Y nos reímos de ella. Dijimos “Ay, Alejandra, el mundo ha cambiado.” No. Paró una troca con cuatro hombres y nos gritaron “Trump!” y eso y el otro y “You Mexicans!” Y mis hijos dijeron “¡Ay, Dios mío! Mi tía tenía razón, papi. Tú no creíste.” Al mismo tiempo que estamos promoviendo el amor, la amistad y el entendimiento hay que estar consciente que sí dentro de la gente que apoya Trump existe un segmento muy racista que es capaz y ahora tiene una licencia como dices para expresarse y tomar medidas. Entonces como dice mi hermana, tenemos que caminar por el mundo con un poquito más de cuidado. No debemos pelear las palabras con palabras, ni escalar las situaciones. Tenemos que asegurar que somos fieles a una postura de amor, comprensión y progreso, mostrando espíritu y canalizando nuestro enojo en algo positivo. No soy fanático de cuando haya seguidores de Trump, salgamos nosotros, y estemos al otro lado de la calle gritándoles. Estoy en contra de eso. Si quieres hacer algo al estar ahí, ve a rezar por ellos. Muchos cristianos votaron por Trump. Y si realmente son cristianos podemos llegarles por la fe.

¿Piensas que hay una oportunidad realista para formar una coalición entre movimientos que no necesariamente comparten las mismas metas, por ejemplo, entre la comunidad migrante y Black Lives Matter?

Sí, muchas posibilidades. En la base de nuestra comunidad ya existe una hermandad fuerte. Estuve en Los Angeles, una ciudad grande y diversa donde los latinos ya tienen muchos años. Nuestros jóvenes latinos ahí viven una realidad muy similar a la comunidad afroamericana. Estuve en las reuniones de Black Lives Matter, y había más latinos que afroamericanos, ¡en una entidad organizada y llamada Black Lives Matter! Cuando estudié en la universidad no había suficientes latinos para tener una organización latina, y yo era parte del Black Student Union. Tenemos que entender esto: la comunidad afroamericana tiene una capacidad increíble de colaborar, sincronizar y luchar en conjunto. Y nosotros también la tenemos, y no sólo eso. Hay muchos otros migrantes del todo el mundo y aparte de migrantes los jóvenes que están viviendo y creando en una circunstancia diferente, donde se puede trabajar. Como cualquier progreso, por cada progreso que hay, se retrocede un poco hasta que puedes progresar de nuevo. Y esto es el momento cuando vamos a retroceder, y nuestros jóvenes, nuestras comunidades de color, van a ayudar a crear consciencia. Porque eso ya pasó. Es la historia de este país. Es un proceso: progresar, retroceder, reflexionar; progresar, retroceder, etcétera. Retrocede porque somos seres humanos y tenemos ciertas cosas malas adentro que tenemos que sacar.

 

¿Y tienes algún mensaje para los jóvenes que sienten mucha ansiedad sobre los próximos cuatro años?

El joven tiene que ser completamente libre para expresarse. Y nosotros como adultos, en las instituciones, en los hogares, tenemos que crear los espacios para esa libre expresión para que ellos sepan que en todos momentos van a ser escuchados y no juzgados. Es muy fácil en momentos como éstos juzgar. Juzgar a quien votó por Trump, incluso. La reacción no es entendimiento, no es escuchar. Los adultos tienen una gran responsabilidad de abrir espacios para escuchar a los jóvenes, y realmente escucharlos. Se ha dicho por muchas generaciones, pero nuestros padres han vivido momentos [difíciles]; a ellos también tenemos que escuchar, y respetar sus consejos y perspectivas. Los jóvenes tienen que ver la humanidad en sus padres, en los adultos, y apreciarlos. Es un momento en que las generaciones, las familias y las comunidades están unidas. Muchas familias están unidas por los hijos y podemos cruzar ciertas barreras por ellos, entonces los muchachos tienen que saber que tienen ese gran poder en sus manos y tienen que usarlo, porque los adultos a veces se cansan. Yo que marchaba te digo que ya no quiero marchar. Yo me tiro en frente de un camión antes de que marche, pero si los jóvenes quieren marchar, ¡que marchen! A lo mejor al ratito yo les acompaño.

 

Esta última pregunta es de una de mis estudiantes; ella te quería preguntar algo personal. ¿Si no fueras mexicano, todavía estarías involucrado en la lucha para los derechos del migrante?

Obviamente la vida que uno lleva informa la perspectiva que tiene. He conocido a tantas personas tan iluminadas, no son latinos, no son afroamericanos, son nacidos en Estados Unidos, personas con tanto privilegio, que pueden hacer lo que quieran con la vida, pero deciden [luchar] porque están iluminados. Tienen una visión y un compromiso hasta más grande que el nuestro. A veces no tienen los mismos miedos que tenemos nosotros. Esto se trata de la relación entre seres humanos. No se trata nada más de quien vive la condición pueda entenderla. Si yo puedo entender muchas condiciones que no he vivido, ¿por qué alguien que no es latino no? Esa capacidad humana existe. Yo la he visto y sé que es mucho más poderosa que los que tienen odio, los que fomentan la supremacía de una raza. Si sólo fuéramos nosotros, yo estaría bien preocupado. Pero no es así. Hay tantos aliados, tanta gente de buen corazón, que quiere el progreso de todos.

 

Alex Wyman es maestro en Pilsen desde 2001.