El extraño caso de Camazotz (parte dos)


Camazotz a lápiz como lo recuerda la pintora Alma Domínguez

 

Luego de publicar mi artículo sobre Camazotz, que incluía el retrato hablado del joven David Dorol, recibí varios correos electrónicos en los que tres lectores me ofrecían nueva información sobre el Dios Murciélago, como le han llamado los ilusos residentes de Back of the Yards. La artista Alma Domínguez me reportó que en octubre de 2017 estuvo con Camazotz, aproximadamente media hora, en el Supermercado La Chiquita de Cicero. Domínguez describió en dos líneas las orejas puntiagudas del personaje, “algo que jamás había visto”, y envió un dibujo, que no es retrato hablado, como el de Dorol, sino trazos y sombras que ella guarda en su memoria. 

En otro email, un residente de Chicago cuyo nombre no puedo compartir me ha informado que en el tiempo que Camazotz vivió en el sur de la ciudad se encontraron dos decenas de animales destripados, mapaches, zarigüeyas, zorrillos, conejos, lo cual hace suponer que Camazotz, o alguien con sus características, chupaba la sangre de estos animalillos de la urbe. Dice el emisario: “Es mentira que sólo lamiera la sangre derramada de las víctimas, como nos ha hecho creer la periodista Lydersen.” El Departamento de Control y Rescate de Animales (ACR, por sus siglas en inglés) tomó cartas en el asunto por tratarse de un posible murciélago de pelo canoso, hoary bat, pues este mamífero propaga un tipo de rabia que afecta de inmediato el sistema nervioso central. 

Movido por el interés de saber si hubo víctimas humanas, he dejado un par de recados en el número de emergencias de ACR, pero nadie ha respondido, tal vez porque llamé en día feriado. Sorprende que se siga hablando en un par de medios sobre un animal hiper-agresivo o sobre la encarnación de un dios, cuando solamente se trata, como señalé en mi primera entrega, de un indocumentado excéntrico que fue arrestado el 15 de febrero del año corriente y deportado a la brevedad.

El nombre Camazotz sin duda atrae, y no poco. El tercer correo que recibí, enviado por el joven Calixto Acosta, hace alusión a la película A Wrinkle in Time en la que el villano es vampiro y se llama…of course, Camazotz. El joven también me describe el caso de un lobo, o más bien de un hombre-lobo, aniquilado por un ranchero el 16 de mayo en el estado de Montana, y me envió el enlace de la cadena televisiva ABC que aquí comparto. Mi respuesta al joven Calixto fue rotunda: “esa bestia que aparece en la foto no es Camazotz”.

 


Presione al enlace para leer la noticia sobre la bestia misteriosa en el portal de la ABC.

 

Wikipedia anota de manera imprecisa que “Camazotz o Camazot es un personaje de la mitología maya y azteca, considerado murciélago asesino y con una jurisdicción que supera al mundo conocido por los hombres.” La misma página señala en otro párrafo que esta deidad es de origen zapoteca, del año 100 a.C., e incorporado posteriormente al panteón divino de las otras culturas mesoamericanas. En las Bibliotecas Públicas de Chicago hallé sólo datos minúsculos en libros especializados que me remitieron a la fuente primaria, el Popol Vuh, ese libro sagrado de los hombres de maíz, es decir, los mayas. En su capítulo tres, el libro arroja luz sobre el origen remoto de Camazotz, que vino de las profundidades de la Tierra y que era maestro del sacrificio, que descabezó a los hombres hechos de madera y que prometió volver al inicio de cada milenio.

No sin asombro descubro que el original en español del Popol Vuh, escrito por el cura doctrinero Francisco Ximenez en 1550, se encuentra en los anales de la biblioteca Newberry de Chicago. ¿Qué hace en esta ciudad la biblia de los pueblos precolombinos? ¿No debería estar en Guatemala o Chiapas ese libro? He solicitado autorización para leer esas palabras que nos hablan de los mitos y las leyendas del pueblo maya quiché; me aseguran los administradores del Newberry que estaré frente al original el viernes 27 de julio. Ya dije en el artículo anterior que he sido periodista durante diez años. Al parecer, ese Camazotz me está volviendo antropólogo e historiador.

También abogado. Pues he solicitado a la policía local lo que se conoce como Freedom of Information Act para recabar ya no opiniones ni testimonios desbalagados de individuos y enlaces de Internet sino datos fidedignos que indiquen con certeza quién era (o es) el tal Camazotz.

Al cierre de edición, la pintora Alma Domínguez me autorizó publicar su dibujo, líneas rectas y curvas que comparto con usted, amable lector.   

 

El extraño caso de Camazotz (parte uno)

R.Díaz: Estudió Arquitectura en su país natal. En Chicago se ha desempeñado como periodista freelance. Participó en el taller literario del poeta Mignolio. Como parte de su obra narrativa, aspira crear una ciudad literaria que lleve por nombre Los Encuentros.