El Reino de las Sombras y el olvido de los desaparecidos en México

 

Su reino se encuentra en las sombras donde nadie conoce sus nombres verdaderos, solo los apodos que se han asignado entre ellos por alguna razón sangrienta u otra menos sanguinolenta. Nadie puede tocar este reino, salvo el gobierno que camina de la mano con los narcos. Y cada día este reino, la Tierra del narco, va ganando adeptos, va retomando impulso. 

Bernardo Ruiz —director de Reino de las sombras— ha identificado a tres personas y se ha dado cuenta del costo humano que ha engendrado la guerra contra las drogas tanto en México como en Estados Unidos. La hermana Consuelo Morales vive en la ciudad de Monterrey. Esta ciudad ha sido devastada por las operaciones de los traficantes y la violencia que generan para seguir operando impunemente. Morales trabaja con los familiares de los desaparecidos y se esmera por obligar a los funcionarios gubernamentales a tomar medidas legales contra los carteles de la droga. A pesar de sus esfuerzos, los funcionarios raramente inician una investigación para resolver crímenes donde ellos mismos están coludidos. Sin embargo, ella continúa su ministerio luchando día con día.

La segunda perspectiva en el documental proviene de don Henry Ford Jr., un campesino del sur de Texas. Como todo campesino lucha por mantener a su familia y ganarse la vida honestamente. Pero Ford tuvo que buscar otra manera de ganar dinero porque la industria de la agricultura ya no le estaba produciendo ganancias suficientes. En la década de 1980, el tráfico de drogas era muy diferente y menos violento que hoy en día. Y como resultado, Ford aprovechó la oportunidad de ganar dinero rápido sin arriesgarse demasiado. Es decir, lo hizo hasta que el riesgo finalmente llegó a ser demasiado alto. 

Y por último, Oscar Hagelsieb brinda otra perspectiva sobre la otra cara de la guerra contra las drogas. Hagelsieb creció en la ciudad fronteriza de Socorro, Texas, justo al este de Ciudad Juárez. Hijo de inmigrantes mexicanos, Hagelsieb no tuvo muchas oportunidades en su juventud de sobresalir. Mientras que los que le rodeaban cayeron en la tentación de los carteles, Hagelsieb se convirtió en agente de la patrulla fronteriza. Se convirtió en responsable de infiltrar los cárteles de la droga para apoderarse de los envíos y la captura de los integrantes más notables de dichos cárteles. Su habilidad para abrazar la dualidad de ser un funcionario federal y al mismo tiempo pretender ser un miembro del cártel de alto perfil lo llevó a su posición actual como agente especial a cargo de la división de Investigaciones de Seguridad Nacional de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.

Este año el gobierno mexicano dio a conocer que más de 20,000 personas han desaparecido en México en la última década. Mientras Ruiz mencionó este punto, su documental no investiga las profundidades de esta crisis, que quizá sea el aspecto más llamativo de lo que su película pudo mostrar. Ruiz tuvo la oportunidad a través de la hermana Morales de obtener una comprensión más completa de las familias de los desaparecidos. Una de las partes más interesantes del documental fue cuando la hermana Morales habló con los funcionarios acerca de sus investigaciones sobre las desapariciones. En esta escena era evidente lo poco que el gobierno estaba dispuesto a hacer por los desaparecidos. En lo particular, me hubiera gustado aprender más sobre el papel del agente Hagelsieb y la vida anterior de Ford como traficante de drogas.

La desaparición no es poco común en América Latina. Por ejemplo, durante la dictadura argentina desaparecieron casi 10,000 personas entre 1974 y 1982. Por otra parte, se estima que 70,000 personas desaparecieron durante la dictadura de Efraín Ríos Montt en Guatemala entre 1982 y 1984. Y mientras tanto en México según el Ministerio del Interior de México desde el 2006 hasta la fecha van más de 164,000 muertos y 30 mil desaparecidos por la supuesta guerra contra el narcotráfico. Asimismo, la tragedia de Ayotzinapa pareció ser el golpe final que demuestra una policía despótica y de cómo el Estado está coludido con el crimen organizado. 

La violencia continúa afectando a la gente de a pie en México, pero son las desapariciones que han devastado al pueblo hasta el punto de transparentar el dolor en los rostros de los familiares y el deseo de encontrar a sus desaparecidos. Si Ruiz se hubiera centrado más en el problema de los desaparecidos en México, tal vez su documental hubiera logrado algo que ningún otro documental ha hecho sobre la guerra contra las drogas. Ruiz tuvo el acceso, pero lo desperdició.

Aunque no hay duda de que Bernardo Ruiz produjo un documental conmovedor, Kingdom of Shadows, el contenido en relación a las tres perspectivas que se presentaron no le permitió descender a las profundidades más oscuras de la guerra contra las drogas y la crisis de las personas desaparecidas en México. Hasta que un cineasta asuma el riesgo de explorar todos los factores que contribuyen al gran problema de las personas desaparecidas, cualquier documental se quedará flotando en la superficie.

 

 

Parker Asmann se graduó en periodismo y en español en DePaul University, en el 2015. Reside en Chicago y le interesan los temas de derechos humanos y justicia social. Es miembro del consejo editorial de El BeiSMan.