Había mucha neblina o humo o no sé qué: una reescritura cartográfica de Juan Rulfo

 

Había mucha neblina o humo o no sé qué de Cristina Rivera Garza
Penguin Random House Grupo Editorial, 2016, 209 páginas, $17.11, ASIN: B01LZS40ZI

Nadal Suau explica un texto misceláneo como algo que parece, “a crónica y a veces ensayo con bibliografía incorporada, siempre cerca de la autoficción, finalmente novela representativa del momento que atraviesa el género”. El más reciente texto de Cristina Rivera Garza Había mucha neblina o humo o no sé qué es un texto misceláneo: definiéndose como algo “mixto, vario, compuesto de cosas distintas o de géneros diferentes”. Bien podría denominarse como híbrido, experimental o fragmentado, o incluso impermeable como Rivera Garza lo considera pero de alguna manera todos estos términos, salvo el último, son ya términos llenos de cierto bagaje literario que no le corresponde a este texto. Es por eso que denominar Había mucha neblina o humo o no sé qué como misceláneo es lo más debido porque incorpora una serie de voces, textos y estilos narrativos en el cual el enfoque o punto de partida es Juan Rulfo y su obra. Dentro del “universo” narrativo de este texto misceláneo, la meta de la autora es aproximarse a la figura de Rulfo quien el lector puede entender como el fulgor que dirige la acción, ya que el texto está compuesto de diversos estilos narrativos y registros lingüísticos que giran entorno a la figura de Rulfo.

La escritora se refiere a Rulfo como “mi Rulfo mío de mí” e inicia su búsqueda afuera, no en las fotografías de él, ni en las previas indagaciones con respecto a sus dos textos —El llano en llamas o Pedro Páramo— ni mucho menos en los estudios sobre la vida personal de Rulfo, al contrario. Ella sale del archivo, del aula y del texto y se va hacia afuera, tras los pasos de él, porque ella da importancia a la búsqueda de las condiciones materiales de la escritura de Rulfo. A lo que ella se refiere es al proceso técnico y práctico de escribir, ya que para ella el acto de escribir no es sentarse en la torre de marfil y dejar que la inspiración salga de la nada. Al contrario, para ella escribir requiere de un acto práctico que pide de tiempo, la silla, el instrumento de escritura y los libros. Ella busca el cómo, dónde y cuándo se llevó a cabo el acto de escribir de Rulfo y lo hace recorriendo los mismos sitios que él recorrió. Lo hace para andar en los zapatos de él, como así lo dice ella y de esta manera ella inicia la peregrinación. Crea así una cartografía narrativa de la vida de Juan Rulfo. La meta es poder entender el espacio que él alguna vez habitó, y conocer un no sé qué.

De esta manera, a lo largo de su recorrido por coche ella va por el mismo terreno que él pisó, y en esa caminata metafórica, ella pasa por la ciudad de México, Oaxaca y Jalisco. A lo largo de esa odisea la cual se paralela a la de Juan Preciado a Cómala, ella también va en busca de un hombre pero no para conocerle sino para intentar entender la escritura, desde otro punto de vista. A partir de ese recorrido ella lo va narrando como un hombre remoto hacedor de ficción a veces urbana, indígena o queer. Para ella la novedad de la ficción de Rulfo está en que todo eso se encuentra en Pedro Páramo y El llano en llamas.

Por otro lado, poco a poco, a lo largo del texto ella continúa insertándose en aquel espacio que el mismo Rulfo navegó alguna vez, lo cual hace que el texto misceláneo de ella vaya dándose forma como un texto narrativo en donde ambos Rulfo y ella comparten el papel protagónico. Claro, el lector conoce a otro Rulfo pero también en esa caminata verbal, se va conociendo el mundo de ella: el contorno de ella como lectora de él. Así, ella va narrándole al lector cómo leerla a ella, ya en un futuro lejano. De alguna manera, esto es como decirle a su lector, y no al lector de él vayan en busca de mi cartografía fronteriza, pónganse mis zapatos y salgan en busca de “mi yo mío de mí” que quedó allá en Indiana, California, Texas, Tamaulipas y la Ciudad de México y todos esos sitios que sigo transitando, ya que como él, también lo hice por la misma razón que Rulfo lo hacía: “‘lo que pasa es que yo trabajo’ hacía, pues, referencia a la interrupción que representaba ese trabajo, a las necesidades que satisfacía, a la independencia que otorgaba. Todo junto y todo a la vez” (90). Esto, el tener que trabajar para sobrevivir para poder escribir, era lo que ella intentaba conocer. Rivera Garza en este recorrido por México para conocer el espacio transitado por Rulfo cuando él escribía concluye con la rescritura de la ficción de él por medio de ella. Este texto misceláneo ofrece una ventana al recorrido cartográfico trazado por medio del lenguaje sobre aquel México que Juan Rulfo habitó y como resultado el lector de Había mucha neblina o humo o no sé qué sentirá el deseo de releer al escritor desde otro horizonte.

 

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Julio Enríquez-Ornelas. Is an Assistant Professor of Spanish at Millikin University. He received a PhD from the University of California, Riverside with a specialization on Latin American literature and culture. For comments he can be reached at jenriquezornelas@millikin.edu