Homenaje a Carlos Cortez y a Rudy Aviña en exhibición del Día de Muertos


Ofrenda al artista Carlos Cortez: Yo soy canción de Coyote, realizada por David Pesqueira.

 

De la parca nadie se puede escapar.

Y es con ese sentimiento que hacemos un recorrido a la exhibición “La Muerte Niña: Day of the Dead” del Museo Nacional de Arte Mexicano en esta ciudad de Los Vientos, la cual tuvo su apertura este fin de semana.

Con artistas de ambos lados de la frontera, la exhibición contiene trece ofrendas creadas para recordar a artistas, estudiantes y miembros de la comunidad. La exhibición este año está dedicada a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, México.

En “La Muerte Niña: Day of the Dead” encontramos algunas verdaderas joyas de creatividad. Una de las mejores este año es sin duda la instalación, creada por David Pesqueira y asistido por Mark Ernst, dedicada al grabador Carlos Cortez.

Esta instalación se titula Yo soy canción de Coyote y una leyenda en inglés, español y náhuatl nos informa: “Soy Koyokuikatl, solo busco las flores sobre la tierra, solo he venido a cosecharlas”.

La instalación contiene siete grabados del artista Chicano-alemán nacido en 1917 en Milwaukee, Wisconsin, y quien en la década de 1970 se mudó a vivir a Chicago.

Entre las prendas y objetos que nos hacen recordar a Cortez en esta instalación son su sombrero, sus lentes, un libro de poemas del artista, Crystal Gacing the Amber Fluid, una mascada o paliacate y una botella de whiskey Wild Turkey 101.

Cortez murió el 19 de enero del 2005 a la edad de 82 años, en Chicago, y es considerado un gran artista entre el ámbito hispano y el ámbito izquierdista radical de donde proviene su formación. Desde su juventud este artista de renombre estuvo activo en causas a favor de los trabajadores, contra la Guerra y a favor de rescatar la cultura de los mexicano-americanos, conocidos como Chicanos durante las décadas de 1970 y 1980.

Durante gran parte de su vida, el finado artista fue miembro de la organización Industrial Workers of the World (IWW) con quien organizó, escribió y ayudó a distribuir su periódico.

Cuando surgió el Movimiento Chicano, éste le ofreció otra avenida a Cortez para aportar su talento a varias causas.

Cortez adoptó el nombre “Canción de Coyote” en una ceremonia náhuatl en Pilsen en la década de 1970 y en vida llegó a contar que la idea de este nombre le vino cuando purgó una condena de dos años en la prisión federal Sandstone, Minnesota, después que se declaró un objetor de conciencia y rehusó participar en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

Asimismo llegó a contar que mientras estaba en la cárcel, en las noches escuchaba a los lobos aullar. Para él siempre significó la libertad que él y muchos otros anhelaban.

La ofrenda también está dedicada a Mariana Drogitis, su esposa. Drogitis nació en Grecia y con ella compartió a demás de la vida, la lucha por lograr una mejor vida para todos.

 


Ofrenda a Rudy Aviña, creada por Eleazar Delgado.

 

Otra ofrenda de interés es la instalación creada por Eleazar Delgado y asistido por Jeff Maldonado, Maricarmen Moreno, Roberto Valadez y Rosie Campanita Torres. Está dedicada a Rudy Aviña, quien falleció el 30 de mayo de este año después de un incidente violento en un bar de Pilsen.

La instalación consta de cuatro tambores de diferentes tamaños, con una fotografía en un marco decorado con mariposas monarcas. Según los creadores, los tambores en la cultura indígena son sagrados y llaman al espíritu de la humanidad. Las mariposas, en el entorno azteca, son las almas que regresan al sol.

Aviña, nació en Michoacán, México, en 1971 y tenía 43 años al fallecer. Aviña fue un amante apasionado de las bellas artes, la música, la alegría y las amistades.

Aviña tenía su propio negocio, Creative Framing, cerca del centro de Chicago y además de ser propietario era un experto en crear marcos para el mercado del arte.

En otra ofrenda de interés, la activista Carmen Velázquez rinde homenaje a su madre Shirley Soledad Lozano Velázquez, quien fue la matriarca y pionera de la familia Velázquez, que incluye a Arthur Velázquez Jr. y a su finado padre Arturo Velázquez Sr. El emotivo tributo contiene una sección fotográfica notable. La fotos color sepia de los miembros de esta familia recuerdan los tiempos en que muchos inmigrantes mexicanos arribaron por primera vez a Chicago.

Entre las estrellas de la pantalla y la música recordados este año en la exhibición se encuentran El Santo, el Enmascarado de Plata, cuyo nombre era Rodolfo Guzmán Huerta (1917-1984); el actor Anthony Quinn (1915-2001); y la súper estrella que una bala apagó en plena cúspide: Selena Quintanilla (1971-1995).

El Santo, un luchador que acumuló una carrera de cuatro décadas, se convirtió en una leyenda y mito en el ring y, después, en el cine. En esta exhibición se le recuerda con un ring lleno de máscaras plateadas y su nombre en una marquesina. Juan Javier y Gabrielle Pescador, oriundos de Michigan, crearon esta ofrenda de carácter tradicional con un toque de modernidad patinada en colores plateados.

Quinn, cuyo nombre verdadero era Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca, nació en Chihuahua, México, y logró llegar a ser una estrella mundial del cine. La instalación recuerda a algunas de las películas sobresalientes del gran actor. Pero la película Viva Zapata (1952) está ausente, con ella Quinn ganó un premio Oscar. El homenaje lo realizó Hugo Crostwaite y lo asistió Theresa Magurio.

Quintanilla, la reina del sonido Tex-Mex, se le recuerda justo a los 20 años de su partida a manos de una empleada irritada de la familia Quintanilla. El homenaje lo realizaron los texanos Al Rendón y Henry M. Deleon.

Aparte de la exhibición, una galería titulada In Memoriam, en la antesala a la sala de conferencias del museo, rinde honor a figuras del país que han fallecido en lo que va del 2015, incluyendo a la actriz Elizabeth Peña; el gran activista de los derechos civiles Julián Bond; el astro de los blues B.B. King; el gran escritor alemán Gunter Grass; y el recio activista Reis López Tijerina.

 


Al Rendón y Henry M. Deleon crearon la ofrenda dedicada al Santo, el Enmascarado de Plata.

 

Antonio Zavala, escritor y periodista, también participa y dirige el grupo Coyolxauhqui Danza Azteca y el grupo de teatro Carpa Quinto Sol.