Intermitentes

 

Intermitentes

 

De tanto ir y venir, 
nos hemos convertido en luciérnagas, 
en luces intermitentes en las noches de verano, 
en insectos encantadores dentro de jarras de vidrios, 
revoloteando, 
iluminando, 
agonizando en cada vuelta al no poder escapar. 

 

Intermitentes, 
como un semáforo chueco que provoca tantas fricciones, 
contracciones, 
desvíos, 
disminuciones involuntarias de velocidad o paradas absolutas, para dar paso a alguien más.

 

¡Cuánta mediocridad y belleza en el titilar! 

 

Nos quedamos inertes,
complacidos del punto medio y al mismo tiempo absortos de tanta luz, 
de tanto brillo, 
por la coalición de tus células y las mías. Intermitentes, 
como esas cosas sin terminar.

 

 ∴

 

Ese olor

 

El otoño tiene ese olor de deshojarse tan deprisa,
de dejar caer su peso uno a uno sin importar los colores,
de inventarse un vestido de palitos marrones para cubrirse del frio,
de arrojarse sin aviso,
sutilmente,
como un baile improvisado siempre a tres tiempos.

 

El otoño tiene esa caricia con sabor a madera dulce impregnada en los pies descalzos,
de picadura recién fumada,
de sus dedos enredados en mi pelo cálido aunque el viento le haya robado un poco de brillo al sol,
de sonidos de papel seco con frases cortas que dicen tanto,
de ventanas entreabiertas hasta el amanecer.

 

Y es que el otoño tiene esa cordura disonante,
ese respiro de cambio de tercio,
de “llegaré pronto”, “duraré poco” y “me extrañarás siempre”,
de ese recuerdo perfecto de aquel hombre sentado en la Plaza Nouvel.

 

Fermina Ponce. Su primer libro de poesía “Al Desnudo”, fue publicado por la casa editorial Oveja Negra®, y presentado en la pasada Feria Internacional de Libro de Bogotá, (FilBo 2016). También fue presentado en la Universidad de Guanajuato el pasado 30 de septiembre y hace unas semanas durante los eventos organizados por El Beisman como parte del “Segundo Encuentro de Autorxs Latinxs en Chicago”.