La presencia de Hugo Gutiérrez Vega


Hugo Gutiérrez Vega. Foto: suenamexico.com

 

La generosidad es una nobleza que caracteriza a Hugo Gutiérrez Vega. Lo conocí a mediados de la década de 1970 en un evento al que fui con mi amigo Pancho Casillas. El poeta estaba ya en una mesa vestida de verde en el podio de un recinto municipal ubicado allá por la Minerva. El Occidental en su espacio Puertas Afuera había anunciado una “lectura de poesía” del escritor jalisciense, quien luego de su presentación, inesperadamente, anunció un enroque en sus planes. Cedió con su voz el lugar a Mario Benedetti quien acababa de publicar su Poemas de otros. Dijo Gutiérrez Vega: “Voy a ofrecerles los poemas de este libro que acaba de aparecer”… y nos regaló, leyéndolos, esos poemas de su amigo.

Gutiérrez Vega conoció a Benedetti durante la época en que vivió en Italia. La amistad es otra de sus generosidades. Los escritores mexicanos de su generación, Fernando del Paso, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis dan cuenta de ello pero asimismo son innumerables los amigos que por el mundo tiene este viajero.

Gutiérrez Vega contaba con 30 años cuando frecuentaba la casa de Rafael Alberti en Roma. Se habían conocido en el mundo del teatro; Gutiérrez Vega ama el teatro de toda la vida. En aquéllos años había fundado una compañía teatral (Grupo de Teatro Iberoamericano de Roma) y había llevado a escena una pieza de Alberti… A raíz de ello se hicieron grandes amigos, compartían la ciudad, se encontraban frecuentemente, sobre todo en la casa del gran poeta español quien le doblaba la edad y quien se convertiría en una especie de faro para el jalisciense. En casa de Alberti conoció a varios personajes clave en su vida; además de Benedetti, ahí se hizo amigo de Pablo Neruda y de Miguel Ángel Asturias, tal como el propio Gutiérrez Vega lo ha ido comentando en sus escritos y entrevistas.

Con Asturias, Alberti y Neruda viajó a Europa del Este y al volver a Roma conoció a Gonzalo Losada, de Editorial Losada de Buenos Aires, a la que había enviado su primer libro de poesía (Buscado amor) y donde fue publicado con un poema de Alberti como prólogo.

Gutiérrez Vega ha señalado que con Alberti creció su amor por la poesía; de Pablo Neruda ha dicho que gracias al chileno supo que la poesía está relacionada con cada circunstancia de la vida, del mundo; con Miguel Ángel Asturias, nuestro poeta jalisciense aprendió la conexión, la correspondencia de los indígenas con la tierra. Roma le dio entre otras grandes cosas esos tres momentos fundacionales en su obra.

En la actualidad es director del suplemento cultural La Jornada Semanal del periódico La Jornada donde mantiene su columna Bazar de Asombros. Es doctor en derecho por la Universidad Autónoma de Querétaro de la que fue rector; catedrático de la UNAM; también ha sido director de la Casa del Lago en el DF; por supuesto, actor y director de teatro; diplomático; editor; periodista y promotor del periodismo cultural (ese género en peligro de extinción); hombre de radio (es fundador de Radio Universidad de Guadalajara, aunque él comparte ese crédito con Ignacio Arriola y Ernesto Flores, sus amigos tapatíos); viajero infatigable; traductor, ensayista y sobre todo poeta… un poeta de gran sensibilidad, con una obra inteligente, bella, profunda y una esencial actitud anti-solemne. Todo lo que ha hecho en su vida tiene presencia en su obra poética. Evidentemente sus viajes. Su poesía y sus itinerarios guardan una relación íntima. Él mismo ha pregonado que ha escrito tantos libros como ciudades ha amado… Atenas, Roma, Madrid, París, Londres, Nueva York, Washington, Río de Janeiro… Sus paisajes, sus seres amados, personajes lejanos… Todas las vivencias por las ciudades del mundo están en sus líneas poéticas.

Nacido en Guadalajara, Gutiérrez Vega creció y cursó sus primeros estudios en la zona alteña de Jalisco, en Lagos de Moreno; y si bien su espíritu viajero lo ha llevado lejos, siempre ha mantenido su presencia en esta ciudad.

Por eso ha sido sin duda una acción atinada la creación, en diciembre de 2009, de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega en la UdeG, que se debe a la iniciativa del Foro de Periodismo Cultural de la FIL.

Según supe, en el trajinar de invitaciones, lecturas, ponencias que dentro de ese foro dictaban literatos y protagonistas del periodismo cultural, de pronto apareció la idea y sobrevino la invitación al maestro Gutiérrez Vega. Impresionó y creció otra idea, la de homenajearlo. Le hacen un homenaje de agradecimiento y es cuando nace su Cátedra planeada con Lagos de Moreno y Ciudad Guzmán como sedes; aunque en estos días el Paraninfo universitario se dio el lujo de presentar al poeta acompañado de su también amigo Fernando del Paso, donde charlaron en torno a la novela Noticias del Imperio, a instancias de Gutiérrez Vega, quien ha considerado propicio revisitar esa portentosa novela de Del Paso, quien merece enfoque aparte.

Gutiérrez Vega, como lo fue Carlos Monsiváis, es un promotor de la Reforma que considera uno de los momentos más luminosos del país, por eso propuso la revisión de Noticias del Imperio. Ya que entra de nuevo el nombre de Monsiváis, hay que apuntar que fue con él con quien primero se hizo acompañar el poeta en la primera sesión de su Cátedra (el 1 de diciembre del 2009); Monsiváis la inauguró dialogando con el jalisciense, cosa que éste recordaría luego en un repleto Paraninfo cuando entre anécdotas y memorias entrevistó a Del Paso en torno a la novela de éste.

Dos imprescindibles de Jalisco son Del Paso y Gutiérrez Vega, de notable relieve su cátedra con Noticias del Imperio como fondo, al señalar el momento actual de la Iglesia (la tapatía como representativa de la nacional) y el Estado mexicano laico, establecido en las Leyes de Reforma decretadas por Benito Juárez en Veracruz unos años antes del imperio representado por Maximiliano y Carlota, materia prima de la novela.

Su Cátedra, su obra, su experiencia, su aportación al mundo de la cultura han propiciado a la fecha otros muchos merecidos reconocimientos a Gutiérrez Vega. Para completar estos renglones quiero señalar uno por peculiar y también otorgado en Guadalajara en 2010, el de Periodismo Cultural Fernando Benítez en el contexto de la Feria Internacional del Libro, un premio que cobra singular significación no sólo porque Benítez antecedió a Gutiérrez Vega en la dirección de La Jornada Semanal sino porque Gutiérrez Vega, como Benítez, ha sido desde joven un denodado promotor cultural, de manera especial en ese mundo de los suplementos culturales y las revistas literarias… género que en nuestro país tanto les debe a ambos, si bien el poeta considera al antropólogo su maestro.

Estos homenajes a Hugo Gutiérrez Vega, un hombre siempre tan dado, son como un abrazo: el que da recibe, los universitarios entre sus asombros y compromisos reciben el honor de contar con su presencia. El poeta, lejano a las solemnidades y cercano a las generosidades, dijo aquélla tarde con su amigo uruguayo: De vez en cuando hay que hacer una pausa / contemplarse a sí mismo / sin fruición cotidiana / examinar el pasado / rubro por rubro / etapa por etapa / baldosa por baldosa / y no llorarse las mentiras / sino cantarse las verdades.

 

Artículo de la serie Recuerdos de Guadalajara.

Lucreio Petra. Originario de Monterrey. Estudió filosofía y letras en la Universidad de Guadalajara. Es traductor y reside en Corpus Christi.

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