La fatalidad de la gallina, de Martha Cecilia Rivera
Ars Communis Editorial, 2018, Chicago, 260 páginas, $20.00, ISBN-13: 978-0997289046
“Que los dioses me concedan su perdón o su castigo”
Son pocos los libros y poemarios que me dejan pensando sobre mi existencia. La fatalidad de la gallina logró ese efecto. Provocó esa ansiedad de no poder despegar las pupilas de esas líneas que trazan la realidad, el pasado y el presente, pero sobre todo la conciencia de míticos personajes. La novela fue escrita por la colombiana Martha Cecilia Rivera, quien es la primera inmigrante que ha publicado una novela en español en Chicago. La trama se desdobla como un monólogo interior narrado por Samuel Lucas, quien convive con un set de personajes que presentan un gran vacío emocional y su obsesión por una mujer físicamente gloriosa.
La novela comienza con la historia del semidiós Ícaro. En algún momento el protagonista se compara con Ícaro y su fallido intento de ser pájaro, “desde el principio al fin, derrotado y solo”. Samuel está locamente obsesionado por las piernas de Irene, mujer que describe con los mismos sinónimos que se usarían para describir a una diosa. La mayor parte de la novela toma lugar en una fiesta, y al son de los tambores, y con un escenario muy superficial, Samuel comienza a iluminar al lector sobre sus más bajas pasiones, su soledad y su inconformidad con la vida. Samuel es un hombre perceptivo y logra describir no sólo a Irene, sino al resto de los personajes y el ambiente en el que se encuentran. Lo hace tan detalladamente que te logra transportar al lugar de los hechos, como si fueses un invitado más bailando en el centro de la pista. Sientes que los ojos de Samuel ya no sólo están en Irene o Daniel; ahora también sientes que el propio Samuel te mira fijamente y te describe sin reservas. Aunque la obsesión que siente por Irene develan el tema central, al sentirse en competencia con el personaje Daniel, la historia te lleva más allá. Se descubren tramas de tensión provocadas por el poder, la ambición, la competencia, la envidia e incluso el odio. Aún más, se expone el carácter superficial de aquellos que forman parte de la clase media.
La fatalidad de la gallina es un monologo interior narrado por un personaje perturbador y frívolo. Considero que en alguna parte de nuestra vida, fuimos ese Samuel. Tan poderoso y tan mediocre al mismo tiempo. Ese Samuel vacío por dentro, que no sabe adónde ir y que siente una gran culpa emocional por no resistirse a la monotonía del trabajo y por haber dejado ir la gran oportunidad de su vida. Ésta solo gira alrededor del dinero y del poder; y todo lo que no configure con esos ideales son cosas sin importancia, por ejemplo las mujeres. Porque para Samuel no son personas, sólo son objetos que se asocian con lo abstracto, blanco o negro, bonito o feo, como si fueran piedras que se encuentran cuando vas a la playa, y que no son merecedoras de afecto o de reconocimiento humano. Son esas combinaciones exteriores que nos permiten entender el interior de Samuel y a todos aquellos que se encuentran involucrados en ese mismo ámbito laboral y social. El fluir de sus pensamientos también nos permite explorar el comportamiento de personas que como él viven una vida vacía y gris.
Al parecer Samuel solamente habla de Irene y de su obsesión por sus piernas, pero ¿quién es esa Irene?, ¿qué hay de su intelecto?, ¿de sus ojos?, ¿de sus manos?, ¿acaso es sólo piernas? Es ahí donde se descubre esa identidad machista de Samuel. Sus adjetivos al referirse a las mujeres como objetos sexuales y clasificarlas como algo bueno o desagradable basado en sus atributos físicos, es más que suficiente para entender quién en realidad es Samuel. Toda otra mujer que no tenga las piernas de Irene es una gallina. Ni siquiera es capaz de mencionar alguna característica de sus rostros, para él todo es cuerpo, y solo tiene dos clasificaciones: diosa o gallina degollada.
En ocasiones la novela suena repetitiva: es a causa de su estructura. Pero cada línea te lleva a una nueva idea sin perder el rumbo de la historia. Vale la pena darle una oportunidad a Samuel Lucas, que con su vacío te hará reflexionar sobre los más bajos pensamientos que conllevan a una sociedad de hombres xenófobos y misóginos. Se infiere que todos estos hombres con puestos empresariales son personas inteligentes y capaces. Sin embargo, es como si esa inteligencia y poder les disminuyera su lado humano y su sensibilidad hacia al resto de la sociedad, específicamente su respeto por las mujeres. La fatalidad de la gallina es una novela que expone los temas ocultos de una clase social y laboral a la cual muchos aspiramos. A Samuel le importa un bledo el bienestar de Irene; para él sólo existen sus piernas, y cuando eso se acabe será una gallina más de la oficina. Pero al final, ¿caeremos todos en esa superficialidad? ¿Acaso nos convertiremos en Samuel? ¿Seré para mis colegas hombres una Irene fatal o una gallina más?
“Que los dioses me concedan su perdón o su castigo”
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Amelia Pacheco. Mexicana. Graduada en 2018 de la Northastern Illinois University.