Nacidos en Gaza, el trabajo y los demoledores de sueños

 

El Primero de Mayo es la fiesta del movimiento obrero a nivel mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para conmemorar las luchas y reivindicaciones sociales y laborales. Fundamentalmente, lo han evocado los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas, entre otros, pero esto no quiere decir que beneficie aún aquellos que no sean obreros y realicen otro tipo de actividades para ganarse la vida. Esta vez no deseo hablar de la lucha de los obreros, si no darle vuelta a la moneda y mostrar su otro rostro; el rostro de aquellos y aquellas que trabajan para obstruir los sueños de los primeros.

Me refiero a los que sirven a los intereses de esa minoría tan en boga del uno por ciento. Sí, esos que se han ido apoderando de los recursos del mundo, de esos peones serviles y administradores que contribuyen a ser la mano dura y hacen la obra negra de los que financian genocidios, golpes de Estado, guerras, masacres, carteles, y el saqueo global. Sí, esos que matan descaradamente y nos acorralan volviéndonos una sociedad cada vez más insensible al sufrimiento ajeno.

El mundo ha ido terminando yéndose al carajo gracias al buen trabajo que realizan aquellos que dividen a la humanidad, aquellos que sacrifican la dignidad y la ética por darle más valor al capital o esos otros que trabajan para enajenar con programas estúpidos en los medios de comunicación.

Mis palabras desbordan exasperación, ira e impotencia al saber que es más fácil trabajar para destruir sueños que construirlos. De ahí que se me viene a la mente la película Nacidos en Gaza (2014). Dirigida por Hernán Zin, periodista, escritor y documentalista argentino que nos muestra la cruda realidad de las y los niños en Palestina.

Nacidos en Gaza fue rodada durante el ataque israelí contra la franja de Gaza entre julio y noviembre de 2014. El filme nos muestra niños y niñas que renuncian a la mirada infantil para desnudar sus almas como adultos. A través de una serie de imagines poéticas, las voces de estos niñas y niños se van volviendo el grito sereno de quienes no pueden ser escuchados y son olvidados.

Hernán nos lleva al interior de un pueblo continuamente asediado por el terror, por la muerte, por el trabajo de una nación por extinguir la población de otra nación. Por su parte casi el mundo entero da la espalda a medio oriente, pues saben muy bien que sus intereses están por encima de cualquier sueño infantil. Sí, aunque sea el sueño más humilde de volverse pescador.

Una de las oraciones que más me cautivó de la película fue la siguiente: “Nosotros cultivamos verduras, no bombas para que vengan a bombardearnos”. Los niños y niñas en Gaza como en otras partes pobres del mundo, trabajan para poder ayudar en los hogares para poder suplir las necesidades básicas.

Aunque la obligación del Estado es proveer los derechos a las niñas y niños que estudien, la realidad es otra. ¿Cómo decirle a un niño que no trabaje cuando sus padres no pueden? ¿Cómo decirle a un niño que su padre fue asesinado ejerciendo su trabajo de médico en el hospital? ¿Cómo decirle a una niña que no puede ser maestra porque bombardean las escuelas?

El Primero de Mayo no debería ser una efeméride para vitorear las garantías obtenidas, sino para demandar y reflexionar aquellas garantías que otros y otras pierden por el trabajo de los gobernantes-administradores del poder. La humanidad requiere un cambio, pero ese cambio no se dará hasta que los excluidos y oprimidos despertemos del enajenamiento y nos demos cuenta que nos dividen y embrutecen para controlarnos y en el caso extremo de Palestina hasta desaparecerlos.

 


Lourdes Soto. Tegucigalpa, Honduras. Estudia el Máster en Relaciones de Género en la Universidad de Zaragoza, España. Fotógrafa, ha expuesto su trabajo en Honduras e Italia y en varios medios electrónicos. Su obra poética ha sido publicada en 7Lune,Italia; La Tribu de Frida, España y El BeiSMan, Estados Unidos, entre otros. Participó en las antologías poéticas Las de hoy, Honduras; Landais de Hispanoamérica La Luna e i Serpenti, Italia, y Chamote una Amalgama de voces poéticas de nuestra América, Argentina. Actualmente trabaja en su poemario En los brazos del tiempo.