No más silencio milenario: el surgimiento de la revista fem



Muchos piensan que las mujeres
ya estamos diciendo demasiado…
Debe entenderse, sin embargo,
que es muy explicable el deseo de
hablar, y hasta el exceso de palabras,
en quien mantuvo —salvo breves
intermitencias— un silencio milenario.
~Alaíde Foppa

 

Las revistas pueden ser vistas como productos culturales que permiten la intervención en el espacio público, y durante los años setenta esa intervención se volvió de gran importancia para las mujeres, pues solo así lograrían darle voz a sus demandas y necesidades reales. Las mujeres buscaron nuevos foros para expresarse, y la prensa escrita se convirtió en el espacio para difundir sus ideas y acciones. Así, un sector femenino alzó la voz y dijo ¡ya basta!, ya no querían sólo ser vistas como amas de casa, incubadoras y objetos sexuales. Se convirtieron en mujeres reivindicadas, es decir en mujeres que recuperaban lo que por derecho les pertenecía, su libertad y autonomía.

Alaíde Foppa y Margarita García Flores idearon fem, publicación que se volvió una de las revistas más representativas del pensamiento feminista mexicano. Pensaron una revista para mujeres que no fuera como las existentes hasta ese momento, buscaban aportar algo más que suplementos íntimos y test, o consejos de belleza y moda. De acuerdo a Elena Poniatowska fue en un viaje a Acámbaro, Michoacán, cuando Foppa y García Flores crearon el proyecto para la revista, una revista que se publicó consecutivamente durante veinte y nueve años (1976 – 2005).

Hubo varias reuniones preliminares, y en cada nueva junta se iban sumando más mujeres para conformar el equipo que daría vida a fem; como Beth Miller que de acuerdo a García Flores sería la corresponsal en Los Ángeles. También estaban Alba Guzmán, Carmen Lugo, Elena Urrutia, Marta Lamas, Lourdes Arizpe, Elena Poniatowska, entre muchas otras más. Mujeres que al tener claro su objetivo utilizaron sus propios recursos para comenzar la impresión de la revista, pues dicha publicación se caracterizó por contar con poco dinero, mismo que salía de los bolsillos de sus colaboradoras.

La precaria situación de la revista se vio alimentada por las normas que se implementaron para la publicidad, la cual era escasa y estaba condicionada a la autorización de la Dirección Colectiva, y es que por sus principios no aceptaba anuncios de cosméticos, ropa, alcohol y cigarrillos.

Y así, llegó el primer número de fem que comprendió de octubre a diciembre de 1976, una revista que en su nombre llevaba implícita la filosofía que quiso dar a conocer: el feminismo. La propuesta de ese experimento editorial quedo plasmado en sus primeras páginas:

  • fem se propone señalar desde diferentes ángulos lo que puede y debe cambiar en la condición social de las mujeres; invita al análisis y la reflexión. No queremos disociar la investigación de la lucha y consideramos importante apoyarnos en datos verificados y racionales y en argumentos que no sean sólo emotivos.
  • fem pretende ir reconstruyendo una historia del feminismo, para muchos desconocida, e informar sobre lo que en ese campo sucede hoy en el mundo, y particularmente, sobre lo que pasa en México y América Latina.
  • fem no pública sólo información y ensayo, da cabida a la creación literaria de las mujeres que escriben con sentido feminista y que contribuyen con su obra al reconocimiento de ese nuevo ser, libre, independiente, productivo, tal como empieza a manifestarse la mujer de hoy y será sin duda la mujer de mañana y no excluimos la colaboración, de algunos hombres que comparten nuestras ideas.
  • fem no es el órgano de ningún grupo, por lo tanto, está abierta a todos aquellos que persigan sus mismos objetivos.
  • fem considera que la lucha de las mujeres no puede concebirse como un hecho desvinculado de la lucha de los oprimidos por un mundo mejor.

La revista no solo fue diferente en su contenido y fines, su presentación también rompió esquemas. No fue una revista de portadas llamativas, ni contó con la participación de modelos o figuras del espectáculo. En sus primeros años el formato de fem fue cuadrado 21×22 cm.; su logo se presentaba en gran escala e iba al centro de la portada, además de que el color variaba en cada número.

Pero, lo novedoso de fem no radicaba en su formato, estándares de publicidad o costo, sino en que se perfiló como un foro para el cambio, un cambio en el cual se buscó promover que las mujeres asumieran actitudes como sujetos políticos e independientes, con injerencia en cuestiones políticas, sociales, culturales, económicas, etc. Se alentaba a que las mujeres abandonaran el papel de víctimas, querían construir mujeres “nuevas”, mujeres que se reconocieran como las transformadoras de su condición.

En fem se hablaba de lo que en el discurso oficial era mal visto, como: aborto, perdida de trabajo por embarazo, experiencias de maltrato y violación… Aportaban desde una mira propia, documentando el pensamiento y la acción de las mujeres; el discurso de fem surgió de la visión de mujeres y hombres inmersos en un ambiente intelectual universitario de corte marxista, que pugnaba por imprimir fuertes contenidos sociales y políticos, proponiendo igualdad de clase y género.

 


Alaíde Foppa.

 

A través de los años, fem fue adquiriendo mayores alcances y una amplia capacidad de convocatoria, pero, a pesar de los logros obtenidos, en palabras de Poniatowska fem fue una revista de tragedia, expresión que utilizó para referirse a la suerte de una de sus fundadoras: Alaíde Foppa, quien fue una mujer militante de diversas causas, seguidora de la ideología marxista, fue una mujer “incomoda” para algunos gobiernos.

Al medio día del 19 de diciembre de 1980, en la ciudad de Guatemala dos autos interceptaron el coche familiar de Alaíde Foppa. Así, a plena luz fue como se perpetuó el secuestro de Foppa, en el cual también fue privado de la libertad su chofer Leocadio Actún Shiroy. En los meses posteriores al secuestro se declaró que Alaíde Foppa había sido torturada durante tres días y había muerto en manos del grupo militar de inteligencia G-2 del ejército de Guatemala. En fem se expuso que probablemente con su muerte se trató de impedir que la “nueva Alaíde, sin ataduras y comprometida, encauzara su inteligencia, energías, sus relaciones en Europa y en Estados Unidos, a la lucha del Ejercito Guerrillero del Pueblo”.

La publicación continuó su curso, pero tomó una postura bastante crítica hacia los gobiernos de América Latina. Tras el secuestro y muerte de Foppa, cuatro años después del lanzamiento de fem, la revista se vio acompañada de la leyenda: “Alaíde Foppa, siempre entre nosotras.”

fem, surgió como una respuesta a una necesidad real, no creada era una necesidad social, cultural y política; se convirtió en una fuente de información insustituible. Además de que conforme se iban transformando las necesidades de las mujeres, la revista se renovaba de acuerdo a la época. No fue fortuito que fem se publicara durante veinte y nueve años. Y aún con el pasar del tiempo los temas que encontramos en sus páginas continúan vigentes.

 

Stephanie Salas P. Historiadora por la UNAM. Buscadora de ecos de quien se nos dice no tienen historia. Mujer en infinito movimiento y, ocasionalmente, cazadora de imágenes.