Oneofus: La Bella y la Bestia


La Bella y la Bestia. Foto: Juliet Shalam

 

El Museo de Arte Contemporáneo presenta la fábula La bella y la bestia, con la que todos, de alguna manera, estamos familiarizados. Es un espectáculo explícito para adultos, ya que contiene una dosis alta de sexualidad, desnudos, marionetas, entre otras extravagancias, que prefiero no describir para que los lectores las vean.

El performance, basado en el cuento de hadas del siglo XVII, toca un tema común y controversial: el amor. Quizás la presentación es una de tantas fantasías sexuales que Julie Atlas, Miss Erótica 2006, actriz y bailarina de cabaret contemporáneo y su marido, el multitalentoso actor y músico inglés Mat Fraser, tienen y afortunadamente nos traen a Chicago. Durante el performance, el público se identifica con alguna escena, se puede llegar a conmover con el guión y definitivamente saldrá con alguna idea erótica.

Mat Fraser nació con condición llamada Focomelia y toda su vida ha estado consiente de que para la mayoría de los seres humanos, él se ve diferente. Focomelia es la visible condición física de las extremidades, en el caso de Mat brazos pequeños y perfectamente deformes. La Focomelia es consecuencia del medicamento Talidomina, que su madre tomó mientras estaba embarazada. A finales de los años cincuenta el medicamento se recetaba durante el primer semestre de embarazo para evitar náuseas. También se recetaba a los padres en caso de tener mareos. Como consecuencia miles de niños nacieron con malformaciones congénitas, muchos otros murieron. En esta época se receta para enfermedades de la piel, lepra y, en algunos países, se considera como recurso para atacar ciertos tipos de cáncer.

Regresando al drama de la obra, la transformación de la Bestia a príncipe es una escena que estruja el corazón, si es que no había sido estrujado ya en los cincuenta minutos previos. Entonces las marionetas intervienen en la obra, los brazos prostéticos de Mat que raramente utiliza, en una de las ocasiones en que se los puso, ganó el premio al mejor stripper varón. Así es la vida de Mat y Julie. Cuando hacen algo, tiene que ser en grande.

Dentro del mundo teatral hay muchos tipos de espectadores. Me he dado cuenta de que si el público comienza a mover las piernas, cambia de posición en la butaca, pueden ser dos razones, una que ya se aburrió y la otra que la persona en cuestión está nerviosa, que la escena le llegó al tuétano y se siente incómoda. En muchos casos uno se siente tan identificado con algún personaje y parece que todo el teatro se ha dado cuenta de ello. Éste es el caso de esta sofisticada puesta en escena de La bella y la bestia. Algunos presentes se movían y acomodaban en su butaca, y no era por aburrimiento sino por la energía que tenían que sacar del cuerpo. La obra produce muchos sentimientos encontrados, menos el de estar aburrido. Muchos seres humanos se sienten incómodos interactuando o simplemente viendo personas con el síndrome de foca, como es el caso de Mat, o con cualquiera que se vea diferente a ellos, otros (o los mismos) se incomodan viendo en escena ese derroche de sexualidad. Creo que es mucho más fácil entretenerse con la violencia extrema como en la que está sumergida nuestra sociedad.

Obras como Oneofus tienen un impacto social, se reconstruye la definición de belleza y la belleza cruel (por no decir fealdad). Esta desafiante Oneofus es extraordinaria, sexy y romántica, como todo cuento de hadas.

 


La Bella y la Bestia. Foto: Sin Bozkurt

 

Oneofus se presenta en el Museum of Contemporary Art en Chicago del 1 al 11 de diciembre
220 E Chicago Avenue Chicago, IL 60611

Nota: El nueve de diciembre el programa de Oneofus se adapta para la audiencia con necesidades especiales. Las luces, la música la interacción de los actores. Todo el público es bienvenido. Obra teatral relajada.

 

Tanya Victoria. De La Ciudad de Mexico. Reside en Chicago desde 1998. Trabaja como coordinadora de programas que promueven la cultura y conservación para la educación infantil. Trabajó en la Sociedad de Zoológicos de Chicago. Estudió en la Sociedad General de Escritores mMexicanos (SOGEM) y escribe para Contratiempo desde 2001.