Reporte de pérdidas
No encontraré una isla sino un cadáver
enterrado en su vientre hecho pólvora.
Los árboles sollozan sus piernas fracturadas.
No hay ramas ni sombra donde cobijar el miedo
ni la memoria inútil de lo que fueron.
Las aves revolotean faltas de aire
sin encontrar brazos donde posar sus nidos.
El día se despierta con el grito de una alarma.
El sol es un látigo desenrollado en la espalda.
La noche, una lágrima que baja por la piel sin cauce
cuando el bramido del generador desvela a la luna.
No encontraré nada donde estuve
ni mi hogar ni mi escuela ni mi orilla.
Los lugares, al igual que yo, emigraron
o se ahogaron esperando el rescate.
Parece abrieron las compuertas del horizonte
y todos nos fugamos con el mar a otro puerto.
Solo hallaré un esqueleto degollado
brazos torcidos, rodillas dislocadas
debajo de una marejada de cemento.
Manos de uñas pulidas firmarán contratos
de compra y venta a precios de liquidación.
Y florecerán campos de golf como hongos,
hoteles cinco estrellas con playas exclusivas para socios.
Nativos folclóricos, siervos, monumentos all-inclusive.
En el banquete los buitres de cuello blanco
se escupen satisfechos las sobras en los bolsillos.
Solo quedarán los muebles abandonados
las estrellas alumbrando las salas sin techo
las grietas desgajando los cimientos
y una última ovación al despegar el vuelo.
∴
Mi brazo derecho
Tengo el brazo derecho enfermo
una guerra de nervios palpita en su ser
su fibra de rama se quebró en la tormenta
sólo queda esta pesada extremidad
cocida a mis sueños, a mi garganta.
Le ordeno, le exijo, le muerdo el dolor
para arrancarle su indiferencia
su amnesia hacia este tronco de cuerpo
que carga su miseria, su desgano ante mis ganas.
Mi brazo izquierdo
gemelo que abrazó en el vientre
pasea su zurdera por su piel afligida
para revivirlo con el recuerdo
de una caricia alada en su mano inmóvil.
Mi brazo derecho abismado en el dolor
cansado de ser instrumento utilizado
para desbordar pensamientos en letras
se niega a deletrear más fantasías
y versos adoloridos que explotan
en la quebradiza muñeca de mi mano herida.
∴
Un final feliz para un corazón sangrante
He colgado mi corazón en el tendedero
de la ropa empapada de fiebre.
Hay que escurrir la sangre de la piel
gota a gota la herida hace un río
y el dolor se ajusta el salvavidas
zarpa con su pena / navega solo
revive los errores improvisando
diferentes desenlaces
nuevas y originales versiones
de la misma parsimoniosa muerte.
Hay que tachar el pasado de un plumazo
escribir un final feliz
tras otro tras otro tras otro
hasta que el cerebro explote
en mil exégesis y la realidad
renazca en una mentira piadosa.
∴
Johanny Vázquez Paz, San Juan, Puerto Rico. Entre sus libros se encuentran Sagrada familia (ganador del 2015 International Latino Book Award), Querido voyeur y Poemas callejeros /Streetwise Poems. En el 2012, recibió el primer premio en poesía en el Concurso de Cuento y Poesía Consenso de la Universidad Northeastern Illinois. Coeditó la antología Between the Heart and the Land / Entre el corazón y la tierra: Latina Poets in the Midwest. Actualmente es profesora de español en Harold Washington College en Chicago, Illinois.