Protesta en Monterrey contra el Gasolinazo. Foto: Cuartoscuro / Gabriela Pérez
Uno aborda su cotidiana lectura periodística y vuelve a vivir la exacerbación del mismo múltiple sentimiento que experimentó ayer, y antier, y últimamente todos los días en una variante que pasa de la expectativa que siempre le causa abrir un periódico, a la pesadumbre de la actualidad, pero ante esa realidad también al empecinamiento de conservar la esperanza. Sí, en el repaso de los periódicos matutinos, uno experimenta un sentimiento compuesto, mixto si vale, de rabia e indignación que se va mezclando cabeza a cabeza, noticia a noticia, publicación a publicación con la frustración y el desaliento. Pero este viernes 6 de enero Uno experimentó un sentimiento que se agrandó de esperanza al comprobar el coraje de los regiomontanos, el heroísmo de la gente, el valor de los nuevoleoneses (de los mexicanos en distintas partes del país pero de una manera notable en Monterrey, porque fue una manifestación ejemplar que Uno difunde con entusiasmo)… los valientes, decía, que protestan ante el dolor de los de siempre, el pueblo, ante la impotencia, contra las arbitrariedades de los políticos, contra la impericia y estupidez de los malos gobernantes, contra el cinismo de los corruptos, la desfachatez de los impunes. Uno carga ese sentimiento que pasa de la ira y la frustración a la exigencia, a la indignación con la que, sí, Uno se identifica y que como siempre, espera que prenda de una buena vez para sacar a los malos gobernantes del gobierno, a los malos políticos de la política, a los malos legisladores de las cámaras para corregir el rumbo de la historia.
La Manifestación en Monterrey
Política en movimiento: La multitudinaria manifestación de este jueves 5 en Monterrey, N.L. fue un limpio ejemplo democrático: manifestantes protestaron masivamente, desde seis diferentes puntos marcharon pacíficos, y cuando aparecen los provocadores con la intención de sembrar el caos y reventar la protesta cívica, los ciudadanos no se fueron con la finta, los confrontaron sin amilanarse, indignados los evidenciaron: “¡Esos no son el pueblo!”.
Marcharon más de diez mil personas en repudio del “gasolinazo”, en repudio de las malas políticas de Enrique Peña Nieto, en repudio del gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, en repudio de los aumentos —de precios, de impuestos— federales y estatales. Regiomontanos y ciudadanos de diferentes partes del estado marcharon en seis diferentes columnas hacia la Macroplaza de manera ordenada, según se vio en vivo durante esos trayectos. Se pronunciaron en la Explanada de los Héroes, enarbolaron sus banderas de protesta, abuchearon al que entre los oradores se salía de tono. Luego el orden se descompuso cuando veinte o treinta encapuchados infiltrados arremetieron con violencia, destrozaron tres vitrales históricos del Palacio de Gobierno, entre otros desmanes, pero al final del día quedó claro que son reventadores y esperamos que salgan a la luz los intereses y la identidad de quienes los utilizaron como mercenarios urbanos; y al final del día, también, quedó resonando un grito que se repitió una y otra vez: ¡Fuera Peña, Fuera Peña! Lo acontecido este jueves en Monterrey, esa mega marcha de ciudadanos, es política en movimiento, política de ciudadanos que celebramos con sólida esperanza.
GRAFFITI
En julio de 2015 los nuevoleoneses dieron un notable y celebrado ejemplo en las elecciones para gobernador, en aquel momento votaron por el candidato independiente Jaime Rodríguez El Bronco y lo hicieron gobernador, y aunque el tal Bronco ha resultado un chasco, una dolorosa decepción porque con su mala actuación e incumplimiento de promesas viene echando por la borda el mandato de la ciudadanía, la voz del pueblo nuevoleonés, su voto, retumbó en todo el país; hoy, en enero de 2017, con esa mega manifestación nos demuestran que la ciudadanía está harta de los malos gobernantes y sus políticas erróneas, Peña Nieto hoy es el más impopular de los políticos mexicanos, y en este momento Uno espera que el nuevo ejemplo cívico de los nuevoleoneses abra un celebrable compás de esperanza: que crezca el movimiento de los ciudadanos. La sociedad civil puede tomar el poder.
Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano, para comentarios:caballeror52@gmail.com