Ser de color en Estados Unidos


Estudiantes nativoamericanos, victimas del perfil racial en la Universidad de Colorado. Foto: AP / Mary Hudetz

 

Ser una persona de color en este país lleva en sí un riesgo como indican los hechos recientes que han ocurrido en el país.

Afroamericanos, hispanos —con o sin papeles— y los nativoamericanos de este país hoy más que nunca están bajo la vista de personas que deciden por su propia cuenta juzgar a las personas de color basado en estereotipos raciales.

Dos hombres afroamericanos fueron arrestados en un Starbucks el 12 de abril en Philadelphia porque no habían consumido nada y estaban sentados en ese café. Ellos esperaban a otra persona para llevar a cabo una junta de negocios, algo común en cualquier café.

La gerente del Starbucks llamó a la policía y les indicó que dos hombres habían traspasado al café. Cuando llegó la policía los dos hombres explicaron que esperaban a alguien más, pero sus argumentos no les valieron y los esposaron y detuvieron en una estación de policía hasta que fueron puestos en libertad.

Después de este perfil racial por parte de la gerente, quien fue “removida”, los CEO de la cadena Starbucks ordenaron un día en el futuro próximo para entrenar a los empleados en sensibilidad racial.

Al comienzo de mayo, tres jóvenes afroamericanos que buscaban comprar ropa para su evento del “Prom” de la secundaria fueron seguidos por empleados de Nordstrom Rack en la plaza comercial Brentwood Square en St. Louis, Missouri.

Los jóvenes dijeron que los empleados los siguieron por varias partes de la tienda. Luego al salir del establecimiento, la policía los confrontó en el estacionamiento.

Ahí los tres jóvenes pudieron comprobar por sus compras que ellos no habían robado nada, pero el daño ya estaba hecho. Los empleados de Nordstrom Rack asumieron que por ser afroamericanos estaban robando mercancía.

La tienda no tuvo más remedio que disculparse ante los tres jóvenes en una noticia que le dio la vuelta al país.

“Yo estaba nervioso todo el tiempo”, dijo Mekhi Lee, uno de los jóvenes, a una estación de televisión. “Cada vez que nos movíamos, ellos se movían. Cuando nosotros mirábamos para arriba, ellos miraban para arriba”.

Recientemente, en Rialto, California, una noche en un Airbnb terminó mal para cuatro mujeres afroamericanas. Después de pasar una noche ahí y mientras las cuatro mujeres se preparaban para desalojar el inmueble y llevaban el equipaje a su auto llegó la policía y les ordenó alzar las manos; les informó que un helicóptero estaba monitoreándolas.

Cuando ellas preguntaron qué pasaba, la policía les informó que una vecina había llamado a la policía reportando que ellas estaban robando una casa.

Las cuatro mujeres —una de ellas la nieta de Bob Marley y todas profesionales en la industria del cine— les dijeron a los policías que ellas habían rentado un Airbnb y un policía dijo no saber qué era un Airbnb.

Para desenredar la madeja del incidente, las mujeres afroamericanas tuvieron que mostrar la reservación de la casa y llamar a la dueña para que confirmara la veracidad de su argumento ante la policía.

Una de las, Kelly Fyffe-Marshall, escribió sobre el incidente en las redes sociales:

“Una vecina al otro lado de la calle vio a 3 mujeres negras empacando maletas a su auto y asumió que nosotras estábamos robando de la casa. Entonces llamó a la policía”, escribió Kelly Fyffe-Marshall en las redes sociales: “Primero bromeamos sobre este malentendido y tomamos fotos y videos. Pero como 20 minutos de este malentendido, esto escaló casi al instante”.

Aunque la policía se disculpó y no admitió que hicieron algo mal al interrogarlas, las cuatro mujeres están demandando a la policía y a la ciudad de Rialto, California.

En otra historia relacionada a los hispanos en una tienda Albertsons, en San Diego, prohibió a sus empleados hispanos hablar español durante las horas de trabajo.

Si los empelados eran sorprendidos hablando español cerca de personas que no hablaran español, los supervisores los reprendían y recalcaban la política de la tienda de“No español”.

Reprendían a los empleados latinos incluso si hablaban español con sus colegas latinos.

Hace unos días, los empleados entablaron una demanda contra esta tienda de comestibles ante el gobierno federal. Es ilegal ordenar a un grupo de personas que no hablen su idioma natal.

En otro incidente similar, la cubana Rebecca Prinstein fue expulsada de una tienda de paquetería UPS el pasado enero porque estaba hablando español cuando fue a exigir un reembolso por una compra que había hecho.

El empleado la insultó por no hablar inglés: “Si, ‘maldito español’. Yo sé hablar, pero tú no sabes hablar inglés”, le dijo el empleado, quien después de quejarse Prinstein, fue despedido.

Recientemente, dos jóvenes nativoamericanos de Nuevo México viajaron a la Universidad de Colorado para participar en una gira para ver si les gustaría ir a estudiar ahí.

Siendo que viajaban desde Nuevo México, llegaron media hora tarde al tour y se incorporaron al grupo.

Sin embargo, una mujer, madre de otro joven que participaba en la gira del campus universitario, llamó a la policía porque se sentía incómoda con los jóvenes nativoamericanos por su comportamiento y su vestimenta color negro.

Una cosa que la mujer señaló a la policía fue que su forma de vestir era diferente a la de los demás jóvenes.

“Su ropa tiene cosas oscuras, como cosas oscuras… Simplemente simbolismo extraño o fraseología en él, y uno de ellos tiene su mano izquierda en su sudadera de gran tamaño todo el tiempo”.

Aunque los dos jóvenes se habían inscrito en la gira, la mujer concluyó diciéndole a la policía, que “definitivamente… no eran parte de la gira”.

Cuando la policía llegó, los dos jóvenes pudieron comprobar que sí eran parte de la gira y mostraron la confirmación que la universidad les había enviado por correo electrónico.

En la grabación de la llamada, la mujer se cuestiona que a lo mejor es nada más su sospecha personal y nada más.

“Probablemente no sea nada. Probablemente estoy completamente paranoica con todo lo que sucedió, me siento completamente ridícula; probablemente estén bien y solo sean niños espeluznantes”, agregó la mujer.

Al final, ella culpó a los jóvenes nativoamericanos por hacerla sentir incómoda y agregó, “si no es nada, lo siento, pero ellos en realidad me hicieron sentir enferma y nunca me había sentido así”, le dijo al despachador.

Aunque la universidad se disculpó, la madre de los dos jóvenes acusó a la universidad de insensibilidad en el caso.

En conclusión, tal parece que, en el clima actual del país, primero se juzga a los miembros de las minorías y después se investiga. Esto ya se convirtió en patrón que se pudo ver en los gobiernos fascistas de Italia y España bajo los régimenes de Benito Mussolini y Francisco Franco respectivamente, en donde a las minorías se les criminalizó, persiguió y los ciudadanos cooperaban denunciándolos ante las autoridades.

No solo la cadena Starbucks sino que pareciera que en todo el país se necesita entrenamiento para sensibilizar a la gente para que no prejuzgue, acuse y detenga a las personas de color que conforman las minorías en Estados Unidos.

 

Antonio Zavala, autor del libro Pale Yellow Moon, escritor y periodista. Cubre noticias sobre los movimientos sociales de la comunidades hispana en el área de Chicago.