Un cuento de Rose Mary Salum

<p style="text-align: center;"><img src="wl-galeria/liywrmgszm_med.jpg" alt="" width="600" height="358" /><br /><br /></p> <h2 style="text-align: center;"><strong>Una de ellas</strong></h2> <p style="text-align: right;">el que no merezco. <br /> Miedo de ser dos<br /> camino del espejo:<br /> alguien en m&iacute; dormido<br /> me come y me bebe<br /> &mdash;Alejandra Pizarnik</p> <p>&nbsp;</p> <p>&mdash;&iquest;Se da cuenta que ha cometido un plagio? Dijo la detective con una seriedad poco cre&iacute;ble.</p> <p>&mdash;No lo creo, contest&eacute; y segu&iacute; leyendo.</p> <p>&mdash;Esto que me acaba de mostrar es una copia exacta del libro&nbsp;<em>La muerte</em>&nbsp;<em>me da</em> de Cristina Rivera Garza. No hubiera importado si la citara, si le diera un cr&eacute;dito, si a&ntilde;adiera una nota aclaratoria a pie de p&aacute;gina, si hubiera entrecomillado esas frases, si por lo menos tuviera la humildad de aceptarlo, si no fuera tan descarada, si no fuera mentirosa, si no fuera&hellip;&iquest;cu&aacute;l es la palabra que busco? &iquest;C&iacute;nica?</p> <p>&mdash;Yo no usar&iacute;a ninguno de esos adjetivos y tampoco creo que lo escrito haya sido un plagio.</p> <p>&mdash;Pero si es una copia deliberada, palabra por palabra ha quedado registrado en este texto. &iquest;Y a&uacute;n as&iacute; dice &ldquo;no lo creo&rdquo;?</p> <p>&mdash;Me declaro en completo desacuerdo, yo no he copiado nada. Es m&aacute;s, ni la conozco. Apenas la vi hace unos d&iacute;as cuando vino a dar una conferencia a Houston. Me pregunt&oacute; si yo era la editora de &ldquo;la mejor revista literaria&rdquo; como, a prop&oacute;sito de una publicaci&oacute;n que dirijo, hab&iacute;a dicho alguien en una de esas redes sociales que ahora est&aacute;n de moda. Pero de all&iacute; a decir que la conozco, me parece una exageraci&oacute;n. Para conocer a alguien se necesita convivencia, tiempo, di&aacute;logo, gestos c&oacute;mplices, chistes locales, iron&iacute;as sutiles, cari&ntilde;o y acuerdo. Esa acumulaci&oacute;n de experiencias no la tengo y dudo tenerla: ella vive en una costa de Estados Unidos y yo en la opuesta.</p> <p>&mdash;De no aceptar la acusaci&oacute;n que ella y la misma editorial TusQuets han hecho, ma&ntilde;ana estar&aacute; en todos los peri&oacute;dicos: &ldquo;una mujer que se dice editora y escritora (una farsante), copia letra por letra la novela de Cristina Rivera Garza y tiene la desverg&uuml;enza de negarlo&rdquo;. Ser&aacute; el fin de una carrera que a&uacute;n ni siquiera inicia. Pat&eacute;tico &iquest;no?</p> <p>&mdash;Tendr&aacute;n que comprobarlo, dije de inmediato y di por terminada la sesi&oacute;n.</p> <p>Pero &eacute;sta no termin&oacute; y la detective mand&oacute; llamar a su secretaria para pedirle el libro de la mentada autora &mdash;y de la que ahora quer&iacute;a saber m&aacute;s, leer todo sobre su obra, c&oacute;mo hab&iacute;a llegado a publicar en TusQuets y por qu&eacute; se me relacionaba con ella. Empec&eacute; a sentir una urgencia incontrolable de apropiarme de sus libros; no s&oacute;lo para defenderme del manojo de acusaciones que ahora se me imputaban, sino porque un morbo muy extra&ntilde;o me empezaba a dominar, a manipular mi curiosidad. La detective sac&oacute; los lentes de su bolso, pero s&oacute;lo aumentaron el tama&ntilde;o de sus pupilas porque, aunque inclin&oacute; su cabeza para acercarse al texto, su forma de mirar delat&oacute; de inmediato que no ve&iacute;a ni siquiera con el aumento de sus gafas. Tom&oacute; mi libro, lo abri&oacute; en la primera p&aacute;gina y dej&oacute; un separador que iba a retomar (eso parec&iacute;a) en cuanto apartara la hoja del otro libro. Tom&oacute; entonces el libro de aquella autora (a la cual jam&aacute;s hab&iacute;a le&iacute;do, insisto) y comenz&oacute; su lectura en voz alta:</p> <p>&iquest;C&oacute;mo decirle a la Detective que todo poema es la imposibilidad del lenguaje por producir la presencia en &eacute;l mismo que, por ser lenguaje, es todo ausencia? &iquest;C&oacute;mo comunicarle a la Detective que la tarea del poema no es comunicar sino, todo lo contrario, proteger ese lugar del secreto que se resiste a toda comunicaci&oacute;n, a toda transmisi&oacute;n, a todo esfuerzo de traducci&oacute;n?</p> <p>&mdash;&iquest;Est&aacute; escuchando? Porque la veo muy distra&iacute;da.</p> <p>&mdash;Claro, &iquest;qu&eacute; le hace pensar que no estoy oy&eacute;ndola atentamente?</p> <p>&mdash;Desde que comenc&eacute; la lectura no ha dejado de picar todos los botones que tiene su celular, as&iacute; que haga el favor de dejarlo en este mismo instante. Se&ntilde;orita secretaria, en este momento recoja el tel&eacute;fono de las manos de la inculpada.</p> <p>&mdash;&iquest;Cu&aacute;l es el problema de que tome nota de lo que est&aacute; leyendo? Me parece muy interesante eso del lugar secreto, c&oacute;mo ha sido expresado y quiero dejarlo grabado. &iquest;Hay de malo?</p> <p>La detective hizo un gesto con la mand&iacute;bula, parec&iacute;a que se le iba a desprender del resto del cr&aacute;neo y, claro, de la cara. La asistente debi&oacute; percibir lo mismo y antes de que cayera al suelo como los cajones sin rieles, se par&oacute; de inmediato y extendi&oacute; su mano para que entregara el aparato. No quer&iacute;a empeorar la situaci&oacute;n as&iacute; que obedientemente entregu&eacute; el celular. La detective coloc&oacute; sus lentes sobre su hueso nasal, me mir&oacute; con agudeza, coloc&oacute; los lentes en su lugar y continu&oacute;:</p> <p style="padding-left: 60px;">&iquest;C&oacute;mo decirle, sin atragantarme con el sorbo de agua y esa tristeza que me produc&iacute;a constatar, una y otra vez, que la lengua nunca ser&aacute; un &oacute;rgano de resurrecci&oacute;n, que las palabras, como dice Pizarnik unos versos m&aacute;s adelante, en esa declaraci&oacute;n no por acertada menos sombr&iacute;a que &lsquo;las palabras no hacen el amor/ hacen la ausencia&rsquo;? &iquest;C&oacute;mo explicarle a esta mujer tan firme, tan bien informada, que mientras ella se&ntilde;alaba, con su inmaculada u&ntilde;a corta, la palabra <em>castrado</em> en un poema sobre lo inservible, sobre la inutilidad de todo poema yo no hac&iacute;a sino rememorar , en el lenguaje que es todo recuerdo y, por serlo, es todo ausencia&hellip;?&nbsp;</p> <p>Detuvo su lectura a la mitad de ese p&aacute;rrafo y lo dej&oacute; sobre la mesa con hartazgo. Recogi&oacute; el libro de mi autor&iacute;a y comenz&oacute; a leer. Naturalmente, y como era de esperarse, su lectura fue distinta.</p> <p>&mdash;&iquest;Se da cuenta? Es lo mismo</p> <p>&mdash;No. No lo es. Yo no he puesto antes de la coma, <em>sin atragantarme</em>, como evidentemente lo hace ella. En segundo lugar, yo no he puesto todo lo que esa autora menciona y, por &uacute;ltimo, yo me estaba refiriendo a otro tema. Usted sabe, no creo que sea necesario repetir las met&aacute;foras. Adem&aacute;s, me parece muy aventurado y acusatorio lo que usted pretende demostrar. Lo que usted est&aacute; afirmando es una ofensa a mi inteligencia. Adem&aacute;s, es evidente que lo que yo busco es hablar de la castraci&oacute;n de las ideas y ella, por lo que ha estado leyendo usted, habla de la castraci&oacute;n real de un hombre. Las cosas no pueden ser m&aacute;s claras. A&uacute;n no me explico por qu&eacute; no ha entendido.</p> <p>&mdash;&iquest;Por qu&eacute; lo hizo?</p> <p>&mdash;&iquest;Castrar a un hombre?</p> <p>&mdash;Mire nom&aacute;s, ahora resulta que tiene sentido del humor. Tan simp&aacute;tica usted. &iexcl;No se haga la chistosita! &iquest;Por qu&eacute; ha plagiado un texto completo y no tiene reparo en negarlo?</p> <p>&mdash;&iquest;No lo he dicho ya de mil modos? No he copiado a esa autora. Y si lo que ella dice es eso mismo que lo que yo quer&iacute;a expresar, no por haberlo dicho antes, en t&eacute;rminos estrictamente temporales, me quita el derecho a enunciarlo a m&iacute; tambi&eacute;n. Si los textos salieron del mismo modo, si el acomodo de las frases es la misma o es parecida, no es mi culpa.</p> <p>&mdash;TusQuets y su autora, &iexcl;ah! y las leyes nacionales e internacionales de <em>copyright</em> le han quitado a usted ese derecho a partir de la impresi&oacute;n de esa novela en octubre del 2007. No s&eacute; si usted es o tiene una tara mental porque es evidente, adem&aacute;s, que acaba de aceptar su culpa en este asunto. Con esto dar&eacute; por terminada nuestra sesi&oacute;n declar&aacute;ndola culpable.</p> <p>&mdash;Usted no entiende nada. Ella y yo somos de la misma generaci&oacute;n y aunque hemos vivido situaciones distintas en ciudades ajenas, pertenecemos a un momento de la historia, que por estricta l&oacute;gica, se contrapone a la generaci&oacute;n anterior. &iquest;Qu&eacute; quiere que escriba si no lo que me corresponde escribir como una respuesta al pasado, como ant&iacute;tesis? &iquest;Qu&eacute; palabras usar sino las requeridas para exponer eso a lo que estoy reaccionando? Ya Hegel lo dijo con toda la claridad posible. La sociedad reacciona y de esa reacci&oacute;n deviene una s&iacute;ntesis. &iquest;No se da cuenta de que la libertad no existe y el estilo propio del que tanto se ha cacareado es una falacia, una absurda ilusi&oacute;n, un triste enga&ntilde;o, una mentira est&uacute;pida, un intento de dar existencia a lo imposible?</p> <p>&mdash;La que est&aacute; ofendiendo mi inteligencia es usted. &iquest;Lo sabe? Porque si no lo sabe, m&aacute;s vale que lo entienda y muy pronto, antes de que colme mi paciencia y le dictamine una pena mayor, s&oacute;lo para que sepa qui&eacute;n tiene la autoridad en esta sala.</p> <p>&mdash;Disc&uacute;lpeme, pero con todo el respeto que se merece, aqu&iacute; la &uacute;nica que no ha entendido es usted. He sido clara desde un inicio y no comprendo el porqu&eacute; de esta investigaci&oacute;n. Lo explicar&eacute; mejor. Hace unos d&iacute;as tuve un sue&ntilde;o. <em>Caminaba por el parque y vi un cuerpo, mi cuerpo. Claramente me lo dije as&iacute;: Pero si es un cuerpo. Al inicio no reconoc&iacute; las palabras. Dije algo. Y eso que dije o cre&iacute; decir era para nadie o era para nada o era para m&iacute; que me escuchaba desde lejos desde ese lugar interno y hondo a donde no llega nunca el aire.</em> Despu&eacute;s de explorarlo, rodearlo, interpretarlo, de hacerlo legible, de observarlo, como se puede ver desde una c&aacute;mara al vac&iacute;o, si es que eso es posible, quise pronunciar algunas palabras, pero no me eran dadas, alguien las hab&iacute;a tomado de ese arsenal de expresiones de donde nos surtimos para enunciar lo real. Hab&iacute;a llegado tarde, s&oacute;lo por algunos segundos y una eternidad. S&oacute;lo por alguna cuesti&oacute;n geogr&aacute;fica o un movimiento inconsciente de los paralelos del hemisferio norte &iquest;o habr&iacute;a sido el sur? las letras, palabras, frases, oraciones, las preguntas, las certezas, todas ellas y los p&aacute;rrafos en su totalidad, hab&iacute;an desaparecido. La desesperaci&oacute;n, el sentido de un fracaso, la imposibilidad de desdecir y hacer nombrar el mundo con una voz propia. A partir de ese momento s&oacute;lo tendr&iacute;a acceso a su eco. El cuerpo estaba mutilado: hab&iacute;a perdido las manos y la boca o lo que hab&iacute;a sido una boca. El punto donde surgen las primeras elaboraciones guturales estaba destrozado. Yo sab&iacute;a exactamente qui&eacute;n lo hab&iacute;a hecho. Empec&eacute; a mostrar fascinaci&oacute;n por su forma de escribir, por la manera en c&oacute;mo elabora sus conceptos. Hab&iacute;an pasado ya m&aacute;s de 5 a&ntilde;os desde que hab&iacute;a comenzado a buscar las formas, la combinaci&oacute;n precisa de los sustantivos, los verbos adecuados para reaccionar a lo que ve&iacute;a: ser parte de la ant&iacute;tesis apropiada. Entonces me dije, yo quiero escribir de ese modo. Tom&eacute; algunas de esas palabras y cayeron en su forma exacta, es decir, en la forma que estaban destinadas a ser en el papel. All&iacute; termin&oacute; mi sue&ntilde;o.</p> <p>&iquest;Se fija en lo que le digo? Todo esto que le acabo de contar sucedi&oacute; en un sue&ntilde;o, pero no as&iacute; en la realidad. Ergo: eso no me califica de plagio. &iquest;Es dif&iacute;cil de inferir? Es simplemente que ella y yo por lo que usted misma ha elaborado antes de comenzar la grabaci&oacute;n de este di&aacute;logo, nacimos en el mismo a&ntilde;o. Y lo reitero: no conozco a esta mujer y mucho menos su obra. Confieso, adem&aacute;s que, apenas termine este interrogatorio, que me est&aacute; haciendo perder el tiempo, ir&eacute; a comprar sus libros, los de Cristina, no los suyos. &iquest;Ha escrito usted alg&uacute;n libro?</p> <p>&mdash;Usted se burla de m&iacute;, pero es evidente que est&aacute; loca de remate. No distingue la realidad. El caso se cierra; esto saldr&aacute; a la luz ma&ntilde;ana a primera hora. Lo anterior, como sabe, ha sido grabado. Siento mucho su negaci&oacute;n, su falta de responsabilidad. Su insolencia.&nbsp;&nbsp;&nbsp;</p> <p>La detective puso ambas manos sobre la mesa, se inclin&oacute; hacia el frente, empuj&oacute; la silla hacia atr&aacute;s con un movimiento de la cadera y se levant&oacute;. La secretaria, que hab&iacute;a estado presente desde el momento de la lectura de los textos, y que ahora ten&iacute;a en su posesi&oacute;n mi tel&eacute;fono celular, corri&oacute; a darle su portafolio del cu&aacute;l, la detective sac&oacute; un papel y una pluma. Ella, la secretaria (porque la detective dijo sentirse cansada y haber perdido in&uacute;tilmente su tiempo con una lun&aacute;tica) acerc&oacute; una hoja para ser firmada de una vez.</p> <p>&mdash;Exijo m&aacute;s tiempo para mi defensa. Esto a&uacute;n no ha terminado y no pienso firmar nada, repet&iacute;.</p> <p>&mdash;Firme, rog&oacute; la secretaria mientras comenz&oacute; a acercarse y a mirarme con ojos suplicantes. Mire, yo la entiendo: hay momentos en que un adverbio lejano se apodera de mi cuerpo. Voy por esos d&iacute;as son&aacute;mbula y transparente; justo como me siento ahora, casi diluida. Entonces quisiera mutilarme, hacer desaparecer eso que ha dominado alguno de mis miembros. Castrarme si es posible. Desaparecer de este universo. Le suplico que firme.</p> <p>&nbsp;</p> <p>Lo que all&iacute; se mostraba se hac&iacute;a visible y desaparec&iacute;a, una luz intermitente que se originaba desde el despunte de la aurora, parec&iacute;a alumbrarlo; lo impreso no era ilegible: desde que la detective hab&iacute;a salido de mi habitaci&oacute;n todo se confund&iacute;a entre luces y el roc&iacute;o, entre sonidos ajenos y una duplicidad planeada, entre la vigilia y lo que se inventa, entre la ma&ntilde;ana y una tarde de oficina. Trat&eacute; de leer lo que deb&iacute;a firmarse, pero segu&iacute; sin entender; los p&aacute;rrafos palidec&iacute;an, desaparec&iacute;an. Se dilu&iacute;an entre una hoja blanca que serv&iacute;a de fondo a un entorno a&uacute;n m&aacute;s blanco, transl&uacute;cido, tan grueso como una membrana fronteriza que divide dos &oacute;rganos distintos, dos universos paralelos. No logr&eacute; asirlos.</p> <p>&mdash;Es cierto, te dije, el lenguaje es todo recuerdo y, por ello, ausencia&hellip;&nbsp;</p> <p style="text-align: center;">&nbsp;&loz;</p> <p><strong>Rose Mary Salum</strong> (M&eacute;xico). Es fundadora y directora de la revista biling&uuml;e <em>Literal, Latin American Voices</em> y autora de los libros de cuentos <em>El agua que mece el silencio</em> (Vaso Roto, 2015) <em>Delta de las arenas. Cuentos &aacute;rabes, cuentos jud&iacute;os</em> (International Latino Book Award; Literal Publishing, 2013; Vig&iacute;a, 2014) <em>Entre los espacios</em> (Tierra Firme, 2002) y <em>Vitrales</em> (Edomex, 1994). En 2009 edit&oacute; la compilaci&oacute;n <em>Almalafa y Caligraf&iacute;a, Literatura de origen &aacute;rabe en Am&eacute;rica Latina</em> para la revista Hostos Review. Sus cuentos y ensayos han aparecido en las antolog&iacute;as <em>Cruce de fronteras: Antolog&iacute;a de escritores Iberoamericanos en Estados Unidos</em> (SubUrbano, 2013), <em>Po&eacute;ticas de los (dis)locamientos</em> (Dislocados, 2012), <em>Ra&iacute;ces latinas, narradores y poetas inmigrantes</em> (Vag&oacute;n azul, 2012), <em>America nuestra: antolog&iacute;a de narrativa en espa&ntilde;ol en Estados Unidos</em> (Linkgua, 2011), <em>Professions</em> (MLA, 2009), entre otras publicaciones. Por su labor literaria y editorial ha recibido el, Author of the Year 2008 del Hispanic Book Festival, el Hispanic Excellence Award, el International Latino Book Award, 4 Lone Star Awards, 2 CELJ Awards, el Classical Award otorgado por la Universidad de St. Thomas, un reconocimiento por el Congreso de Estados Unidos, Mujeres Destacadas Award otorgado por la agencia period&iacute;stica ImpreMedia. y tres nominaciones: el Nora Magid Award otorgado por el Pen America (2013), Ana Mar&iacute;a Matute (Torremozas, 2008) y el Maggie Award (2005). Es colaboradora de la Academia Norteamericana de la Lengua.</p> <p style="text-align: center;">&nbsp;&diams;</p>