Toda verdad es posible en cuanto raya los límites de lo inverosímil, seres y cosas pasan a diversos términos, mis cosas y mis baratijas se juntan con quien escribe, se dispersa y se comprime en una intimidad casi de bostezo, casi de esperanza en atrapar sus resabios con sus resúmenes de nostalgia, de miedo, pero también de esperanza sorda, de locura mística-mágica al buscar un dios invisible místico y mágico.
Enciendo un café y bebo el enésimo cigarro, me abalanzo al poemario que gira entre mis manos, mi hija me demanda su desayuno y mi pareja un beso, me quedo en unos versos:
Oh, dios!, si no se hubiera reventado esa gaveta, no se habrían derramado tantas estrellas
relucientes como lágrimas
porque se fracturaron tantas flores y no sirvieron de gran cosa.
Debo salir a las cosas de todos los días, pero deseo seguir leyendo y entrar en otros tiempos, que me haga salir de mí, versos que me siguen dando vuelta, que me dicen de un mundo posible en una posibilidad irreal.
Tengo un par de manos, almas escribiendo en silencio
testigos sigilosos, corazón que parpadea siempre.
Dios no existe porque me tapa los ojos.
Yo soy oscuridad, pero para los demás tan sólo sucede.
Lo cercano es lo que de tan lejos se puede tomar, se debe vestir… usar como segunda o tercera piel.
He estado desnudo de mí mismo, reloj de nada, reflejo de la tarde
una sombra se despliega lentamente donde los mortales perciben olor de noche.
Toda lectura encierra la semilla de otro libro, quizá yo misma reflejada o que otro haya visto mi reflejo, me vea y sienta que me ve.
El libro se llama un Simple libro de baladas de Mario Alonso publicado por Colectivo editor latinoamericano 2016.
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Alma Cervantes, “La Cervantes”, es escritora, promotora y provocadora textual… Ha participado en diversas actividades culturales y tiene un par de libros inéditos.