El personaje Salomé es interpretado por José Rochel y Judith lo interpreta Leslie Magdalena Holguín. Foto: El BeiSMan
Es un sábado por la mañana y estoy en el centro Citlalin en Pilsen. Uno de esos centros que abre sus puertas a diferentes grupos y eventos culturales, y de pronto se escucha “primera llamada, primera llamada”.
Entro al ensayo de Allá en San Fernando, obra del dramaturgo Raúl Dorantes, puesta en escena del Colectivo El Pozo. Se estrenará el 13 de octubre ahí mismo, en Citlalin, y continuará hasta el 30 de octubre.
Al escucharse “segunda llamada”, en una pantalla empiezan a proyectar imágenes de constelaciones y nebulosas acompañadas de La Pasión de San Mateo, de Bach. También aparecen imágenes de erupciones de volcanes, fuego llegando a los cielos y luego aparecen escenas de conflictos bélicos y soldados en acción.
Se anuncia la “la tercera llamada”. Y una voz anuncia “comenzamos”. Salen a escena dos militares y tres mujeres, aparentemente inmigrantes humildes, que vienen huyendo de sus países.
Los dos militares están interrogando a las tres mujeres y las empiezan a hostigar y amenazar mientras ellas permanecen de rodillas, sintiendo que sus vidas ya no están en sus manos y más bien se notan en riesgo de perderlas.
Así comienza esta obra que trata sobre las conciencias mutiladas, no tanto de las víctimas de la violencia sino de los verdugos del mundo que levantan, capturan y someten a su voluntad a inmigrantes indefensos, que cruzan las fronteras tratando de escapar la pobreza, la impunidad y la violencia constante en sus países de origen.
Adelanto a los lectores que esta obra (muy ambiciosa por cierto) trasciende la realidad cotidiana y nos lleva a examinar las vidas y conciencias de estos cinco personajes en otro plano. Después de muertas las tres mujeres —María, Judith y Salome— reviven en otro sitio: llámese el purgatorio, el más allá o simplemente otra esfera de la existencia.
El personaje Hombre 1 lo interpreta Juanjo López. Foto: El BeiSMan
Lo que importa es que ahí ellas deambulan tratando de reconectarse con su vida anterior y discutiendo las razones que las forzaron a abandonar sus pueblos en países que en la obra no son identificados.
Para la sorpresa de ellas, los dos militares —actuados por Juanjo López y Paula Aguirre— también llegan a ese mismo sitio después que también murieron o cayeronn víctimas de sus altos mandos.
Los personajes de las tres mujeres son protagonizados muy bien por Carolina Escrich quien hace el papel de María; Leslie Magdalena Holguín quien hace el papel de Judith y José Rochel intepreta el papel de Salome. Otra mujer, Claudia Urbano, interpreta hábilmente al personaje sin nombre. Cabe mencionar que la coreografía de la obra está a cargo de Shanti Kumari y el diseño del escenario está a cargo de Mynor Paredes.
Cuando los dos militares llegan a la esfera o sitio metafísico en donde están las tres inmigrantes, ellos ya no tienen poder, han sufrido también y llegan ahí por una fuerza que ya no es su propia voluntad.
Ahí comienza un dialogo de retribución por parte de las mujeres que exigen explicaciones del porqué las asesinaron.
Esta es la primera vez que en el Colectivo el Pozo una mujer interpreta el papel de un hombre ya que Paula Aguirre actúa en el papel del militar número dos y José Rochel interpreta el papel de Salomé, una mujer. ¿Qué tan bien se interpretan estos roles?, no lo voy a mencionar pues ésta no es una reseña sino la crónica de un ensayo teatral.
El personaje sin nombre es interpretado por Claudia Urbano y María lo interpreta Carolina Escrich. Foto: El BeiSMan
Solo diré que causa sorpresa ver estos dos personajes actuados por el género opuesto; pero ya entrada la obra uno se olvida de ello. Otra innovación en la puesta en escena de esta obra es el hecho que no hay un director asignado y todo el elenco actúa en conjunto para dirigir esta obra, según contó Dorantes.
Los lectores se han de estar preguntando que quizás hay mucha violencia en esta obra pero no. Dorantes ha escrito una obra en que no hay violencia dentro de la obra. Aunque el dramaturgo se inspiró en los terribles hechos de San Fernando, Tamaulipas, en donde en el 2010 se encontraron los cuerpos de 72 inmigrantes muertos, ese tema aquí sirve solamente como punto de reflexión y diálogo sobre por qué existe la violencia, quiénes la cometen y qué fuerzas oscuras llevan a alguien a este extremo.
Esta es una obra original y las actuaciones y puesta en escena son impactantes. Hay mucho que considerar al ver una obra como ésta aquí en Chicago.
Esta es la décima obra del dramaturgo Raúl Dorantes. Anteriormente Dorantes escribió obras originales, como Una hormiga en la 26, De camino al Ahorita y Los Carralejas, entre otras.
A lo largo de su carrera de escritor Dorantes ha ido desarrollando personajes basados en la realidad cotidiana de los hispanos, ya sean de Chicago o de un país más lejano, y esta nueva obra muestra que este escritor local tiene una habilidad excepcional para definir y presentar a diversos personajes en la rama del teatro en español.
Esta es la décima primera obra puesta en escena por el Colectivo el Pozo, fundado en 2009, y cuyos miembros se esmeran en producir al menos dos obras por temporada. Ellos se concentran en obras en español que exploren temas y matices de la comunidad y el mundo hispano.
El Colectivo el Pozo es un teatro joven como original y tiene su imaginación intacta y le aplaudimos que monte obras como Allá en San Fernando y sean accesibles a la comunidad hispana.
El personaje Hombre 2 es interpretado por Paula Aguirre. Foto: El BeiSMan
∴
Antonio Zavala periodista. Vive en Chicago y escribe sobre la gente que habita los barrios de Chicago.
∴
Para mayor información visite el sitido del Colectivo el Pozo.