¿Y los líderes del Movimiento 10 de Marzo?


A diez años del Movimiento 10 de Marzo. Fotos: José Guzmán, diseño de portada Roy Villalobos

 

Fragmento del libro Voces migrantes que se presentará en en Museo Nacional de Arte Mexicano el jueves 10 de Marzo.

 

La salida de la marcha estaba programada para el mediodía, pero a las 11 de la mañana había no menos de 100 mil personas en el Parque Unión. Entre autofelicitaciones y abrazos y saludos de “ya la hicimos, guey”, los pocos organizadores que nos pudimos encontrar entre el gentío tratamos de ponernos las pilas y organizar contingentes, lo cual obviamente resultó en otro completo fracaso.

Digamos que había solamente dos o tres contingentes reales e identificables: primero, los 20 o 30 organizadores que andaban todavía por las tribunas de la cancha de beis dándole chance a la gente de seguir echando rollo; segundo, un grupo más grande, de un centenar de compañeros con discapacidades dirigidos por Horacio Esparza y que se había decidido marcharan al frente para que la gente no los fuera a atropellar, y el tercero unas 99,870 personas listas para arrancar.

Se suponía que había un grupo de invitados especiales y “líderes” que, como su pomposo título implica, se suponía debían “liderear” la marcha, pero que no aparecían por ningún lado. A la mejor estaban haciendo cola para demostrar sus dotes de liderazgo en la improvisada tribuna de la cancha de beis, o en una segunda tribuna también improvisada que yo alcancé a escuchar a lo lejos pero a la cual era francamente imposible acercarse, armada por la estación de radio de El Pistolero.

Precisamente Esparza se aventó un ocho porque, con todo y su falta de visión (real, no política, el compañero carece de la vista), pudo encontrarme en medio del gentío de gente. Me preguntó en dónde se formaban las personas con discapacidades, porque ya le habían dado como tres lugares distintos dentro del Parque, incluso al lado de la improvisada tribuna, y se le hacía (y se le hacía bien), que iba a ser un rollazo meter 60 sillas de ruedas y personas con muletas y bastones en medio de la muchedumbre, el pasto y el lodo.

Más rápido que de boleto nos pusimos de acuerdo para que formaran a todo el contingente de personas con discapacidades sobre la Avenida Ashland, a 60 metros de la tribuna, y que de paso así nos comenzábamos a organizar para marchar. De hecho, parte del chance que le dimos a la policía de sacar sus patrullas de entre la muchedumbre cumplió el doble propósito de abrir el camino para el contingente de personas con discapacidades. Por ahí llegó César Miranda, Presidente de la Coalición Internacional de Mexicanos en el Exterior, para ayudar en la chamba, y ya no nos separamos hasta que todo terminó, horas después, en la Plaza Federal.

A la policía le comenzó a entrar un cierto sentido de pánico urgente. La gente en el Parque Unión era demasiada ya no solamente para el centenar de “tiras” supuestamente a cargo del asunto, sino para nosotros y para cualquiera. El comandante a cargo de la policía hasta el momento empezó a exigir sobre la Avenida Ashland “que se formaran los líderes que iban a encabezar la marcha”, para poder salir lo antes posible. Me pedía medio histéricamente y casi a gritos “que presentara al congresista Luís Gutiérrez y al concejal Jorge Cárdenas” para organizar la cosa.

De amable manera, Juan Andrés El Gordo Mora, quien cayó del cielo en ese preciso momento y yo, le explicamos al Comandante que estaba por lo menos fuera de foco y por lo más completamente delirando, porque los “líderes” no sabían para dónde quedaba el Lago Michigan y nosotros no sabíamos en dónde estaban ellos. Por decirlo de otra forma, tanto El Gordo Mora como yo disfrutamos por algunos momentos del placer de poder torear a la policía y verlos completamente descontrolados. Para ellos, acostumbrados a mandar y ordenar y a que todo el mundo les haga caso, ha de haber sido terrible, pero nos deben muchas y ahí les cobramos una.

 

Jorge Mújica Murias. Uno de los tres convocantes de la histórica marcha de Chicago del 10 de marzo de 2006. Con casi 30 años de activismo político en Chicago, Mújica se ha ganado el respeto de promotores de los derechos del trabajador y del inmigrante y de miembros de la comunidad trabajadora.

Voces migrantes
se presentará el jueves 10 de marzo, 2016, 6:00 p.m.
National Museum of Mexican Art
1852 W. 19th St.