Maldito Lasticön de Gastón Virkel
Suburbano Ediciones, 2019, 152 páginas, $15.99, ISBN-13: 978-0998847788
La última novela de Gastón Virkel, Maldito Lasticön, nos lleva a un viaje frenético hacia la vida de Álvaro y Lasticön, que se conocen en un encuentro sexual, tan casual como bizarro. Lasticön llega a la vida de Álvaro y de su familia para modificar la dinámica de un círculo ya disfuncional, para convertirlo en un caos organizado, con el agregado de drogas, violencia y muerte.
La narrativa que utiliza Virkel va de acuerdo a la vida que llevan Álvaro y Lasticön. Ellos viven de manera vertiginosa: sin límites, sin conciencia y sin mañana. La narración es fluida y el ímpetu de su vocabulario lleva a mezclar los idiomas, creando un Spanglish creíble y hasta necesario en el contexto de los sucesos de la novela. Lasticön en un poeta maldito, a él no le gusta esa denominación, pero sus poemas, que acompañan la narración, no dejan de ser un complemento de la vida de ellos. Una suerte de reflexión necesaria dentro del apresuramiento que impone el texto. Esto se complementa bien, creando un momento de conciencia y exhortación al análisis de los hechos.
Dentro del vértigo que proponen Álvaro y Lasticön, se hacen un de momento para volverse millonarios a través de la venta de haschis, pero la idea los lleva casi a perder sus vidas. Eso no los detiene y encuentran en las armas un negocio seguro y por sobre todo legal, que nos habla también de realidad que se vive dentro de las fronteras de Estados Unidos.
Virkel crea en Maldito Lasticön, una Miami que se acerca mucho a lo cotidiano y a lo actual sin abandonar el desarraigo. El acierto narrativo está en la velocidad, en el vértigo y en el caos que crean un ambiente único y posible, que cuando los personajes vomitan, se pelean o despiertan en una playa sin saber cómo llegaron, el lector se hace eco en la incomodidad, en la quemazón de la piel y los olores del momento. El ambiente se convierte en parte instrumental de la novela.
Maldito Lasticön es una novela que invita a ajustarse el cinturón, acelerar y empezar a hacer cambios en un auto deportivo y descapotado. Vas a despeinarte, no apto para mojigatos. Una buena novela.
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