Ellas cuentan: antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EEUU. Editoras: Melanie Márquez-Adams y Gizella Meneses
Sudaquia Editores, NY, 2019. 186 páginas, $19.99, ISBN-13: 978-1944407476
Ellas cuentan: antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EEUU es una obra única. Este volumen, editado por Melanie Márquez Adams y Gizella Meneses, es el primero que recoge textos de escritoras latinas en Estados Unidos, en los cuales resalta la muerte. Los cuentos compilados no pertenecen al género policiaco o negro; la figura del detective, con o sin rumbo, no es clave en las historias de este libro. Lo que prevalece es la presencia de alguien cercano al crimen, el testigo de un asesinato, bien sea de primera o segunda mano. En algunos casos nos habla el asesino, en otros alguna persona conocida, en otros el recuerdo de una historia contada y guardada en la memoria.
Un grupo de autoras se acompañan para tratar de responder interrogantes que se pronuncian alrededor de una muerte violenta. Quizás esas respuestas nunca se lleguen a escuchar pues los pormenores, razones o desenlaces de los asesinatos no siempre se develan a través de los cuentos.
Encontramos textos como el de Dainerys Machado Vento en el que el asesinato premeditado y contado desde el principio se da con resultados no esperados y tal vez salpicados de destellos de locura, o como el de Teresa Dovalpage en el que los lectores quedan tan sorprendidos como la protagonista al revelarse la incertidumbre del crimen. Al mismo tiempo nos topamos con los cuentos de Cristina Zabalaga y Jennifer Thorndike, ambos escritos en primera persona, en los que se escuchan detalles específicos de los homicidios, datos que ningún policía compartiría con el público. Tenemos la primicia.
Varias historias, por su parte, no dejan respirar y en la primera línea informan sobre la existencia del cadáver, como es el caso de los cuentos de Johanny Vázquez Paz y Juana M. Ramos, o sobre la presencia de una memoria, de un recuerdo que se repite y retumba detrás de la oreja. En ese espacio se encuentran los cuentos de Margarita Drago y Oriette D’Angelo. Melanie Márquez Adams, Gizella Meneses, Azucena Hernández y Anjanette Delgado presentan historias en las que no se obtiene una respuesta porque al fin y al cabo no la hay, el enigma reina alrededor de los crímenes. En el texto de Kianny Antigua se ofrece una explicación, incluso se aplica una sentencia, pero no es la que debe ser. La injusticia prevalece sobre la candidez.
Ellas cuentan es un volumen variado, en el que existen universos que pueden asemejarse pero que son diferentes en tiempo y espacio. Algunas historias ocurren en Estados Unidos, proveen referencias a tiendas y calles específicas, dejan colarse al espánglish y huelen a migra. Otras ocurren en Venezuela, Argentina, Guatemala, Puerto Rico o algún país imposible de identificar. Así de imposible sería tratar de categorizar este volumen dentro de un cubo hermético. Esta obra no posee una temática devota a la diáspora latina; es una compilación de cuentos diversos tanto en relación al tema como a la técnica.
Nos encontramos frente a un ejemplo del New Latino Boom, movimiento literario en español propio de Estados Unidos durante el siglo XXI. La figura de la antología es crucial para entender el amplio espectro en el que se mueven los artistas de origen latinoamericano que viven en este país. El discurso literario del New Latino Boom comprende no solo la temática de la migración, la reubicación y la nostalgia, sino cualquier punto que resalte dentro del mundo posmoderno en el que vivimos. Una conversación en un arrabal caraqueño tiene cabida dentro de esta explosión de talento, así como un monólogo interior de carácter filosófico sobre lo que significa aniquilar a alguien, y al mismo tiempo el diálogo entre una asesina y un cadáver. Entre los textos resaltan palabras como chama, chivata y mangó (con acento en la ó) así como foquin, stickers y lollipops. El New Latino Boom es rico; esta antología es rica. Por ello los invito a pasearse por sus páginas y a indagar más sobre las obras de las mujeres que las guían. Ellas cuentan.
Melanie, Gizella, Margarita Drago, Kianny Antigua, Juana M. Ramos. Foto: cortesía de Melanie Márquez Adams
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