TL del #coronavirus

 

Febrero 28

Esto del coronavirus se está agravando y el presitonto dice que “va a desaparecer… milagrosamente”. ¡Dios! Los chinos ya cerraron las ciudades. Los hospitales no se dan abasto y nuestro líder cree esto va a desaparecer por obra del espíritu santo. ¡¿Qué no vio Contagion?! Gwyneth Paltrow se murió a los cinco minutos de empezada la película a consecuencia de un virus que agarró en Hong Kong. Parece que a la ficción le gusta culpar a los chinos por las pandemias….

 

Marzo 11

La OMS ha declarado una pandemia mundial. Recibo un texto de Frida, mi hija, diciendo que tenemos que comprar papel higiénico y sopa. No entiendo porque le preocupa esto en particular, pero lo he ordenado por Amazon para tranquilizarla. Tres paquetes de doce mega rollos nos alcanzan hasta para disfrazarnos de momias en Halloween.

 

Marzo 12

Estaba en el cine esperando que comenzara “Emma”, cuando sonó una campanita notificando que el presidente había cancelado todos los vuelos a Europa, excepto al Reino Unido. ¿No le han dicho que en Londres hay dos aeropuertotes que conectan con el resto del viejo continente? Me gustó la película, pero no más que la versión de Gwyneth Paltrow. El señor Knightley no puede ser rubio. En mayo tengo planeado ir a Madrid. Espero que, para entonces, las cosas hayan vuelto a la normalidad.

 

Marzo 16

La escuela ha terminado para mi hija y la veo deambular por la casa, buscando qué hacer. Saqué las cartas y la enseñé a jugar Gin Rummy. También compré un “mil piezas” con un mapa del mundo antiguo para combinar la diversión con el aprendizaje. Las piececitas del mapa poco a poco van mostrando los continentes como los conocemos hoy, con barcos de velas en los mares, aunque Latinoamérica parece más delgada. De todas maneras, aplaudo a los cartógrafos de la edad media que trazaban los contornos terrestres… ¡a pie y a ojo de buen cubero! Veo a China, y a Italia, y a España y pienso en sus ciudadanos, guardados en sus casas, luchando contra un enemigo microscópico. Mi trabajo me preocupa, pues solo recibo emails con el mismo Subject: Cancelado. Cancelado. Cancelado. Debido a la situación con el coronavirus, la conferencia se ha cancelado. La junta se ha cancelado. La comida se ha cancelado. Madrid está cancelado. Parece que el mundo está a punto de ser cancelado.

 

Marzo 17

Hoy salí a caminar con el perro y no me topé con Sharon, mi vecina de enfrente. Al menos, creo que se llama Sharon, pero no estoy segura porque me dijo su nombre el día que me cambié hace más de seis meses y tan pronto me lo dio, se me olvidó. No sé si es Sharon o Sarah… podría ser Susan. Tiene cara de Sharon. Es una mujer de mi edad que vive con su hija autista de 26 años y dos perros: Ingrid y Lucky. Ingrid es una Golden preciosa que apenas puede caminar y no ladra. Lucky es una mezcla de callejero con bóxer y es un histérico. Sharon es la única persona en mi complejo de departamentos con quien tengo una “relación”, pues su porche da a la puerta de mi casa y cada vez que salgo Lucky hace un pinche escándalo, entonces ella, desde el sillón de la sala, levanta la mano en gesto salutatorio. Si está en el porche me dice “Hi” y yo le digo “Hi” y sigo mi camino. Sólo sé que me observa y que todas las mañanas saca a Ingrid a caminar. Ingrid husmea con la lentitud propia de alguien con problemas de cadera y se sienta cada tres pasos. Sharon (si así se llama) la espera con paciencia hasta que decide levantarse para repetir la misma rutina. Luego regresan juntas al porche y Sharon toma café mientras Ingrid, sentada, observa. Hoy no. Espero que todo esté bien.

 

Marzo 18

El gobernador ha declarado “estado de emergencia”. Han cerrado los bares y restaurantes, los teatros, los cines. El mundo se ha cancelado. Nadie regresará a clases. Me preocupa la gente que ha perdido su empleo. Los estudiantes que no podrán graduarse. Los ritos perdidos. Médicos y enfermeras trabajando sin descanso; sus vidas y las de sus familias en riesgo. Los viejos muriendo solos. Lloro por los artistas, pero no los de Hollywood; por los que todavía sueñan. ¿Qué será de las librerías? ¿Cómo entretener a tanto niño encerrado en su casa?  ¿Qué será de mi hijo que ha perdido dos empleos? ¿Cuánto durará el mío? Hay desabasto de papel higiénico. ¿Me alcanzará el que tengo?

 

Marzo 19

No he podido ver a mis nietos porque su madre, con justa razón, ha declarado su casa “zona de cuarentena” y no permite que nadie se acerque. Armada de toallas y aerosoles desinfectantes, defiende a su familia del enemigo con la ferocidad propia de una verminofóbica. No la juzgo. Ver a mis nietos en traje de hazmat seguro les provocará pesadillas, así es que, por el momento, tendré que conformarme con verlos a través de la pantalla de mi celular o en los stories de mi hijo en Instagram. El distanciamiento social me está calando. Convoqué a mis amigas a un #vinitovirtual. Espero que nos podamos poner de acuerdo ahora que solo hay que echarse en un sillón.

 

Marzo 20

El gobernador ha anunciado la orden de resguardarse en casa. Solo trabajadores esenciales y salidas a la farmacia o al supermercado. A Carolina no le gusta esto. Lo bueno es que tengo papel higiénico, pero solo una botella de vino. Eso si me da pánico. Salgo a Binny’s disparada y me encuentro con que la cola da a la calle. Espero que encuentren una vacuna muy rápido porque si esto tarda mucho, Alcohólicos Anónimos no se va a dar abasto. Logré comprar vino en la licorería del barrio y organicé una mini-muestra de cine italiano, comenzando con “Cinema Paradiso”. A los 20 minutos, Frida decidió irse a su recámara a ver TikToks. Cuando los jóvenes prefieren ver TikToks en lugar de películas de Guisseppe Tornatore, sabes que la humanidad se merece este pinche virus.

 

Marzo 21

Por las redes circula un video titulado “Chicago en silencio” que muestra los vagones del metro vacíos, el silencio de Wrigley Field y del estadio de los White Sox, el sol destellando sobre las curvas del monolítico frijol de acero, ahora solitario, y recuerdo algo que apenas leí en un libro sobre la historia de Chicago. Días después del gran incendio de 1871, que destruyó la ciudad completa, el titular del Chicago Tribune decía: “A partir de una calamidad sin paralelo en la historia de la humanidad… el pueblo de esta ciudad… ha decidido que: Chicago se levantará de entre las ruinas”. Esto me da esperanza.

 

Marzo 22

Es domingo, pero como si fuera martes. Ahora todos los días son iguales. Salí a caminar con Chester y me encontré con Ingrid y mi vecina. Hice lo que nunca, le pregunté cómo estaba y por primera vez, sostuve una conversación con ella. No se llama Sharon, se llama Susan, y su otra hija está a punto de tener un bebé en Atlanta. No podrá acompañarla, ni conocerá a su primer nieto hasta que la pandemia se haya controlado. Ingrid nos veía, sentada, sin ladrar. Ma pareció que sonreía. Me acerqué a ella y la acaricié. Le dije a Susan que si necesitaba papel higiénico, yo tenía de sobra.

Quizás es lo que le hacía falta al mundo: una pandemia para hacernos más humanos.