La tía Tula de Miguel de Unamuno
En una sociedad aún preocupada por marcar las diferencias por encima de las virtudes humanas de las personas, la escritura de Miguel de Unamuno se levanta, como un grito entre mares de gente, nos invita a terminar de una vez por todas con las estructuras sociales y las históricas costumbres, sobre todo si estas son capaces de privar a alguien de la felicidad, fin primario en la existencia de cada persona.
Unamuno nos describe en La tía Tula a una mujer preocupada por la santidad de su vida, reacia, con una honestidad brutal y un instinto maternal que le supera. Esta novela, publicada en 1921, presenta la historia de una mujer que nace, vive y muere para ser la tía de una familia, para cumplir el rol de madre con los hijos de otras. Gertrudis (Tula) casa a su hermana con el primer enamorado que le pretende. Le convence de tener hijos y empieza su vida como madre, el deseo más profundo de Tula y en torno al cual gira todo el argumento de la novela.
Su cuñado pretende imponerle la ley del sororato, pero no es él quien decide. En la vida de Gertrudis es ella la de la última palabra; está acostumbrada a que siempre se haga lo que dice, bajo la premisa de la moral y la santidad que debe acompañar a cada acto humano.
Tula menosprecia en varias oportunidades la existencia del hombre, lo etiqueta como un mal necesario (para la reproducción, únicamente) tratando de reprimir sus deseos de amar. Resalta su condición de virgen mientras se desvive en la crianza de los hijos que no son suyos, pero sí lo son porque así lo decidió y lo comunicó al mundo, y si ella lo dice así es.
El autor español juega con la doble cara de la moralidad. Mientras la protagonista asegura ser casta, en confesiones admite la mentira sobre la cual ha construido su vida anteponiendo la felicidad de otros, más que por naturaleza, para tener una especie de ventaja moral y humanística sobre los otros, lo que roba humildad a sus actos.
Aún ante las posibilidades de dejar de ser la tía soltera –imagen con la cual estamos familiarizados muchos gracias a literatura, telenovelas y la vida misma– Tula prefiere seguir negando y reprimiendo sus deseos, que no dejan de ser sexuales, aunque no sean totalmente explícitos.
Gertrudis constituye la unión familiar, la reprimenda, lo "correcto", el amor absoluto hacia los hijos, las costumbres, la independencia, la libertad de pensamiento, pero también la manipulación. En varias ocasiones se vislumbra su egoísmo y amor propio disfrazado de afecto y entrega por los otros.
La tía Lula, maravillosa novela de Unamuno, se adelanta muchísimo a su época, sobre todo por la imagen de la mujer independiente, con libre pensamiento y sin ataduras para decir nada. En sus personajes encontramos irreverencia y recelo. La tía Tula es una radiografía que nos muestra cómo luce la posibilidad de ser felices y cómo se nos puede escapar de las manos por nuestra indisposición al cambio. A veces el riesgo vale el no morir sintiendo que todo nos fue dado a través de otros.
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