CONVERSACIONES Y ENCUENTROS EN TRES AMÉRICAS (parte IV, a)

—Cuarta Parte: pequeña selección de poesía de la Revista—

(parte i)

 

En los siete números de tres américas la poesía tuvo un rol definitivo. Al lado de los poetas consagrados (Rosario Ferré, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso) se publicaron poemas de otros menos conocidos y de los “novísimos”. Hasta los niños hicieron su acto de presencia en nuestra casa. Esto que algunos pudieran tomar como una tomadura de pelo o un desacato a las buenas costumbres de los letrados, en nuestras páginas fue una verdadera fiesta. Un pequeño carnaval de alegrías inmensas. Todos juntos y revueltitos. Selecciono al azar muestras de esos empeños poéticos. Incluyo algo de lo Publicado en “Azul”. Por cuestión de espacio, los versos de los poemas aparecen separados sólo por guioncitos, sin la belleza original. Pido disculpas. Lo que deseo es simplemente escuchar de nuevo las voces de todos los amigos queridos.

 

 

ERRANTE

Mar de tinieblas, ronda el felino / Inmenso manto, la noche oscura / Tiñendo el paso que da al camino / Se hace más negro lo que es negrura.

Triste la vida del peregrino / Nave al garete, mal tripulante / Ruta del tiempo perdió al marino / Puerto esperanza, todo es distante

Busco la luz como el errante / Que en cada esquina prende una tea / Pero es tan breve, sólo un instante / Que sigo errante, ¡malaya sea!

 

Adolfo Colón (puertorriqueño)

 

 

HERENCIAS

Y aquel niño / cansado de caminar / quiso descansar, / se sentó sobre la arena / e irguió su cabecita, / para poder tragarse / todo el aire del planeta. / Exhaló su fatiga, / estiró sus piernas, / abrió los brazos, / quiso extender todo / su cuerpo… / y confundirse grano a grano / con aquel mar de sequedades. / Miró a su alrededor / descubriendo la inmensidad / de aquel desierto. / El rumoroso silencio / de aquellos átomos petrificados / eran la presencia eterna / de las voces del tiempo. / Descubrió los pasos / en las profundidades, / en las entrañas de aquella vida / inanimada, pero tan viva. / Palpó las cálidas manos / de la esperanza, / rozó el silencio de tantos y tantos / deseos incumplidos. / Allí estaban los hombres, / sus familias, / sus historias. / El sol los había cobijado, les brindó su calor eterno, / los alojó en la energía / vital y trascendente. / El niño se quiso levantar / y sintió la pesadez / de su cuerpo. / Vio sobre su piel / el sello inconfundible, / el sol lo acompañaría / hasta el final de sus días…

 

Lito Barraza (chileno)

 

 

AMOR EN DÍA DE FIESTA

(Fragmento, primeros versos)

Hay humanidad… / en el susurro del viento, / en el vientre limpio de los pájaros / y el abrazo diáfano del agua. / Hay justicia… / en la tormenta y el relámpago, / en el rigor de la metamorfosis del tiempo / y la violencia que engrandece océanos. / Hay doblez… / en la mirada que él inventa, / el calor que irradia / lenguaje que al brotar deserta / y el beso que al jurar profana.

Sabes el nombre que me sueña / y aquel que me desagrada. / Conoces los cuatro costados de mi tierra, / calles, montañas, ríos, iglesias, / enjambres de mariposas y libélulas, / una fuente mágica que palpita en jardín / de árboles gigantes / y el hechizo que crece alas / mientras alguien proyecta horas de llegada.

Llegaste un día en que la inocencia / corría por ciudades y veredas / anunciando buenas nuevas. / Hubiese creído en el final de toda guerra, / una sociedad justa y serena, / o quizá en la dicha / asomada a millones de grietas. / Ahora soy de nuevo pozo oscuro / en zona media, / raíz solitaria que surge entre escombros / y se marchita bajo oleadas de miseria.

Pero todo sufre… / el niño, el pájaro, el árbol; / el dolor es lenguaje eterno / como el amor / que silencioso y paciente / después de un gran reposo vuelve. / También los dioses mueren, / la muerte transita en formas y vive / en el vientre de una mujer preñada. / Ella muere al dar a luz / y una vez más / la vida engendra otra mirada.

¿Por qué temer el nombre que duerme / en entrañas de los siglos? / Todo vuelve y es de nuevo / pequeña cantidad de polvo / esparcida en siete suelos, / remolino y río de silencios, / agujas que tejen nuevos cuerpos.

Somos pájaros / que cada vez vuelan más alto, / pájaros negros, blancos, rojos y dorados; / noche que fluye entre / impulsos e intervalos / nudo de horas enlazadas viajan, / universo giratorio / en punto central de manos. / Escalar nubes, caer luego / y naufragar en abandono, / oscilaciones de minutos entre ciclos…

¿Por qué no acabarlo todo? / No se vive sin morir primero, / entre los ojos del tiempo / fealdad que gesta lo bello; / lo simple es cuenca del collar de lo divino / como los ojos húmedos de un perro, / manantial que establece la dulzura / y penetra lo profundo a través / de lo pequeño.

En el otro lado del tiempo / un gusano se hace mariposa / y el perdón reconcilia todos los caminos, / pero en este fragmento del destierro, / después de perder a DIOS / y caer en un hueco negro / —yo te maldigo— / desde el peldaño más bajo de la desgracia, / y la cresta más aguda de la náusea.

Sigue en insomnio la memoria / y los amantes se desploman en silencio / en pequeño cuarto oscuro, / ruedan bellos y húmedos / sobre universos esparcidos en el piso; / de sus pechos brotan fuentes que revelan / a través de pausas en el tiempo / —alfabeto de latidos— / diálogo establecido sobre / espejo de los sueños, / beso profundo entre enemigos; / y después, / en la brevedad del último quejido / se precipita inevitable la caída,/ se deshace resplandor / que emerge desde el pecho / y dos extraños en sentido opuesto / perforan vacíos… / descienden caminos de sombras y olvidos.

 

Liliana Cardona Zea (colombiana)

 

 

ALBERTINA AZÓCAR SE VA VOLANDO

Hoy se ha llevado a la musa / el hálito de pájaro sin vuelo / de nuestro señor Don Pablo / la vena de poemas y canciones / de ardores, de desalientos / que todo un orbe silbara / con lágrimas en los ojos / soplo trizado en vidrios / múltiplos de tristeza / como un chiflón minero / angosto, hondo o de nube / sombría en la distancia / lluvia sobre limo y rosas / y a ramalazos gélidos / de banda negra en la manga / entre cenizas extinguidas / su voz de Allende los mares / desde árbol en arenosa ribera / esparce tu nombre prensado / en cardos leves, estivales / con “la sal casi invisible / cupo de sus postreras olas” / mariposa fuera de capullo / hoy sucumbida por un beso / eterno, lejano cual un ayer / melancólico como una lluvia / desplomada en día de asueto.

 

Mario Andino (chileno)

 

 

AMOR

He sido el dios y la leyenda / cargando el peso del dolor humano, / las miserias que gravitan en el planeta. / Aquí, / en el lento fluir de tu historia. / Soy quien carga el lento transcurrir / de tus milenios, / el peso de tus crímenes / el hedor de tu odio / el llanto de tu desesperación / el horror de tus guerras / las entrañas de tu dolor. / Cargo el niño triste de tus desgracias.

Soy el espíritu que te libera / la luz abierta y de todos. / Soy lo que olvidaste: / El regreso. / Siempre estuve de principio a fin / en el aire. / Todo me respira, / vivo en todos… / Soy tu conciencia olvidada, / tu identidad. / He estado presente y ausente / visible e invisible / en el largo y efímero curso de la vida: / Mi luz es alegría, / paz, / armonía. / Soy la respuesta / reflejada en el espejo de tu espera, / soy cada línea de rostro / que te llama: / Soy la luz, / lo único, / el camino.

 

Ariel Zapata (colombiano)

 

 

LA FRÍA MUERTE

¿Cómo llega la muerte? / ¿Preñada de silencio o con paso sonoro / llorando a su difunto? / Yo no sé, yo la conozco apenas, la he visto merodear pensativa, / silenciosa, sin cara, sin boca, sin anillo, / en los solitarios cementerios, / en las salas azules de los hospitales, /en las oscuras celdas de los asesinos, / o sola, completamente sola en medio de sus muertos / esparciendo cenizas sobre sus extintos cuerpos. / Yo me opongo a tanta desgracia que nos trae la muerte / Yo no acepto su cara polvoreada de azufre / y al pálido cadáver que espera por su tumba. / Sucede, que me gusta la vida / y no habito lugares donde no nace nadie, / yo quiero una sonrisa para el recién nacido / y que a la fría muerte le rompan sus cuchillos.

 

José Emilio Espoz (chileno)

 

 

LA AUSENCIA DE TUS OJOS

Cómo podría / soportar la ausencia de tus ojos / sin tener el paraje eterno de tus manos, / novia de fuego, / estrella estremecida / último muelle del invierno

Te he sentido latir / entre mis redes / he tocado tus pies / como veloces peces / y como en el crepúsculo / donde muere la tarde, / yo llego hasta tu orilla / a gritar que te quiero.

Quédate junto a mi pecho / quédate, eterna, / profunda, / eternamente / y, cuando venga la muerte / que venga con tus ojos.

 

Roberto J. Espoz (chileno)

 

 

BAJO TU SOMBRA

Quiero llorar estatua de la libertad / bajo tu sombra. / Llorar al poder de las manos / que esculpieron tu belleza / llorar tu arrogancia / tu indiferencia cuando miras al sur / cuando observas inconmovible / el infinito dolor del tercer mundo.

Quiero llorar tu suelo agigantado / erguido sobre el llanto de los pobres / de los que nada tienen pues lo extraíste todo; / el llanto infantil de la América mía / succionado a punta de crueldad y poderío / a fuego de napalm, a fuego de extorsión / a fuego de dólares teñidos por Panamás / invadidas / por contras subsidiados, por Honduras / ocupados / por Salvadores masacrados …por escuadrones asesinos.

Quiero llorar tu grandeza manchada del dolor del pueblo mío.

Quiero llorarlo todo… / tu Nueva York soberbio / tus quintas avenidas / tus millas magníficas, tus Sears imponentes / tus Golden Gates / tus trenes subterráneos inmensos / tus subclases, tus minorías subyugadas / tus homeless cotidianos / tus mendigos / tus drogadictos / tus gobernantes guerreristas / tu suntuosa Casa Blanca y Capitolio,…

también he de llorar, porqué no / tus no pasarán / tus aquí no se rinde nadie / tus yanki go home… / y hasta tu playa Girón …irreversible

Quiero llorar el descontento creciente de las / masas / en mi América Latina, / armadas de coraje hasta los dientes; / la bala campesina disparada al mero corazón del / enemigo; / las barricadas populares, / los valientes guerrilleros brotando en cada barrio / incontenibles; / las contenciones, los abanicos, las catapultas, / los antitanques certeros… / los niños… / las mujeres…

Bajo tu sombra, gigante imperialista / cómplice del dolor / cómplice de crimen y rapiña, / veo con más amor el azul profundo de mi patria / mi cóndor inmortal / mi flor de izote / mi melodioso zenzontle / mis nopales / mis guardabarrancos / mis carretas ticas / mis palmas reales / mis maquiliswhat en flor…y mis quetzales.

Bajo tu sombra, es más, / puedo ver derrumbarse tu poder, / tu orgullo, / tu capitalismo injusto y tus crueldades / ante el empuje del amor, / constante lucha y convicción de todos.

 

José Román Quijano (salvadoreño)

 

 

LATE FLIGHT

On the flight from the north to south / the plane is late tonight— / late the hour / late in the century / and late the destination…

from Mexico to Patagonia / a night without stars— / so many airports closed / and a soft rain falling everywhere— / perhaps long after midnight / when the plane touches down…

however might we take that flight, / we who live up here?

How many know that the Guernicas of today / are no longer in Spain? / nor genocide limited to Germany?

however might we learn that controlling others / can never bring liberation? / surely not to them, / surely not to us…

and the small voice inside / repeats the haunting words— / “the first shall be last / and the last shall be first…”

here in Chicago / where part of me watches and waits / the hour is also late, / in Washington later still: / the record is cracked, the needle is stuck / and many without love / stumble in the dark…

Can Rome stop the provinces from rebelling?

from far away I hear / a rumble of distant thunder / and far away in another world / are those who awake in the night / to the sound of a new song…

yet here in the north I wonder— / too late for us to learn the words? / too late for us to catch the plane? / a world in flames and we look the other way?

whoever you are, friends and ghosts, / passengers of the night— / I salute your restless cargo / and all your hopes on board—

please let us be with you tonight / when the plane lands late in the south / when the plane lands late in the rain…

 

Henry Russell (estadounidense)

 

 

VUELO RETRASADO

Volando de norte a sur / el avión va retrasado esta noche / retrasado en la hora / retrasado en el siglo / y retrasado en su destino.

Desde México hasta Patagonia / una noche sin estrellas / tantos aeropuertos cerrados / y una llovizna constante / tal vez muy tarde en la noche / cuando aterrice el avión…

¿Cómo tomar ese vuelo desde aquí del norte?

¿Cuántos saben que los Guernicas de hoy / ya no están en España, / ni el genocidio es sólo alemán?

¿Cómo saber que controlando / no hay liberación? / no hay para ellos / mucho menos para nosotros…

La quieta voz interior / repite las viejas palabras / “los primeros serán los últimos / y entonces éstos serán los primeros…”

Aquí en Chicago / donde observo y espero / la hora también está retrasada / y en Washington aún más: / el disco rayado / suena sin sonar / y muchos sin amor / tropiezan en la oscuridad…

¿Puede Roma parar las provincias?

Desde lejos, escucho / el ruido sordo de un trueno / y allá en otro mundo / están los que despiertan en la noche / al sonido de una nueva canción…

Pero aquí en el norte me pregunto / ¿será tarde para aprender las palabras? / ¿será tarde para tomar el avión? / ¿ver un mundo en llamas y esquivarlo?

Quienquiera que seas / compañero o fantasma, / pasajero de la noche— / saludo tu carga impaciente / y todas tus esperanzas a bordo—

Déjennos estar con ustedes esta noche / cuando el avión aterrice / tarde en el sur / cuando el avión aterrice / tarde en la lluvia…

 

Alfonso Díaz Vinasco (colombiano)

 

 

HISTORIA DEL ALMA

(Fragmento, últimos versos)

Pasaba el tiempo sin pasar / y con éste me iba recalcificando / y cambié de lugar sin ninguna circunstancia. / El 18 de febrero de 1962 / por un instinto divino y un placer espiritual / como es el amor, / bajo la nobleza de mi madre / y la voluntad de mi padre, / fue engendrado un híbrido / que parirían 252 días después. / Nací sabiéndolo todo y tengo veinte años / y aún no sé nada; / sólo aprendo del natural. / Lo que hoy estudio ya lo sabía, / simplemente lo recuerdo / y como tuve carrozas, porfirios y dinero, / vencer al destino quiero / sin afanes de riqueza / estudiar la bio, la psiquis o la meta; / ser un bohemio o un anacoreta, pero ser / sentir la esencia de mi ser consciente.

 

William Restrepo (colombiano)

 

 

IMÁGENES AGÓNICAS

Mi sangre cae en la arena / cada gota es una piedra morada / ¿Es el tributo que rindo / a todas las tristezas del mundo?

Mi tristeza no es muy grande / apenas y puede llamarse tristeza / pero me tiene aquí mirando nada: / lágrimas cayendo en la sangre.

Cada gota es una nube que se aleja. / Mis nubes no son grises —son amarillas— / este amarillo hepático me tiene aquí / mirando a las ardillas que escarban / en la tierra.

¿Hace cuánto que escarbo y escarbo? / Escarbo en el vacío, en mi espíritu, / en la memoria, en la razón. / Escarbo siempre.

Quisiera con los ojos llenar la vaciedad. / Todo lo encuentro en esas nubes amarillas. / Todo es incierto en la sal de mi arcilla. / Mi sangre ya no cae ni en la arena.

Mi sangre no es sangre ni es piedra / tampoco es polvo sal o cenizas / cada gota de mi sangre / fue una oveja descarriada / cada lágrima fue simplemente / un hijo pródigo / al que esperé hasta la muerte.

Cada lágrima: ilusión azul / cada gota de mi sangre: / piedra morada, polvo salado, / mariposa negra, caballo del diablo.

Cada lágrima: aún te espero / cada gota de mi sangre: / tal vez ya no te espero.

Cada lágrima: TÚ / cada gota de mi sangre: / yo no sé quién o qué…

 

Isidro Reyes (mexicano)

 

 

MAÑANAS AL MEDIODÍA

Retomo la vida al compás de tu llegada / corto rayos de sol al lomo de mis heridas / sembrando cascabeles en una noche de hotel / y fumándome mi último deseo hueco / mientras saco del bolsillo mi última soledad: / abro de par en par tus esperanzas.

Pinto de rosas mi ataúd / y me abrazo al cuello de tus anhelos / para bordar en el hueco de tu almohada / una sonrisa infantil / que ya creía apagada.

Camino de espaldas para acercarme a ti / nado hacia arriba en el río / y relleno burbujas en mí / con espumas y ofrendas tuyas.

Marco al fin mi boleto / y logro retratar tu mirada / para embarcarnos a bordo de un susurro / que despertó al mediodía / pero que de un salto / nos cazó mil mañanas.

 

Blas Óscar Vera (cubano)

 

 

AMOR ADOLESCENTE: COMPLACIENTE DOLOR

Adolezco, amor, por tu desprecio. / Te complaces, dolor, de mi cariño. / Tal confusión la que me vuelve niño / desamparado, turbio, ciego y necio.

Pensar que con catorce cumplo y ciño / inspiración —en versos— y mi aprecio, / que con mis letras juego, siento y riño / para mostrar poder, edad o precio.

Con una endécada —ras— cuento y tiño / el corazón que sangra, suena o sueña / el terceto de años más que tú me exiges.

Qué condición, rigor, con que me riges, / que como diosa, reina, doña o dueña, / prolongas mi soneto con un guiño.

Qué verso, amor, confuso dilapido / Qué sílaba, entre tantas, he perdido.

 

León Leiva Gallardo (hondureño)

 

 

LA MIRADA DEL PRÓJIMO

Déjeme decirle / quien soy / un nómada un viajero / uno que recorre las rutas de los bosques / y los laberintos de las ciudades

Y eso se lo digo porque / lo he visto / millones de veces / bajo el sol austral / sobre las llanuras del Ganges / al borde del río Zaire / sobre los senderos del Altiplano y / por las calles de Montreal

Hay que señalar que me siento bien en mi planeta / con sus lagos sus ríos / sus colinas y sus desiertos / cielo claro de aurora / luz fría o tropical

pero sobre todo / con las gentes / quienes como ustedes / me han acompañado

claro, esos mismos seres que son tan / aptos para acariciar como para pegar / de los cuales yo formo parte

También me gusta el espacio / pasar días sin ver a nadie / el Gran Norte es eso / andar por la selva los pantanos sin sendas / o quedarme solo en el apartamento / pero después, volver / a la carcajada, a la palabra compartida

hablar, escuchar, intercambiar / estar con una o varias personas / juntas / formamos / parte de la misma / comunidad humana / que ha construido, relatado, pintado y gritado

desde que los dos hermanos / de la leyenda maya / Hunapú y Xbalanqué / bajaron al infierno / juntos/ para vencer a los dioses de la muerte / y luego volvieron / para contar la historia

¿Sabe usted lo que es / viajar por dedo / por la vertiente ártica del Yukón / en un invierno que llegó / temprano este año / y que alguien le invite a subir / al único coche que pasa en todo el día?

¿y hablar / después de una semana de / campamento solitario / en las montañas sin nombre / con un forastero / que le dice / “¡Caramba! ¿Qué hace usted acá? / Suba carajo; Usted tiene que calentarse!”

En la ciudad no hay más que las caras / las caras las caras / tantas caras / que se olvida el placer de encontrarlas

Pero lo he visto a usted por muchísimos lados

cada día / su cuerpo y fisonomía / de todos los rasgos / todos los colores / todas las formas / y usted también / me ha visto a mí / como yo nunca me podré ver / viviendo actuando / y no fijado en una foto / de cromo de vidrio de agua de piedra / usted me conoce de otra manera / como un ser que hace parte / de un todo

yo no soy más que dos ventanas / abiertas sobre el mundo por las dos terceras partes

de su vida / ojos que no pueden / mirarse / pero que sí le miran / a usted / sabiendo / que usted tiene / la misma sensación / que usted también / es su interior / mirando para afuera

 

Hugo Hazelton (canadiense)

 

 

A SAN PEDRO DE RAFAEL ALBERTI, UNA RESPUESTA

Pedro, ¿por qué quieres regresar / a la vida de los pescadores?

¿Has olvidado que eres pescador de hombres? / Simón, hijo de Juan, piedra de la Iglesia, / quiquiriquí, quiquiriquí, / ¿o quieres negarme por cuarta vez?

El beso que te dan no es el beso de Judas, / Simón, ¿duermes otra vez? Cuida a mis ovejas.

¿Me amas más que éstos? / Una vez me contestaste. / Las redes y la barca / dejaste en la arena. / La persona que mire atrás, / de mi reino no es digna.

Si tú no puedes soportar, sentado en bronce inmovilizado / imagínate yo en la cruz / eternamente clavado.

 

James G. Liebner (estadounidense)

 

 

AUTODEFENSA

Me acusan de macho y de misógino

Yo me entrevisté con Simone cuando estuvo en México y le envié a Sartre el primer LP de José Alfredo

Yo he recibido cartas de Elenita en el transcurso de cuatro años y sí le he contestado

Yo le regalé una suscripción de la revista Fem a mi exmujer el día de las madres

Yo le señalé un lapsus a Rosario Ferré en su novela Maldito amor que dejaba entrever una lectura falocéntrica

Yo estuve toda una noche con Rosa Montero hablándole de mis bajezas

Yo he participado en manifestaciones de lesbianas y de amas de casa

Yo le dije a Laura Esquivel que su novela no servía pero no me hizo caso

Yo hablé con el primer ministro sueco para que le dieran el premio Nobel de la Paz a Rigoberta

Yo le puse un hasta aquí a Fellini y a Günther Grass y a Bukowski

Yo me he enamorado de algunas mujeres y nos hemos compartido

Yo le regalé las obras completas de García Márquez a Isabel Allende

Yo he votado dos veces por Rosario Ibarra de Piedra para Presidenta de la República

Y ahora

Me he propuesto acabar con esa célula infernal que no nos ha permitido (a ustedes y a nosotros) alzar el vuelo

 

Febronio Zatarain (mexicano)

 

 

LA PASAJERA

Muy callada ella / calladita / pelo crespo, negro negro / en sus manecitas morenas / una estampita arrugada de la virgencita de los milagros / piel canela brillosa de limpia

Muy callada ella / vestidita de azul rey / sus medias de nylon olorosas a jabón / aretitos de filigrana y cristalitos color agua

Muy callada ella / chaparrita que no tiene comparación / toma el metro rumbo a Indios Verdes

 

Olivia Maciel (mexicana)

 

 

PECADO ORIGINAL

En el principio fue la palabra. / Dios dijo que se hiciera la luz, / y las tinieblas se desvanecieron.

A nuestra imagen y semejanza, / creamos el universo con la palabra. / Se nos desterró del paraíso / por atrevernos a nombrar / la manzana, el árbol, la serpiente.

La palabra desató el diluvio.

Más tarde nombramos el cielo / e intentamos ascender a la gloria. / Se nos castigó confundiendo / nuestras lenguas. Desde entonces / no entendemos una sola palabra.

Somos palabras a la deriva / en un mar ininteligible:

primeras palabras, / palabras mágicas, / palabras de amor, / malas palabras, / no encontrar palabras, / pedir la palabra / dar la palabra, / arrebatar la palabra, / palabra de honor, / empeñar la palabra, / no tener palabra, / palabra de hombre, / a medias palabras, / ahorrar palabras, / palabras mayores, / comerse las palabras, / don de la palabra, / palabra por palabra, / últimas palabras.

Palabra eres y en palabra te convertirás.

 

Alejandro Escalona (mexicano)

 

 

Conversaciones y encuentros en Tres Américas” (parte I)

Primera parte: Pequeñas historias de la revista Tres Américas

 

Conversaciones y encuentros en Tres Américas” (parte 2)

Segunda parte: Pequeños duendes y ángeles de la Revista

 

Conversaciones y encuentros en Tres Américas” (parte III)

Tercera parte: entrevistas en la revista tres américas (parte i)

Tercera parte: entrevistas en la revista tres américas (parte ii)

Tercera parte: entrevistas en la revista tres américas (parte iii)

 

Conversaciones y encuentros en Tres Américas” (parte IV)

Cuarta Parte: pequeña selección de poesía de la Revista (parte i)

Cuarta Parte: pequeña selección de poesía de la Revista (parte ii)