Querencia: Crónicas de una latinoamericana en USA. Una reseña y una conversación

 

Querencia: Crónicas de una latinoamericana en USA de Melanie Márquez Adams.
katakana editores, Miami, 2020, 128 páginas, $12.00, ISBN-13: 978-1734185065

 

Querencia: Crónicas de una latinoamericana en USA es el último libro de Melanie Márquez Adams. Es una colección de 14 crónicas personales. Incluye meditaciones sobre qué es ser una inmigrante en Estados Unidos y cómo una latinoamericana llegó a crear su propio rincón en este país. Márquez Adams y yo hemos conversado sobre su trayectoria como escritora Latina[1] hace mucho tiempo y al salir su último libro decidimos hacer este proyecto que es una reseña y entrevista.

Uno de los temas constantes en Querencia es ser escritora hispana en este país donde domina inglés y la cultura anglosajona. Este es el primer libro de no-ficción de Márquez Adams que principalmente escribe cuentos. En una charla con otras autoras latinas, Violeta Orozco y Jennifer Thorndike, la voz joven de la autora habla de su conflicto con reconocer el género de sus textos, dado que en Latinoamérica existe una gran tradición de la crónica, especialmente el tipo periodístico.[2] Juan Villoro define a la crónica “el ornitorrinco de prosa”.[3] Permite a los escritores usar “los mecanismos de ficción” para narrar una historia real.[4] Estados Unidos también ha tenido su propia tradición de “creative non-fiction” y en “Glosario de una #latinawriter en USA” Márquez Adams reflexiona sobre el género entre otros aspectos de ser escritora Latina. 

La mayoría de la literatura contemporánea producida en español desde Estados Unidos es de autores latinoamericanos inmigrantes a este país. Muchos de ellos se autodefinen como latinoamericanos o del país de su crecimiento. Esta identidad muchas veces les omite a estos autores de la conversación académica sobre la literatura US Latino o Latinx. Márquez Adams es una de las pocas que prefiere usar las dos etiquetas: escritora Latina y latinoamericana, entre otras identidades. “Glosario de una #LatinaWriter en USA” y “El color de mi escritura” hablan de estas etiquetas, a veces complejas pero exigidas en el mundo de los escritores en este país, especialmente cuando uno no es “blanco”. En “El color también enfrenta los estereotipos de ser escritora Latina. Frecuentemente se supone que ser inmigrante latino quiere decir que uno cruzó la frontera sin documentos y se tiene poca educación formal o se escribe solo sobre la vida en el barrio latino. Melanie es consciente de que ella no encaja en este estereotipo y en “Interpretando a Tennessee” y “Los dos lados del parque” escribe de su posición de privilegio de no ser indocumentada pero consciente de los que no son tan afortunados.  

El tema de pertenencia no solo sale en cuanto a ser una escritora sino también como una habitante de este país, especialmente del estado de Tennessee. En “Country Roads” aprecia la belleza de la tierra del estado que la conecta a su esposo, un American liberal que niega a dejar Tennessee por el fácil acceso a la vida en la naturaleza. Tennessee, uno de los estados conservadores también es conocido por la música Country. Melanie ha alcanzado a valorar esta música tanto como la naturaleza y la geografía del estado y los describe en “Balada de los Apalaches”. Aunque Melanie ha encontrado su rincón en la escritura y en este país, todo no es tan fácil ni romántico como las descripciones de las montañas de Tennessee; la lucha continúa. “Un día normal en Narnia” narra la sensación de ser la única latina en una sala de espera del mecánico y “El maíz de mi soledad” relata la experiencia de ser una mujer sola acosada en un small town de Iowa. 

Querencia: Crónicas de una latinoamericana en USA capta la voz joven de una escritora que vive en un mundo bilingual y bicultural buscando su identidad como escritora y ciudadana latina en USA. Las crónicas navegan el entorno de un país sospecho de los inmigrantes y describen algunos de los conflictos personales con los que muchos de los inmigrantes podrán identificarse. Las fotos incluidas por la editorial en blanco y negro de los paisajes rurales y urbanos complementan las imágenes construidas por el lenguaje, a veces poético, pero directo y preciso. 

A continuación está nuestra conversación electrónica. Estas preguntas salieron de mi interés en enseñar e investigar la literatura de los autores Latinos que escriben en inglés o español. 

 

 

1. CRÓNICA

 

AD: ¿Por qué elegiste el género de crónica o el ensayo personal o noficción creativa, como quieras definirlo?

MMA: Me gusta decir que más bien la crónica me eligió a mí. Varios de los textos que se entretejen en Querenciasurgieron de una necesidad de examinar el espacio sureño y country que no deja de parecerme tan colorido, tan particular. Yo tenía experiencia con el género del cuento —mi primer libro fue una colección de cuentos— y entonces orgánicamente empecé a utilizar esos mismo recursos literarios para plasmar mis experiencias personales. Fue en el momento de pensar dónde podía publicar esos primeros textos que llegué a la realización de que estaba escribiendo crónicas. En realidad, el término de “crónica” es un compromiso al que he tenido que llegar porque en español todavía no hablamos a menudo de la noficción creativa, un género muy popular dentro de la escritura en inglés, así como el mundo editorial anglo. Considero que el único término firme que tenemos en español para acercarnos a un texto de noficción creativa es el de la crónica. Pero claro, esa tampoco es la etiqueta ideal porque la crónica latinoamericana se ha desarrollado principalmente dentro del periodismo y el tipo de textos de noficción que yo escribo poco tienen que ver con ese campo. Surgen por entero a partir de mi apreciación subjetiva del entorno.

 

2. LOS PROGRAMAS DE LA ESCRITURA CREATIVA EN ESPAÑOL 

AD: En “Glosario de una #latinawriter en USA” se ve una crítica del programa de escritura creativa en español de University of Iowa. Puedes hablar un poco sobre tu experiencia en este programa 

MMA: Me parece que cuento lo más relevante de la experiencia en la crónica que mencionas. Para no repetir y para complementar, pienso que el conflicto principal para mí se dio por las falsas expectativas que tenía antes de llegar a Iowa —la mayor parte de ellas construidas sobre entrevistas en diferentes medios a la persona que era entonces la directora del programa. Por eso me alegra que se haya publicado mi ensayo “Glosario de una #latinawriter en USA”, originalmente en la Revista Huellas y luego en una versión más amplia en mi libro Querencia. Espero que eso ayude a otros escritores latinoamericanos/latinos afincados en USA cuando estén investigando sobre distintas opciones para su MFA.

Como la mayor parte de las experiencias, no todo fue negativo en Iowa, pero siento que sobre lo positivo se puede encontrar muchísima información. Yo prefiero proporcionar un balance. Un Ying al excesivo Yang de juicios sobre el programa.

 

AD: ¿Cuál es el problema de este programa, en tu opinión? 

MMA: La falta de congruencia con la misión del programa de acuerdo con la información que encontré en mi investigación antes de aplicar. Supuestamente y en pocas palabras, es promover la creación en español en Estados Unidos, pero la realidad es que no se promueve para nada el estudio de la obra en español de autores afincados acá y ninguno de los proyectos o eventos del programa tiene como finalidad promover nuestro idioma en la comunidad anglo. Los esfuerzos de reclutar estudiantes se concentran en España y en Latinoamérica. Una estudiante joven del programa de maestría en literatura que ofrece el departamento de español me comentó que cuando algunos directivos estaban conversando sobre las regiones donde concentrar recursos de publicidad pagada en Facebook para dar a conocer el MFA, ella preguntó por qué no tomaban en cuenta Estados Unidos y le contestaron que la escritura en español acá prácticamente no existía… No hace falta que comente lo equivocado y alarmante de este comentario. 

 

AD: ¿Ha cambiado tu escritura después de estos dos años intensivos de este programa?

MMA: Tanto lo positivo y lo negativo que viví durante mi tiempo en el programa MFA han tenido un gran impacto en mi escritura. Lo negativo abrió mis ojos y me hizo más política, más a tono con el mundo y sus problemas y me llevó a plantearme cómo quiero contribuir por medio de mi escritura. Dejé atrás la mirada individualista con respecto a mi creación artística. No me imagino escribiendo en un vacío donde no tenga en cuenta mi entorno, mi posición como mujer, como inmigrante en este país. Lo positivo —sobre todo pasar por la dinámica de taller— aparte de ayudarme a pulir y mejorar mis textos, me ayudó a descubrir los aspectos fuertes de mi escritura, aquellos en los que debo seguir trabajando, y los temas que me interesa seguir explorando.

 

3SER LATINA

AD: ¿Cómo te defines y cómo llegaste a identificarte así?

MMA: Las etiquetas y adjetivos son parte de la dinámica de este país y por supuesto es algo que se traslada al mundo editorial. Ya que el inicio de mis publicaciones en distintos medios sucedió casi paralelamente en mis dos idiomas, me di cuenta de que para publicar en inglés, necesitaba establecer mi identidad étnica/cultural. Incluso en algunos medios te piden una declaración y justificación respecto a ser un/a escritor/a Latinx. Eso influyó a que me planteara desde qué lugar se estaba dando mi escritura en español también. Descubrí que no me veía en realidad como una escritora ecuatoriana, más que nada porque no hay casi nada que ancle mi escritura a mi país de origen. Entonces intenté ubicarme en una identidad latinoamericana que no me calzaba del todo porque la estaba atando a la comunidad de autores latinoamericanos que escriben en español acá. Pero, aunque hay muchas cosas que me unen a ellos, mi escritura está atravesada por los dos idiomas, por cuestionamientos que parecen no influir la escritura de gran parte de mis colegas latinoamericanos, tales como raza, privilegio, color, etc. Empecé a encontrar interseccionalidades en los temas que me interesaba contar en mis crónicas personales con aquellos que preocupan a los autores Latinx que escribe en inglés y por eso la identidad de Latina writer se acomodó a esas búsquedas y cuestionamientos. Hoy en día he llegado a la realización de que la identidad es totalmente fluida, flexible. Puedo ser una Latina writer y también una escritora latinoamericana. Escritora feminista también. Tanto mi identidad como mi escritura son demasiado complejas para atarme indefinidamente a una sola etiqueta. 

 

AD: En “El color de mi escritura” hablas de confrontar los estereotipos que existen en este país sobre ser latino. Creo que tiene que ver con tu identificación y claro que la escritura es una extensión de tu ser. El título del libro es Querencia: crónicas de una latinoamericana en USA. ¿Por qué no latina o ecuatoriana o Latina Writer?

MMA: En este país, he aprendido a separar quién soy como escritora de quién soy como persona (sabemos también lo fragmentaria que puede llegar a ser la experiencia migrante). Como mujer y como persona me percibo mayormente latinoamericana. Ecuatoriana no tanto, quizás porque acá no tengo contacto frecuente con comunidades de ecuatorianos. Para contestar tu pregunta, la mayor parte de los textos que componen Querenciasurgen a partir de experiencias vividas desde el lado personal, momentos que han afectado profundamente a la Melanie persona. En estos textos, es la Melanie latinoamericana la que muestra, la que filtra lo que observa enteramente desde su subjetividad, sus preocupaciones, sus miedos, sus prejuicios. Desde su resistencia a estos prejuicios, al privilegio que se intenta ejercer sobre ella y al privilegio que ella misma se percata que tiene sobre otros inmigrantes latinoamericanos en este país. Era importante para mí que esta posición desde donde la narradora está observando se reflejara de alguna manera en el subtítulo del libro. 

 

AD: Creo que te hice una pregunta similar cuando salió la antología Ellas cuentan de Sudaquía. El subtítulo es Antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EEUU. La misma pregunta, ¿Por qué latinoamericanas y no Latinas?

MMA: Me encanta esta pregunta. La verdad es que yo abogué por el término “latinas”. No recuerdo lo que opinaba mi coeditora, pero sí recuerdo que de parte de la editorial, hubo una postura de que el adjetivo “latino” tenía connotaciones negativas e insistieron en que se utilizara “latinoamericanas”. De todas formas, para mí era muy importante que hubiese un elemento que señalara que esta obra se creaba desde Estados Unidos y no desde Latinoamérica, así es que por eso el título incluye la terminología anglo “Crime Fiction”. Al menos pude conseguir eso.

 

4. TENNESSEE/ESTADOS UNIDOS-QUERENCIA

AD: Hay una gran presencia de Tennessee en Querencia y en la manera que tú te identificas con este país.

Quiero hablar un poco de tu crónica “Querencia”. En ésta hablas del día que manejaste de Iowa a Tennessee para la entrevista de ciudadanía, uno de los varios pasos para convertirse en ciudadana de Estados Unidos. Cuando yo la leo, me surgen muchas preguntas: una es la de la pertenencia. Mencionas la pregunta “¿dónde vives?”. Cuando tú la haces a tus estudiantes de Spanish 101, su respuesta provoca una reacción interesante en ti. Claro que los estudiantes basan su respuesta en el dicho en inglés “Home is where your heart is” y para ellos, “viven” en la ciudad o el pueblo de sus padres (92). (Es interesante que muchas veces esta respuesta cambia cuando ellos llegan al tercer o el último año.)

Entonces la pregunta para ti, un poco diferente pero seguro que es muy familiar: “¿De dónde eres?” y yo sé que es una pregunta que tú, yo y muchos otros inmigrantes, especialmente nosotros que no tenemos un acento American cuando hablamos inglés ni piel blanca, respondemos cada vez que conocemos a alguien nuevo, pero te hago esta pregunta en el contexto de ser inmigrante y de convertirse en estadounidense

MMA: Qué interesante este tema, sobre todo porque surge a partir de preguntas que parecen tan básicas. Hace unos años hubiese sido tremendamente fácil contestar esa pregunta. Mi respuesta habría sido “soy de Ecuador” y punto, pero ahora cuando nos preguntan eso a mi esposo y a mí en alguno de nuestros viajes, los dos contestamos “de Tennessee” cuando en realidad ninguno de los dos nació o creció en dicho estado. Sin embargo, cuando nos hallamos en otro espacio, al decir eso respondemos al contexto del lugar de “donde” venimos. Aquel sitio “donde” podemos ubicar nuestro hogar y la vida que hemos construido juntos. Por supuesto que siempre depende de quién hace la pregunta. Últimamente, en los eventos literarios virtuales en español, al momento de presentarme suelo decir: “Soy de Guayaquil, Ecuador y vivo en el estado de Tennessee desde hace 10 años”. Siento que una respuesta completa y auténtica a mi realidad requiere ambas frases, ambos lugares. 

 

AD: Otra pregunta que sale en esta crónica es también tu relación con Tennessee (y con la música Country/Country-Pop). Esta relación también se ve en otras crónicas, por ejemplo “Balada de Apalaches” (23), “Country Roads” (35). Puedes hablar un poco sobre Tennessee ¿Cuál es tu relación con esta zona, especialmente Apalache? 

MMA: Pues es el lugar que me brindó el espacio y la tranquilidad para escuchar realmente mi voz y por fin sentarme a escribir. Gracias a Tennessee, me convertí en escritora y eso significa todo para mí. Por años viví en la región de los Montes Apalaches (ahora en Nashville) así es que esa querencia vibra con imágenes de las montañas azules, de los lagos y del bluegrass propios de la región.  

 

AD: Es obvio de tus textos que te gusta la música Country. ¿qué específicamente te atrae de esta música?

MMA: Es algo que mi esposo solía preguntarme. ¿Cómo era posible que yo disfrutara con ese género de música tan aparentemente superficial? Lo que pienso es que al no ser de aquí, me entretiene mucho lo que aprendo de la cultura local con esas canciones. Las letras son bastante literales. Reflejan la vida, las prioridades, los valores de muchas de las personas que habitan este rincón de EE UU. Tienen muchísimo de storytelling y por supuesto que como escritora eso es algo que me parece fascinante. A pesar de que se ha vuelto bastante pop, pienso que muchas de las canciones country, por lo menos las que a mí me gustan, guardan el legado del bluegrass, de las baladas del Viejo Continente. Esa oralidad del storytelling en la música country me hace pensar en cómo las personas de los sectores populares se contaron las historias a través de los siglos, sobre todo las mujeres a quienes se les negó —se les ha negado— se les sigue queriendo negar la voz en la literatura durante tanto tiempo.

 

AD:En muchas crónicas también haces referencia a tu marido. “Remembranzas de años viejos” (43), “Country Roads” (35), otra vez en “Querencia” (97). Claro que él es una parte importante de tu vida. ¿Tú marido lee español? Imagino que él es una parte integral de tu conexión a Tennessee, ¿no?

AAM: Mi esposo no habla ni lee en español por lo que solo tiene acceso a mis textos en inglés. Por cierto, que es un excelente lector cero. Tiene buen ojo para señalar lugares que se necesitan aclarar en mis textos. Aunque su profesión es la de contador, tiene alma de músico. Un cuarto lleno de guitarras es testigo de esto. Por eso apoya mi espacio y tiempo artístico. Los dos necesitamos la soledad para crear.

En efecto, mi esposo y la vida que he construido junto a él son parte importantísima de mi vínculo con este lugar. Lo curioso es que mi esposo dice que si no fuera por la pesca (su pasatiempo favorito) se habría alejado de la vida country. No sé si acabo de creer eso por completo. En fin, los dos somos personas que siempre nos hemos sentido ajenos a los lugares que nos vieron nacer y crecer, así es que sentirnos diferentes acá no representa un desafío adicional. Creo que esa sensación de encontrarnos siempre “fuera de lugar” es lo que más nos une. 

 

5. SER LATINA (PRIVILEGIADA) EN TU RINCÓN DE TENNESSEE/EE UU

AD: Otro aspecto que es evidente en muchos de los textos es que tú estás muy consciente de ser una latina privilegiada en este país en comparación con muchos latinos que hacen trabajos manuales, en el sector agrícola o construcción. Muchos de ellos también son indocumentados. “Interpretando a Tennessee” (27), “Los dos lados del parque” (41) y hasta un punto “Un día normal en Narnia” (49) hablan de esta experiencia, esta realidad. Claro que las descripciones tuyas de Tennessee, de Appalachia es muy bonita, muy romántica, pero también hay este aspecto amargo, de intolerancia del inmigrante latino. Dices, “[E]n esta Narnia de colinas y lagos de ensueño —un paisaje que podrías encontrar en el más hermosos de los cuentos— no está bien visto hablar español” (51). ¿Cómo navegas ser latina en el mar de blancura? 

MMA: Pienso que el haberme percibido toda la vida como alguien fuera del mainstream, me ha hecho tolerante y fuerte ante la sensación de desarraigo que experimenta el ser migrante, incluso la más intensa al vivir en un lugar bastante conservador donde prácticamente no se pueden encontrar otros latinoamericanos que tengan un background, una historia de inmigración similar a la mía. Al mismo tiempo, si no viviera acá, tal vez no me habría planteado todos esos temas alrededor de ser una “writer of color” o de no ser una persona blanca. Viví cinco años en Florida del Sur cuando era muy joven y jamás me sentí “de color”. Hace un par de años en una lectura junto a otras escritora en NYC, al mencionar mis cuestionamientos sobre ser una escritora de color, una de las otras escritoras —sudamericana como yo— quien tiene muchísimos años viviendo en Nueva York, me pidió que le explicara “qué era eso de sentirse una escritora de color”. Entonces, aunque representa ciertos desafíos —más que nada comentarios ignorantes y fuera de lugar— si no navegara este mar de blancura como latina, pienso que tal vez no habría salido de la burbuja de privilegio en la que todavía se encuentran otros latinoamericanos que viven acá.

 

6. SER MUJER EN LA ERA DE #METOO

AD: Una de tus crónicas “El maíz de mi soledad” (61) narra la experiencia de ser una mujer en un nuevo sitio, en Iowa City, un small town; de este hombre, este acechador que te amenaza, y la policía, la gente del programa era indiferente. Esa apatía, especialmente en el contexto del Movimiento #MeToo me parece incrédula. ¿Cómo sobreviviste a esta época?

MMA: Con la ayuda de una terapeuta y mucha meditación. El apoyo de mi esposo también. Pero creo que lo principal, el ancla que me afirmó en ese momento tan duro fue el amor y la prioridad que le doy al oficio de ser escritora. Era tentador irme de Iowa City, un lugar que se me presentó frío y gris en todos los sentidos posibles. No tenía ninguna obligación con nadie, no necesitaba la validación de un título, pero yo había ido ahí para pulir mi escritura, para llevarla a un nuevo nivel a través de la experiencia de talleres. Eso me dio el impulso necesario para seguir adelante.

 

7. EL LUGAR DE LITERATURA ESCRITA ES ESPAÑOL DESDE ESTADOS UNIDOS

AD: ¿Dónde ubicas tus textos? ¿Literatura latinoamericana o estadounidense?

MMA: No ubico ni anclo mi escritura a ninguna tradición o país. La verdad es que si hiciera una lista de mis lecturas más tempranas —esas que en mi opinión, marcan y estampan las inclinaciones de una escritora— sobresaldría la literatura estadounidense: Louisa May Alcott, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Charlotte Perkins Gilman, pero luego los temas, las imágenes y mis preocupaciones atraviesan fronteras. En general, opino que la literatura que estamos creando los escritores latinoamericanos que vivimos en este país podría ser clasificada tanto como latinoamericana y estadounidense.

 

8. LAS FOTOS

AD: El libro contiene 4 imágenes que se supone son de Tennessee, pero puede ser de cualquier parte de Estados Unidos. ¿Por qué incluir las fotos?

MMA: Eso fue una decisión a nivel editorial de Katakana. Todas las obras que el sello publica incluyen imágenes. La primera imagen que aparece en Querencia es la de un mural que se puede encontrar en Nashville tal cual describe la narradora de “Una leyenda del Sur”. En la última imagen que aparece en el libro se puede ver el edificio de AT&T, parte del skyline de Nashville. Las otras dos imágenes sí que pueden ser de cualquier zona rural de Estados Unidos, pero eso también proporciona otra capa, otra complejidad a la obra y es que no se trata únicamente de choques culturales por ser una latinoamericana que vive en Estados Unidos sino de los contrastes que va dibujando la narradora entre la vida urbana que dejó y la vida rural/country que le ha tocado navegar.

 

 

[1] Uso Latino/a/x con la L mayúscula para referir a la gente de ascendencia latinoamericana y residente de Estados Unidos y cuya cultura y literatura producida en Estados Unidos forma parte de los estudios US Latino o Latinx. Uso latino/a con la L minúscula para referir a todo lo que pertenece a Latinoamérica, incluyendo a Estados Unidos. 

[2] “Querencia: Charla de escritoras con Jennifer Thorndike, Violeta Orozco, Melanie Márquez Adams”. YouTube, 18 de octubre 2020, https://www.youtube.com/watch?v=gBXpg85E1NY

[3] Villoro, Juan. “La crónica, ornitorrinco de la prosa”. La Nación, 22 de enero 2006, 

https://www.lanacion.com.ar/cultura/la-cronica-ornitorrinco-de-la-prosa-nid773985/

[4] Márquez usa estas palabras para definir “Noficción creativa”. “Glosario de una #latinawriter en USA”. Querencia, p. 72.