Un poema de Inmagela Abreu

 

Pájara

¿Y esa narí’ de prieto?

¿Tú ere’ macho o macha?

Tú te vistes muy raro

esa ropa es de hombre

¿Tu ere’ varón o hembra?

Camina como mujer

Malcriade

¿Y esa pelá’ de hombre?

 

¿Cómo puedo escribir en mi contra si otros se han dedicado a hacerlo? Mi propia existencia ha sido objetivo de perdigones que viajan a la misma velocidad que su inseguridad interna.

 

¿Cómo no escribir en contra de mí misme, si el sistema condena todo lo que compone mi esencia para proceder a su anulación? Soy sátira e invectiva del imaginario colectivo y estatal. 

 

Mi venganza es ser resistencia.

 

Soy resistencia corpocultural;

un cuerpo que habito pero que no me pertenece

vivo con voces externas que a veces no me permiten escuchar las mías, ¿cómo escriben sobre mí si no me escuchan?

Paradójico el amar, la desnudez, pero no reconocer mi cuerpo

el cuerpo

no es mío.

 

Qué difícil dejarse querer sobre cimientos de gajos

cuando la lluvia moja

cuando el sol quema

cuando la gota de sudor recorre tu columna hasta asentarse en la curvatura de la cadera.

 

Creo en acabar con sistemas hegemónicos, heteronormativos, patriarcales, racistas, desarticulados al deseo y al erotismo.

Para que te encuentres

para encontrarme

para encontrarnos

creer en esa subjetividad política, corporal y performativa.

Liberar la cuerpa

sin responder a los cánones de belleza

de cuerpo estándar

“pulcro y sagrado”.

Cuerpa resistente

como recorrido de lo que es coexistir entre el colonialismo ficticio y artificial usado como otra excusa para oprimir. 

 

Escribo porque escojo ser evidencia

de que estuve aquí

de que resistí

de que resistimos

de que nuestra existencia no es efímera 

de lo insignificante que es la ceniza cuando usaste lo intangible 

como permanente.

 

Escribo porque dicen que las personas de color y maricas no son de letras, para que no escriban sobre lo que mi cuerpo realmente no dice. 

Escribo porque la historia no habla de mí.

Sin embargo, mi cuerpo ha hecho resistencia a batallas que llevamos siglos sin conquistar

librando luchas en contra de parábolas bíblicas que justifican nuestro desaparecimiento. Escribo porque, al parecer, la voz no deja rastros y la élite trata de borrarnos. Escribo para honrar a los cuerpos trans que aparecen en parques; donde las autopsias son charadas, la duda una constante y el vogguing, la irreverencia, lo negro y la escarcha como parte de la resistencia y la memoria.

Imaginarios colectivos

caprichos de los más necios 

presa para carnicero

peleas de nuestres ancestres

y memoria de los que nos recuerdan.