Dos opiniones sobre Milán Kundera
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En La vida está en otra parte y en otras novelas suyas, Milán Kundera mostró problemáticas propias de la entonces Checoslovaquia: el pensamiento y partido únicos, la falta de libertad de expresión, los costos sociales de la Guerra Fría, el militarismo, etc. Corrían los primeros años de los noventa y los jóvenes del taller literario Fe de erratas veíamos, desde Chicago, el desmoronamiento de ese mundo cuestionado por Kundera. Yo seguí los pasos de Jaromil y otros personajes que, no sin humor, se movían por Europa y aspiraban a la libertad total. Sin embargo, hubo dos temáticas que apenas abordó nuestro querido Milán: la desigualdad social y la pobreza. Esas temáticas acaso no eran propias de la realidad checa sino latinoamericana. Y acaso eran las que más nos atañían a los del grupo Fe de erratas, pues eran las causas de nuestra estancia en Estados Unidos. Bastaba salir a cualquier calle de Pilsen o Humboldt Park (donde vivía) para corroborar que la marginación era algo palpable y patente. Kundera enfrentó con honestidad situaciones de su patria que lo perturbaban. Yo sentía el peso de la migración y buscaba evadirla. Jaromil quería ser poeta a partir de su contexto. Yo también quería ser poeta a pesar de mi contexto. Fue un error. Ahora lo comprendo.
~Raúl Dorantes
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“Todos ansiamos transgredir las convenciones, los tabús eróticos, y acceder embriagados al reino de lo Prohibido. Y somos todos tan poco valientes”, escribió Milán Kundera, escritor checo, cuya obra me acercó a las letras siendo un joven inmigrante. Al leer su novela La insoportable levedad del ser no sabía que mi destino comenzaba a trazarse y que treinta y dos años después seguiría fascinada por las letras, los libros y la vida. Me enteré que falleció Kundera; le agradezco que el oficio de la pluma y la reflexión, en gran medida, se lo deba a la lectura de sus libros y a la puntería de sus aforismo: “Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien”.
~Maya Piña