En mayo de este año El BeiSmAn PrESs publicó la antología #NiLocasNiSolas: narrativa escrita por mujeres en Estados Unidos. Hoy brindamos el prólogo de una de las editoras, Maya Piña, e invitamos a lxs lectorxs a acercarse a este proyecto editorial que reúne las voces de 35 mujeres escribiendo en español en Estados Unidos. No son todas las que están escribiendo en la lengua de Elena Garro y Jennifer Thorndike, pero es un acercamiento a la producción escritural de las mujeres en español de Estados Unidos.
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Publicar en español en Chicago es un acto de resistencia cultural, una declaración de amor a la lengua de Nelly Campobello, Gloria Anzaldúa, om ulloa, entre otras muchas. Asimismo, es un acto pasional sin límites, salvo el de una posible quiebra económica; claro, si se hace desde un sello editorial independiente, eufemismo tibio que sustituye al adjetivo marginal. La quiebra es una consecuencia que se asume estoicamente después de haber satisfecho el alma con la lectura de un manuscrito que ansía convertirse en libro, encontrado una idea ingeniosa que hace mella, disfrutado de la musicalidad de un verso revelador y sentido la satisfacción utópica de haber construido, con lxs autorxs, un libro único.
En La marca del editor, Roberto Calasso cita memorablemente el concepto de libro único de ese otro editor italiano Roberto Bazlen: “libro único es aquel en el que rápidamente se reconoce que al autor le ha pasado algo y ese algo ha terminado por depositarse en un escrito”. Para Bazlen, el libro pasaba a un segundo plano. Primero, “era necesario que quien escribiera hubiera sido atravesado por esa otra cosa, que hubiera vivido dentro de ella, que la hubiera absorbido en su fisiología y eventualmente (aunque no era obligatorio) la hubiera transformado en estilo”. Con la debida buena intención, #NiLocasNiSolas: narrativa escrita por mujeres en Estados Unidos procura ser un libro único.
“Yo no lo sé de cierto”, como dice el poema de Sabines, pero supongo que lxs editorxs indepentientxs que apostamos por publicar en español en Estados Unidos, buscamos constantemente el manuscrito único: la vivencia transfigurada en literatura. De esta manera, el español en Estados Unidos brinda una oportunidad para registrar el vigor de una lengua que vive en tensión y comunión constante con el inglés. Esa es la lengua del inmigrante y de sus hijxs.
El español florece en Estados Unidos, pero es más que una lengua: el idioma se convierte en un posicionamiento político, en una oferta comercial, en el sentir espiritual de una comunidad, pero también en una amenaza para la derecha antiinmigrante. Con el paso del innombrable señor naranja por la presidencia, el español se convirtió en el sostén cultural donde asirse ante la agresividad verbal del mandatario. De igual forma, creo que, por primera vez, la virulencia del hate speech del discurso antiinmigrante unió al inmigrante latinoamericano más allá del status migratorio y complejos de clase, pues para el mandatario todos éramos mexicanos —puertorriqueños, hondureños, colombianos, venezolanos, etc.— por el simple hecho de hablar español.
Ahora bien, el español fronterizo y el que se interna al norte del río bravo se reinventa en la cotidianeidad del troquero, la babysitter, el rufero, la server, el ganguero, la ticher. No es una lengua uniforme, ni tampoco el espánglish es la lengua del Conejo Malicioso como lo aseveró erróneamente el canal público de la televisión española RTVEn: “La lengua española es portada hoy y en todo el mundo gracias a un artista que se expresa en espánglish: vip, selfi, parti…”. RTVE se refiere a la portada de la revista Time que por primera vez en un siglo se escribió completamente en español. En efecto, la edición de abril de 2023 destacó al cantautor de “Me porto bonito”, Bad Bunny. Al respecto, RTVE señala a la lingüista Kim Potowski como “experta en espánglish, el lenguaje de Bad Bunny y de 42 millones de personas en Estados Unidos”. Es absurdo que, desde el puritanismo, los aduaneros de la lengua quieran ostentar la última palabra sobre el español. Esos 42 millones no hablan espánglish. Hablan español, lengua salpimentada con palabras en inglés y espánglish.
Reitero: el español está vivito y coleando en Estados Unidos. Ciertamente, es la lengua que más se habla después del inglés tanto en el ámbito público como en el privado y no solamente por la comunidad latina. Se escucha en los pasillos de las instituciones de educación superior mientras los poetas lo respiran, la nurse lo utiliza para comunicarse con sus pacientes, el señor de la boila canta en español mientras repara el calentón. En tanto la high culture demoniza o encumbra el espánglish, Estados Unidos ha escalado a la cuarta posición de los países con mayor número de hispanohablantes en el mundo.
Decía Hans Magnus Enzensberger que la gente dice muchas cosas, pero los números nos dicen otras. Tanto para el pequeño comerciante como para las empresas, el español es la nueva mina de litio. Si los latinos en Estados Unidos constituyeran un país, serían la octava economía en el mundo, por debajo de Francia y por encima de Italia. Los casi 66,5 millones de latinos tienen un poder adquisitivo de más de 2.6 billones de dólares en 2022. Más allá de las cifras gargantuescas, la comunidad latina tiene un enorme poder de consumo; sin embargo, no compra libros. La realidad es brutal.
Como un acto de fe y no como accidente chovinista, mencionaré a México para rastrear el hábito de lectura. Se sabe que el mexicano lee 3,9 libros al año, es decir, muy poco. Lo cual lleva a la pregunta inevitable: ¿cuántos libros en español leen al año los más de dos millones de latinos que residen en la zona metropolitana de Chicago?
Sí, las cifras deprimen, pero por otra parte, en los últimos 12 años se han publicado unos 150 libros en español en el corazón estadounidense. Dicho acervo registra lingüísticamente la condición humana del inmigrante y aunque Bazlen asevera que “Ninguna experiencia era de por sí suficiente para que un libro naciera”, la literatura en español de Chicago lleva ya tres décadas ininterrumpidas de creación. Abundan los poemarios, compendios de cuentos, novelas de largo aliento, ensayos donde se reflexiona sobre el ser mexican@ o inmigrante en la Ciudad de los Vientos.
Con la publicación de #NiLocasNiSolas: narrativa escrita por mujeres en Estados Unidos, el BeiSmAn PrESs ha intentado mapear la producción literaria de las mujeres en Estados Unidos sin más afán que el de asomarnos a la variedad de estilos a partir del oído literario, el registro lingüístico, el cuento clásico, la prosa experimental, la forma casi perfecta, el tema desgarrador, la viñeta enrarecida, lo mágico en el realismo, la idea redonda, el soliloquio irredento, el grito exasperado, la ternura incomprensible. En pocas palabras: este es un primer intento por acercarnos al alma literaria de la mujer que escribe en español en este país. Si lo personal es político, la experiencia escritural también lo es. Esperamos que la lectura de #NiLocasNiSolas sea un llamado consciente a la libertad de pensar, sentir, ser y vivir en español en Estados Unidos, y que la voz de, al menos, una de estas 35 narradoras nos lleve a reconocernos en la otredad literaria.