Con un tweet se incendia la pradera

 
“Delete”, Alfonso Piloto Nieves Ruiz.

 

Una llamada telefónica puso a México y al mundo en estado de alerta naranja. Fue una llamada imprudente. El presidente mexicano Enrique Peña Nieto llamó a su homologo Donald Trump después que el estadounidense se adelantara y cancelara con un tweet la visita de Peña Nieto a Estados Unidos. “Si no vienes dispuesto a pagar por el muro, mejor ni vengas”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

La periodista Dolia Estevez hizo estallar una bomba con el artículo que publicó en Puente. Y puso de manifiesto que Donald Trump le dijo al Presidente Peña Nieto que no necesitaba a México. Asimismo remató diciéndole que si el ejército mexicano no era capaz de combatir el narcotráfico, quizás tendría que mandar el ejército estadounidense a México. Aparentemente Peña balbuceó y se humilló ante la arrogancia y abuso verbal del presidente estadounidense.

El artículo de Dolía Estevez, incitó a ambos gobiernos a que publicaran un comunicado remarcando que la conversación telefónica había sido cordial y fructífera. En el comunicado de la presidencia de Peña Nieto se dijo que no hablarían en público del tema del muro.

Tanto Estados Unidos como México negaron la rispidez de la conversación. Y la oficina de prensa de Trump negó que no se hablaría en público el tema del muro. Volvió a amenazar que México pagaría por el muro y se sugirió en imponer un 30 por ciento en aranceles a los productos mexicanos.

En la llamada infame estuvieron presentes Steve Bannon, el poder tras el trono, Kusner, el yerno que negoció la visita de Trump a la Ciudad de México, Luis Videgaray y Carlos Sada Solano, subsecretario de América del Norte.

Es increíble el poder de las palabras, pero más increíble es el poder de los tweets. Y de tan sólo un tweet ha dependido en estos días la diplomacia y el destino de un país como México. Relación que históricamente ha sido asimétrica a favor de Estados unidos.

Las palabras de Trump, hayan sido como hayan sido, sí dejaron claro el ánimo de invadir a México. El argumento se sustenta en que México no puede controlar el narcotráfico y los narcóticos mexicanos están matando a los adictos estadounidenses. Esta actitud indica que el uso y abuso de las drogas fuera un problema de México y no un problema bilateral, donde los grandes porcentajes de consumidores de estupefacientes se encuentran al norte del río Bravo. Es bien conocido que una parte de ese porcentaje de consumidores es gente de clase alta que consume droga de la mejor calidad mientras que la mayoría de consumidores consumen de baja calidad o, prácticamente, basura.

Aunque no estamos en 1846–47, el presidente Trump ha declarado una guerra contra México. La declaración de guerra la realizó antes de llegar a ser presidente. Al lanzar su campaña presidencial su primer chivo expiatorio fue México y los inmigrantes mexicanos, a quienes acusó de ser criminales y violadores. Y ya bajo la administración Trump se está regresando a un sistema proteccionista y, a la vez se está dibujando una nueva hegemonía muldial. México es un país con riquezas naturales y Trump tiene prisa tanto para firmar órdenes ejecutivas como para controlar la región.

En 1923 México, bajo el gobierno de Álvaro Obregón, firmó el oprobioso Tratado de Bucareli. En este tratado Estados Unidos condicionó el reconocimiento del sonorense como presiente legítimo a cambio de que México garantizara los derechos de propiedad de los estadounidenses radicados en México y de sus compañías petroleras en territorio mexicano. Esto iba en sentido contrario al artículo 27 de la Constitución Mexicana aprobada por el constituyente de 1917. En ésta se establece que las tierras, aguas y riquezas del subsuelo son originalmente propiedad de la nación. Esta efemeride nos recuerda que ya tenemos una historia y debemos ponernos en alerta de lo que podríamos perder.

La cadena televisiva Fox es un referente de la derecha estadounidense. En ésta, Bill O’Reily realizó una entrevista exclusiva con Trump antes del juego del Súper Tazón. Ahí Trump aseguró que Peña Nieto es un “buen hombre” y “tenemos una buena relación y Peña Nieto está dispuesto a recibir esa ayuda”. Queda claro que Trump considera que el presidente de México es controlable. Y lo es.

Mientras tanto en México se hace una serie de llamados a la unidad nacional, pero es sumamente difícil que se logre cuando se tiene un presidente en desgracia con cientos de reclamos contra su gobierno. Cabe resaltar que antes de este crisis diplomática, la popularidad de Peña Nieto se encontrabajo por debajo del 12 por ciento.

Una gran fuerza que tiene México son los migrantes que viven en Estados Unidos. Desafortunadamente las federaciones y organizaciones de oriundos no están analizando ni discutiendo lo que significa esta crisis para ellos mismos y para México. Nos encontramos en una situación muy complicada y bajo ataque político contra las comunidades inmigrantes. Además una orden ejecutiva busca quitar fondos a las ciudades santuarios, Chicago entre ellas.

Trump es un populista autocrático que no quiere respetar las leyes. De ahí que retó a la corte que detuvo su orden ejecutiva para impedir el ingreso a Estados Unidos de personas de siete países musulmanes: Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.

Coincidimos con el ex presidente Ricardo Lagos de Chile que considera que el Muro no solamente es un insulto para México sino contra toda América Latina. “Es urgente que América Latina rearticule sus redes de interacción diplomática y política, que saquemos la voz de manera conjunta cuando hay alguien que busca incendiar la pradera”.

 

Carlos Arango. Director ejecutivo de Casa Aztlán, en Chicago.