La muerte las alcanza, las busca, las silencia: violencias a mujeres trans en México


Kenya Cuevas al centro.

 

Antes de nacer, la dicotomía social sexo-género impone formas: de sentir, ser y parecer. Bajo el sistema heteropatriarcal se nos asigna al nacer, como femenino o masculino por nuestros genitales, luego: por el color rosa / el color azul, el cabello largo / el cabello corto, las muñecas / el fútbol, lo privado / lo público… todo eso que nos hace, dentro de esta sociedad normativa: “hombres” y “mujeres”.

Pero, ¿qué pasa cuando esa asignación social no cuadra con mis genitales? La identidad de género es un proceso interno e individual, el cual puede o no corresponder con nuestro sexo biológico, cuando sucede esa desconexión entre lo que siento y me dicen ser a partir del sistema binario de género, estoy transitando. Y transitar no es estar en medio, es ir más allá.

La identidad trans es un territorio individual que transgrede fronteras biológicas, identitarias y sexuales —por mencionar algunas—,donde las posibilidades infinitas de ser van de la mano con las posibilidades infinitas de romper lo binario, de superar lo que nos han dicho que es ser una mujer o un hombre, y cuál es el deber ser dentro de lo femenino o masculino.

La Ciudad de México que apunta a caminar en pro de los derechos civiles de las personas trans* es también uno de los lugares en el país que más violenta; tan sólo en el periodo de 2007-2015 el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT), registró en el país 283 asesinatos a mujeres trans… muchos más sin documentar la impunidad los silencia.

 

VIOLENCIAS

La violencia y la discriminación contra personas de la comunidad LGBT+ es omnipresente en todo el mundo. La cultura patriarcal que ha incidido y permeado a través de los siglos en nuestra historia, ha legitimado que cuerpos y vidas fuera de la norma binaria (hombre/mujer) y todo lo que ello representa, sean blanco de diversas formas de violencia.

Las mujeres trans dentro de este colectivo de diversidades, representan las más vulneradas en el contexto de cultura patriarcal en México. Sus cuerpos, su identidad, su expresión, su trabajo, sus afecciones, sus vidas son vulneradas por distintos mecanismos de violencia, de forma subjetiva y objetiva.

La violencia subjetiva es aquella que es llevada a cabo por un individuo o un grupo claramente identificado, el más reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos destaca que, son particularmente vulnerables a la violencia por parte de fuerzas de seguridad del Estado, encargadas de hacer cumplir la ley [consulta el informe], además la familia, la iglesia, el sector salud o simplemente personas transfóbicas son quienes ejercen dicha violencia sobre las mujeres trans.

Recientemente, Dandara dos Santos, de 42 años, fue asesinada el 15 de febrero en Fortaleza, Brasil, un video que circuló en redes sociales conmocionó al país y a toda la región de Latinoamérica, en contraste, Brasil es el país donde más asesinan a mujeres trans en todo el mundo… le sigue México.


Actualización (1 ene 2008 – 30 sep 2016) del Observatorio de Personas Trans Asesinadas (TMM) de Transgender Europe

Por otra parte, la violencia objetiva es el tipo de violencia menos percibida, dentro de esta clasificación se desprende la violencia sistémica y la simbólica.

Este tipo de violencias se manifiestan como micro violencias donde su identificación es casi imperceptible, como la discriminación, la intolerancia, la marginación, la negación de acceso a derechos, etc. El sistema genera condiciones que mantienen a un grupo particular vulnerado.

La violencia simbólica es cómo desde el lenguaje enunciamos la realidad. Con el lenguaje podemos definir parámetros y valorar experiencias, pero también borrar, negar y estigmatizar ciertas experiencias. Las identidades y experiencias de personas trans son comúnmente presentadas en la prensa como “hombre vestido de mujer”, “mujercitos” o “travesti”. El valor que se les da en los medios de comunicación es el valor que se le da a las diversas realidades.

Estas violencias pasan desapercibidas, son invisibles y por ende “aceptadas”, más cuando se aplican a personas trans, siendo las mujeres trans individuos doblemente vulnerables, primero por su condición de mujer, y también por su identidad trans.

 

CDMX, ¿gay friendly?

Aunque recientemente el Código Civil de la Ciudad de México modificó el reconocimiento de identidad de género como un proceso meramente administrativo, no quiere decir que la capital nombrada “gay friendly” por Mancera sea un espacio seguro para las y los trans, de hecho, la CDMX es el lugar donde más agresiones hay por transfobia, lesbofobia, bifobia y homofobia.

La esperanza de vida de las mujeres trans en México es de 35 años

En México cuantitativamente no se sabe cuántas personas se identifican fuera de la norma de género binario, no existe un registro federal para saber cuántas personas de la comunidad LGBT+ hay en el país, el desconocimiento en cifras de la comunidad sexo diversa corresponde a que socialmente reconocer la identidad o la orientación sexual contraria a la “normal” es objeto de violencia, discriminación y estigmatización. La minoría dentro del colectivo LGBT+, son las mujeres trans, no sé sabe cuántas hay entonces no se tiene un panorama concreto de quienes son estas identidades, desconociendo sus necesidades y sus vulnerabilidades.

El Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT) ha documentado 283 crímenes a personas trans en México, durante el periodo de 2007 – 2015; siendo Chihuahua el estado con más asesinatos cometidos a personas trans, la Ciudad de México ocupa el quinto lugar. En su ejercicio por registrar lo que el Estado no ha hecho, el CAIT ha mapeado por medio de notas periodísticas y testimonios todos estos asesinatos, resaltando que, el promedio de vida de las víctimas oscila entre los 20 y 30 años; y en su registro destaca en segunda posición el trabajo sexual como ocupación de las víctimas.

México, un país históricamente patriarcal y culturalmente violento no es un lugar donde se defienda y respete las vidas de las personas trans.

Es, un territorio desértico para las mujeres trans: aquí sus voces no se escuchan, sus luchas se censuran, sus trabajos se criminalizan, sus pasiones se ridiculizan. México es el lugar donde sistemáticamente están siendo asesinadas sin garantía de justicia ni reparo; sin derecho a una vida digna y libre de violencias.

A las mujeres trans se les calla a plomo o asfixia, se les reduce a pedazos expuestos en el espacio público… ¡algo tiene que cambiar!

 

Georgina González estudia periodismo en la UNAM. Le interesa escuchar, escribir y contar historias sobre temas de derechos humanos, diversidades LGBT+ y movimientos sociales. Su blog: salirsedelsurco.wordpress.com