El cuerpo
(existence-zip)
Envoltorio
revestimiento del agujero,
mendrugo de ángel caído
anclado en tus entrañas
Pórtico
destino de horizontes demolidos
con furias gravitatorias
atrapando la luz mortecina
de una muerte solitaria.
Hueco
entretejido en nudos,
usando espacios y tiempos que no te pertenecen
y atados a otras voluntades
sin opciones para volver a caminar
por los potreros.
Tronco de náufrago
difuminado a la deriva
flotando en un mar de espejismos
a punto de evaporarse.
Bulto
selfi de la vaciedad
esperando con angustia
el acto mecánico de un
me gusta
Fardo
extensión de la mentira
siguiendo falsos derroteros
cargando tu prisión bajo el sobaco
Pareciera que las alboradas te han hastiado
y que te has olvidado de la continuidad.
La puerta sigue abierta,
no te contradigas retrayéndote
hacia adentro en espiral.
No busques más el sentido,
no te adentres
Lo mejor es vaciarnos,
sin maldad ni miramientos
sublimarnos en olores primaverales
y reconsiderar que los latidos se cuentan a besos
no en likes
Ya es tiempo de crear un proyecto humano
reactivar el
human mode
porque no significamos nada para
la renovación de cada noche cintilante.
Hay que sincronizar neuronas y estremecimientos
en el mismo trasero
transpirando al tono de la lluvia por una pasión.
para dormir sin temor a no despertar.
Vuélvete a la gracia,
desengánchate de lo innecesario,
y no esperes ser el sobreviviente designado
de esta historia de aparición y caída
de una contradicción
libérate como el fuego atrapado
que se le escapó a la madera
y deja de ser la linterna rota
del faro en la oscuridad.
(¡Oh shit! not you again)
∴
2
No hay algo tan devastador como
el ‘ahorita’
para ser más precisos el ahoritita
todo santiamén se topa y se para con el ahorita,
el ahorita es atemporal,
es un conejo salido del sombrero de un mago,
no tiene pasado, tampoco futuro
es un punto sostenido en el aire,
es un desencuentro entre el ya vuelvo
pero no me he ido.
Podría ser el here and now
pero el ahorita es más
exacto
El ahorita es el instante intermedio de la
petite mort
el relámpago puntual para desprenderse del cuerpo
o un parpadeo preciso de dios
Es el estar y no estar
entre la indiferencia
del ir o venir
Es la historia de un intervalo atrapado
en un tic-tac
llevándose los sueños
destejiendo ilusiones
El ahorita es la espera
entre el control remoto
y un click
que desgaja las miradas
dando brincos en un solo pie
para sostenerse en el aire.
Vivir en el ahorita me lacera;
es negar las historias en la vieja hamaca
sin percatarnos de los murmullos
poblando las enramadas.
El ahorita es
un grito colgado de la lengua
de un traficante de miedos y espejitos
proud sponsor
del fuego inmediato
Pero ya no suspires aperrado al momento,
el tiempo es menos tiempo
que se ha ido desgranado cada segundo
ahora los siglos duran diez años
Llévate tu maldición,
tu pureza química y visceral
bajo las axilas
no corrompas tu sombra
arrastrándome por la alfombra roja
hacia un tormentoso paradero.
El atorón entre el aquí y ahora me está lapidando
despósame o cásate con un nigromante,
un poeta, o una hechicera
ellos no garantizan nada
pero sí miran el futuro.
El pasado se detiene a cada instante por el ahorita,
pero el futuro solo existe por la esperanza.
(No es lo mismo dormirse al instante
que dormirse en el acto)
∴
Rafael Ortiz Calderón, escritor mexicano, reside en Chicago desde 1989. Es catedrático en la Universidad de Roosevelt, Instituto Cervantes de Chicago y en los Colegios de la Ciudad.