My Fair Lady


Bryce Pinkham, Lisa OHare, Helen Carey, Richard E. Grant, en My Fair Lady. Foto: cortesía de Lyric Opera of Chicago 

Como parte de su compromiso con el teatro musical, el Lyric Opera House nos trae este año la puesta en escena de My Fair Lady. Basada en Pygmalion, de George Bernard Shaw (1913), la historia fue llevada al cine en 1964 con la entrañable Audrey Hepburn como Eliza Doolittle, la vulgar vendedora de flores, y Rex Harrison en el papel del profesor de fonética, Henry Higgins. El profesor, un soltero empedernido, se topa con la vendedora de flores y le apuesta a su amigo, el General Pickering, que puede enseñarle a hablar bien a la florista al grado de hacerla pasar por ‘dama de sociedad’. El amigo lo duda, pero Eliza acepta el reto. My Fair Lady puede ser considerada la ‘telenovela’ original, donde una pobre muchacha es ‘rescatada’ por un hombre maduro muy ‘pipiris’.

En esta puesta, el gran actor Swazi-británico Richard E. Grant (Gosford Park, The Iron Lady, Jackie) encarna al profesor Higgins, mientras que Eliza es protagonizada por la británica Lisa O’Hare, desplegando su hermosa voz y habilidad lingüística al interpretar canciones con acento ‘cockney’ (“Just You Wait”) y después ‘en perfecto inglés’ (“The Rain in Spain”).

La trama se desarrolla principalmente en la calle donde la muchacha vende flores y en el estudio del profesor Higgins, y como siempre, el Lyric Opera se luce con la escenografía. Los cambios escénicos distraen un poco, pero se sacan la espina al permitir que el público eche a volar su imaginación cuando Eliza, transformada en una dama de sociedad, va por primera vez a las carreras de caballos. Escena bien lograda por su simpleza, donde destaca el vestuario de los asistentes, sobre todo, el enorme sombrero de la Srita. Doolittle.

My Fair Lady es uno de los musicales con más diálogo, donde los actores secundarios le dan el toque cómico a la trama. El fiel General Pickering (Nicholas Le Prevost), hablando por teléfono con Scotland Yard buscando a Eliza es una delicia, pues, a pesar de que no podemos escuchar lo que la policía le dice, nos hace reír cada vez que abre la boca. La Sra. Pearce (Cindy Gold), el ama de llaves de Higgins, le sigue la corriente a las excentricidades de su patrón, mientras que la madre del profesor (Helen Carey), es la señora de sociedad que está perfectamente consciente de los defectos de su caprichoso hijo y no se toca el corazón para echárselos en cara. Bryce Pinkham interpretando a Freddy, el enamorado de Eliza, deleita interpretando el clásico “On the Street Where You Live”. Y qué decir del señor Doolittle (Donald Maxwell), el simpático, bueno-para-nada, padre de Eliza, quien impone en el escenario cuando aparece.

La música es tan conocida, que me impactó escuchar la menos conocida “Hymn to Him” donde Higgins reclama porqué una mujer no puede ser como un hombre, y pregunta ¿por qué una mujer no puede pensar? Fue cuando recordé que esta obra se escribió en 1913, y que a pesar de que ciertamente tiene tonos bastante misóginos, si la observamos dentro de su contexto histórico, es una historia de amor como cualquier otra.

Para disfrutar y entender los musicales de hoy en día, es necesario conocer los clásicos y no hay nada más clásico que My Fair Lady.

 

My Fair Lady en el Lyric Opera of Chicago. 

Carolina Herrera Guerra nació en Monterrey, Nuevo León y se crió en la CDMX. Es autora de la novela #Mujer que piensa.