Que regresen los soldados a los cuarteles


Póster de Roy Villalobos.

Simón Bolívar lo dijo, el Ejército que vuelve las armas contra su pueblo, es un Ejército traidor. Y justamente eso es lo que representa el Ejército mexicano, un Ejército traidor que no sirve a la Patria, ni con rectitud, ni mucho menos con honestidad.
—Sanjuana Martínez

El congreso mexicano, con la mayoría del partido en el poder el PRI, convirtió a México en una dictadura militar con marco jurídico, dando legalidad a una política que inició Felipe Calderón con la guerra contra las drogas, en 2006. 11 años de guerra contra el narco han quedado plasmadas en la ley mexicana y que ahora solamente espera la firma de Enrique Peña Nieto.

El gobierno de Peña Nieto cerrará con bombo y platillo fúnebres el sexenio: 175 mil homicidios en comparación a 125 mil del gobierno panista. Las fuerzas armadas cometieron un gran porcentaje de dichos crímenes y han mantenido a México en una especie de estado de excepción no declarada. Asimismo, Peña Nieto es el presidente que dio un tiro de gracia a los derechos humanos y la democracia.

Tanto Calderón como Peña violaron la constitución al asignar al Ejército y la Marina a la seguridad interna; tareas que corresponden tanto a las policías estatales como municipales, y cuya función es garantizar la seguridad ciudadana. Por desgracia la policía tampoco está preparada para estas funciones de seguridad. Por lo tanto, han metido mano dura con la Marina y el Ejército.

El Ejército tiene como función defender a la patria de invasiones extranjeras. El Ejército es el cuerpo de seguridad nacional, no de seguridad interna. Los legisladores recientemente aprobaron legalizar el uso de las fuerzas armadas contra la propia población a la que estarísn supuestos a servir.

 Históricamente, el Ejército mexicano ha estado involucrado en hechos de violencia: Tlatelolco, Jueves de Corpus, Acteal, Aguas Blancas, Atenco… y recientemente Tlatlaya y Ayotzinapa. Todos estos actos represivos y vergonzosos han sido utilizados por las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo.

Con una votación de 76-44-3., El PRI y los panistas rebeldes-calderonianas, lograron aprobar esta ley oprobiosa, que legaliza la presencia del Ejército en las calles y que ofrece impunidad hasta crear un estado de excepción. Los que hicieron posible el quorum para que se consumara este atropello, fueron 11 panistas y dos legisladores del Partido Encuentro Social. Este último partido, ese mismo día formó una alianza electoral con Morena, partido de López Obrador.

Los priístas se volvieron sordos ante los argumentos que se esgrimieron para oponerse a la propuesta, quienes argumentaron de que México ha servido a la estrategia intervencionista de Estados Unidos por los últimos 11 años a través de los 2.3 millones de dólares —asignados a la Iniciativa Mérida— para que México combata el crimen organizado, el tráfico de drogas, el tráfico de armas. Todo esto con el fin de impedir que los ansiosos clientes estadounidenses tengan acceso a las drogas que provienen de México y con estas llenar su vacío.

El Plan Mérida, los firmaron Calderón y Bush en 2008, y Obama y Peña Nieto lo ratificaron. Este plan implica una responsabilidad compartida: por un lado Estados Unidos determina la política y reparto de recursos, y por el otro lado México pone los muertos y suprime las libertades de los ciudadanos.

La ley que aprobaron las cámaras de diputados y senadores ratifican las palabras de Hillary Clinton que señalaban de que México es un Estado fallido.

La comisión de Derechos Humanos impugnará la ley aprobada por el congreso ya que esta ley es inconstitucional y vulnera los derechos humanos. Todos los mexicanos deberíamos oponernos a esta ley, que viola las libertades civiles y humanas todavía establecidas en la Constitución mexicana.

 

Carlos Arango. Fundador del Movimiento Mexicano 2018 en Estados Unidos.