Una visión sobre ‘Ni Bárbaras ni Malinches, Antología de narradoras en Estados Unidos’

 

Lo bueno de las antologías es que son un muestrario de lo que se hace en distintos lugares y nos nutre con diferentes perspectivas, estilos, temas y acercamientos. Ni Bárbaras ni Malinches, Antología de narradoras en Estados Unidos, hace exactamente eso. Esta es la primera vez que se presenta solo a narradoras en español a lo largo de la nación del norte. Y no es casualidad, porque la creación literaria en español no ha dejado de crecer, ya sea en universidades, en talleres literarios, en revistas que nacen continuamente y alimenta el hambre intelectual de los que vivimos aquí.

La antología presenta a quince escritoras con sus respectivos textos, algunos cuentos, otros relatos y sorprendentemente, capítulos de novela. Esto nos da la pauta que el espectro narrativo es amplio y goza de un momento extraordinario. Desde la presentación, el escritor y editor radicado en Chicago, Fernando Olszanski, quien hizo la selección de esta antología, nos habla de romper estereotipos. El nombre de la antología, sin dudas, es un muy buen comienzo para hacerlo. La presentación explica que los extremos concebidos en la Literatura, como lo es Doña Bárbara y la Malinche, nos ayudan a vislumbrar todos los matices de la mujer latina. El hecho de presentar narradoras con un bagaje cultural diferente nos ayuda a determinar los abanicos literarios que se nos presentan en la antología.

A mi gusto personal, creo que la antología es muy pareja en la calidad de textos, pero además, es muy entretenida desde el punto de vista literario. Los cuentos no son largos, lo que hace que su lectura sea fluida y grácil. Al mismo tiempo, los textos nos pasean por distintas ciudades, íconos nacionales y el desencuentro cultural de Estados Unidos.

Sin dudas que Ni Bárbaras ni Malinches, Antología de narradoras en Estados Unidoses un gran evento en el mercado literario hispano, no ya desde un punto de vista comercial, sino que, desde el aspecto de la diversidad, la buena literatura y del crecimiento agigantado de nuestra presencia en este país. Un documento necesario para marcar nuestra presencia en una sociedad siempre cambiante. Un buen libro.

 

Alejandro Monasterio, periodista de origen sudaca. Radica en Milwaukee.