Judy Collins
Judy Collins hoy tiene 79 años, lleva 66 de carrera dado que la inició a los 13 años, imantada por artistas del Folk como Woody Guthrie y Pete Seeger. Una ficha de su biografía cuenta que estaba destinada a ser una brillante concertista de piano, pero ella eligió “un amorío de por vida con la guitarra y la búsqueda de la verdad emocional en sus letras”.
En la interacción de compositores y cantantes Judy a jugado un papel crucial en el surgimiento de nuevas formas culturales, su conciencia social y su concepción artística, la ubicaron como alguien determinante.
Se ha destacado continuamente que, con sus interpretaciones, desde los años sesenta marcó tendencias en la Comunidad Folk del Greenwich Village al llevar cantautores como Leonard Cohen y Joni Mitchell. Desde mediados de los sesenta Judy ha “enriquecido su catálogo con álbumes reconocidos por la crítica y balanceando un robusto calendario de giras”, tal como enseguida lo destaca Enrique Navarrete.
Enrique Navarrete, luego de su entrega sobre Joni Mitchell, me señaló: “Pues ya puestos en estos temas, ¿sobre quién de estas bellezas nos seguimos?, hay para rato”.
A bote pronto le respondí: “¿Qué te parece si le sigues con Judy Collins?, qué tal si esbozas quién fue, su canto, dónde encaja durante los sesenta y setenta, su interrelación —desde el Folk y el Rock— con Joni (como ya señalaste), con Stephen Stills, con Leonard Cohen… no sé si hay algo específico en el contexto de 1968 ya que este año cierra un ciclo al redondear aniversarios quincuagésimos… bueno, dime qué opinas”.
Apenas dos días después de mi propuesta me entregó una reseña en la que revisa los distintos ángulos de la longeva carrera de esta distinguida artista; repasa sus logros y experiencias más trascendentales, desde el enfoque a su voz, pasando por su escritura hasta su activismo social de una manera personal y objetiva.
Así que sin más preámbulos.
Con Enrique Navarrete
Judy Collins
Doctora Honoraria Judith Marjorie Collins, o mejor, solamente Judy Collins.
Nada de lo que pueda escribirse acerca de Judy Collins es suficiente. Es simplemente una leyenda viva de la música y del género conocido como Folk.
Como anticipando la llegada del “grunge” o “grungy”, la tal Judy nace en Seattle, Washington en 1939. Digo “como anticipando” porque en lo personal me parece que el movimiento musical de Nirvana, Green River o Soundgarden, tiene en esencia como toda buena variante del Punk, algo de íntimo con la cultura propia, la urbana y la rural, con el folk, con el regreso a las raíces de esa prolífica región de Norteamérica que tanto ha ofrecido a la música.
Judy Collins, fue la hija de un cantante ciego y además locutor y transmisor de música en radio, su estrecha relación con la música inicia a muy temprana edad. En un entorno de quien pertenece a una familia común de Norteamérica, con gran afición por las artes, Judy estudia piano y posteriormente guitarra. Gracias a la actividad profesional de su padre, conoce entre otros, a Woody Guthrie y Pete Seeger quienes influyen en su apreciación musical y especialmente en su interés por las letras.
Crece en ella la conciencia de que la música es el vehículo del mensaje, por lo que su gusto por el renacimiento del género Folk a principios de la década del sesenta determinó su futuro.
Adicionalmente al estar casada con Peter Taylor, un profesor universitario hasta 1965, se antoja suponer que esa asociación contribuyó a crear el necesario ambiente de reflexión, análisis y crítica o al menos de cuestionamiento al “establishment”. Premisas de toda propuesta musical que se preciara de ser de avanzada y progresista en esos años.
Presenta su primer disco A Maid of Constant Sorrow, a la edad de 22 años en 1961:
All through this world I’m bound to ramble
Through sun and wind and drivin’ rain
I’m bound to ride the western railway
Perhaps I’ll take the very next train
I am a maid of constant sorrow
I’ve seen trials all of my days
I’m going back to California
Place where I was partly raised.
En 1966 lanza su quinto álbum In my Life, en el que además de una espléndida interpretación de esta bella pieza de Lennon y McCartney, incluye otras de Leonard Cohen, Jacques Brel y Kurt Weill. Desde 1961 a 2015 nos ha ofrecido treinta y cinco álbumes de estudio; siete de presentaciones en vivo; once compilaciones; destacan diez y seis éxitos en primeros lugares, contando con seis premios de oro y dos de platino.
Su madurez profesional me parece, sucede en la gloriosa década de los 60, cuando recorre desde Denver hasta Greenwich Village en Nueva York, su camino musical comprende interpretaciones y grabaciones de diversos cantautores, muchos de ellos aún desconocidos en su momento: Bob Dylan, Leonard Cohen, Pete Seeger, Randy Newman, Joni Mitchell, Robin Williamson, Richard Farina, Ian Tyson y Eric Anderson.
En su álbum de 1967 Wildflowers, obtiene un Grammy, particularmente por su interpretación de Both Sides, Now de Joni Mitchell en el cual también incluye Sisters of Mercy de Leonard Cohen. Para 1968 lanza su álbum Who Knows Where the Time Goes en el que participa Stephen Stills su pareja en ese momento. Nada más y nada menos fue la musa que inspiró a Stills a componer Suite: Judy Blue Eyes.
Sería una omisión inútil dejar de comentar su relación con Leonard Cohen. Alguien muy especial para mí y que tiene una percepción y sensibilidad de las que yo carezco, me dice de la relación entre ellos: “Yo creo que se amaron mucho, tal vez no lo reconocieron abiertamente. Qué triste que muchos de los grandes amores no se realicen”.
En palabras de Judy: “Leonard me apoyó emocional, artística y financieramente. Eso es extremadamente raro: la gente no hace eso. En realidad, no te ayudan cuando les haces un favor. En su mayor parte, ni siquiera dicen gracias”. También es cierto que L. Cohen escribió una última carta a la que fue su musa y amante, Marianne Ihlen.
En su autobiografía, Trust Your Heart: an autobiography (Paperback reprint: Fawcett Crest, New York, Feb. 1989, ISBN 0-449-21662-4), Judy escribe: “He amado y grabado muchas de sus canciones: Sisters of Mercy, Joan of Arc, Priests, Hey, That’s No Way to Say Goodbye, Famous Blue Raincoat, The Story of Isaac, Suzanne, Take This Longing, y Dress Rehearsal Rag. Sus canciones me llevaron a través de años oscuros como mantras o piedras que tienes en la mano mientras el sol sale o el fuego arde. Me mantuvieron centrada mientras estaba parada frente a miles de personas, mis ojos cerrados, mis manos alrededor del cuello de una guitarra, mi voz cantando sus letras etéreas. La audiencia respondió a su escritura, las canciones eran como agua para una persona que muere de sed. Eran canciones para el espíritu cuando nuestros espíritus estaban tensos hasta el punto de ruptura”.
Desde los años ochenta inicia una actividad más formal como escritora. En 1987 publica su autobiografía como ya comenté; después de la muerte de su hijo Clark Taylor en 1992, publica el libro Sanity and Grace. En 1993 se presenta ante una celebración que inaugura la presidencia de William Clinton e interpreta Chelsea Morning y Amazing Grace; el presidente y su esposa, han confirmado que el nombre de su hija Chelsea, es precisamente por la canción de Joni Mitchell que Judy popularizó.
Actualmente, de manera extraordinaria ambas, andarán de tour del 1 de mayo al 30 de junio de 2018 por Canadá y EUA.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Judy_Collins
https://www.leonardcohenfiles.com/cover0.html
El arte de algunas mujeres icónicas:
Joan Jett, (una y otra vez) su alegórica reputación
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Enrique Navarrete, regiomontano (del D.F.) en su juventud fue sobresaliente jugador de futbol americano con Titanes de Las Mitras y Vaqueros de Prepa 2; asimismo en los sesenta y setenta fue parte de la onda psicodélica regiomontana y un avezado conocedor de la escena musical de esas décadas. Hoy es un reconocido economista por la UNAM, donde ejerce como profesor y consultor.