‘También esto pasará’ de Milena Busquets

También esto pasará de Milena Busquets
Vintage Español, Nueva York, 2015. 176 páginas, $16, ISBN-13: 978-1101912256

 

Exquisita, por momentos irritantes, pero siempre con la capacidad de cautivar, la novela También esto pasará (Vintage Español, 2015) de Milena Busquets es inolvidable por su necesidad de comprender el luto desde sentimientos tan dispares como la ira y la sátira cruel. Contada en clave levemente epistolar —aunque en realidad, es una narración circular que construye su propio laberinto de ideas— la novela elabora un elegante tapiz sobre los recuerdos, el dolor y la tristeza, pero advierte que, a pesar de eso, la vida continúa. Esto lo hace en un hedonismo cercano a la pasión y a la decadencia, en un juego de espejos donde el luto y el sufrimiento parecen ser sólo piezas que justifiquen el vacío existencial que la muerte deja a su paso. No se trata de una visión tradicional sobre la muerte ni busca serlo. De hecho, la misma Milena Busquets describe la novela como una carta de amor a su Madre Muerta, una visión profundísima sobre los lazos que nos atan a la nostalgia y una fervorosa rebelión contra la desesperanza.

Milena Busquets ya había deslumbrado con su anterior obra Hoy he conocido a alguien (2008), en la que es notoria su capacidad para contar historias mínimas con una enorme capacidad emocional. No obstante, la experiencia emocional de También esto pasará asombra no sólo por su sutileza sino también por su soterrado cinismo. Busquets construye una historia sólida y conmovedora sobre el dolor y el duelo pero sin caer en los clichés habituales sobre el sufrimiento espiritual y la desolación tras la muerte de un ser querido. El libro desconcierta por su sinceridad, su sencilla crudeza para contar la vida común, pero, sobre todo, por su intrincada línea de pequeñas escenas que se concatenan para mostrar algo tan aparentemente simple como el sufrimiento humano. No obstante, no hay nada superficial en esta colección de diminutos fragmentos de dolor y existencialismo: Busquets los evita con una precisión que por momentos puede parecer cruel, pero que se sostiene sobre su capacidad para la ironía y un velado sentido del humor. Por momentos insoportables en cierto parlamento snob, la novela avanza con buen pie hacia una culminación descarnada sobre la angustia íntima y el espíritu quebrantado en busca de una justificación personal.

Descarnada, cruda y extraordinariamente bella, no sólo es una mirada profunda al sufrimiento espiritual y moral que debe enfrentar la pérdida desde lo imprevisible y devastador, sino, también, una reflexión sentida y sin cortapisas sobre el miedo que subyace bajo su angustia existencial. Con una prosa sincera y emocional, la autora recorre no sólo el abismo privado que ocasiona la muerte y, además, medita en sus implicaciones. La novela se plantea interrogantes sobre la naturaleza del dolor y, sobre todo, esa profunda necesidad de comprendernos a pesar y gracias al sufrimiento que todos descubrimos nos une en crisis personales especialmente duras. Busquets crea una mirada invaluable sobre el horror del silencio espiritual que conlleva a la muerte, el recorrido hacia la necesidad de enfrentarse a ella y finalmente, esa serenidad desigual que proporciona mirarnos desde el otro lado de una tormenta personal de consecuencias imprevisibles.

Además, con una enorme delicadeza, Busquets analiza la relación que sostuvo con su madre en una especie de diario íntimo donde apunta no sólo su punto de vista personal sobre el dolor y la angustia, sino también la complicada convivencia entre ambos. Todo lo anterior convierte su relato no sólo en una perspectiva única sobre la pérdida y la angustia moral, sino en una revisión concienzuda sobre los intrincados lazos que nos unen a quienes amamos y forman parte de nuestra vida. Conmovedor por momentos, desconcertante en otros, el relato avanza con buen pulso hacia una conclusión elemental y no por ello menos importante que la autora celebra en cada palabra: Somos quienes amamos.

La dupla extraordinaria de la visión de Busquets sobre el duelo y su percepción de la identidad rota por la pérdida, crea un vínculo por momentos escalofriante sobre la muerte, la vida y los recuerdos. No sólo se trata de un relato que funciona como espejos de una única historia –la narradora se mira a sí misma a través de otros— sino que además cuenta la lenta debacle emocional de la autora, contenida, elegante y al final, puro sufrimiento convertido en una construcción narrativa de enorme inteligencia. Desde los relatos sobre su juventud, su tumultuosa vida emocional, hasta la ausencia destructora de la madre, las devastadoras experiencias parecen completarse a sí mismas y de una línea a otra, crea una especie de mapa sobre el dolor y la agonía emocional. No obstante, Busquets no se regodea en la angustia y los cientos de implicaciones del duelo, sino en una alegoría extrañamente sincera sobre el luto y más allá de eso, la manera en que podemos sobrevivir a nuestras peores tragedias.

También esto pasará es la perspectiva del que sobrevive a un afecto de capital importancia, y que se analiza desde el recuerdo. Con un pulso exquisito y un buen gusto literario que por momentos sorprende y conmueve a partes iguales, la escritora avanza en la narración de la compleja relación que sostuvo con su madre con una mirada certera sobre la influencia que tuvo en su identidad. El personaje de Busquets está lleno de vitalidad, pero también una profunda rebeldía que se concatena con la percepción de la presencia y la impronta que la muerte suele subvertir por la mera implicación del silencio de lo inevitable. La escritora se toma una considerable cantidad de tiempo para asimilar la muerte de su madre, pero también, la forma en que la herida de una experiencia insuperable dejó en su vida y con toda probabilidad, en su futuro. Por extraño que parezca, Busquets también medita sobre la maternidad desde una perspectiva cálida y sensible. Su personaje se debate entre la soledad de su historia personal mutilada por la muerte y la forma como asume su cualidad irremediable. Una y otra vez, la autora se concibe dentro de algo más grande a la cual sobrevive y, además, forma parte de lo que será su individualidad a partir de entonces. A pesar del sufrimiento emocional, la novela plantea la idea de la esperanza que sobrevive a la tragedia y, sobre todo, el poder del espíritu humano para enfrentarse al abismo de la incertidumbre.

Al final, También esto pasará es una noción sobre la pérdida basada en nuestros temores y más allá de eso, nuestra necesidad de comprender los espacios oscuros e iluminados que el duelo crea a partir de la derrota, el desconsuelo y sin duda, la necesidad de comprender la soledad como algo más profundo que un mero paso de conciencia. Quizás sea el mayor triunfo de Busquets, como una forma de redimir la tristeza y la angustia en algo más hermoso y revelador.