Los labios de rojo

 

Mi madre me mira con amor y ojos cansados. No sabe que me pinto los labios de rojo. No sabe que me pongo sus botas. Sus diez pares de botas de tacón escondidas debajo de su cama King.

La muralla que rodea su cama King es de mariposas japonesas. No sabe que es fácil internarse en esa fosa y desenterrar sus secretos.

Yo sé que puedo atravesar la muralla de mariposas japonesas que rodea la cama King y rescatar sus diez pares de botas, a Corín Tellado y un vibrador.

Mi madre no sabe que me pongo su ropa. Parada frente al espejo de cuerpo entero con los labios pintados de rojo, sus botas y su ropa, un niño sale de una bolsa Louis Vuitton y llora mariposas japonesas. Lo escondo debajo de la cama King.

No sé qué hacer con él porque mi madre me enseñó a pintarme los labios de rojo, a vestirme y a caminar en tacones, pero no a cargar a un niño en una bolsa.

Tengo la foto de la mañana de septiembre en que nací. Mi madre me mira con amor y ojos cansados. En el espejo veo a mi madre, con los labios pintados de rojo, la bolsa Louis Vuitton y el vestido con el que la enterramos.