‘Emboscada’: Cine mexicano con un tema universal

Emboscada es una película escrita y dirigida por René Herrera Guerra (México, 1971). El filme fue selección oficial del Chicago Latino Film Festival en el 2021 donde ganó el premio de la audiencia. También ha sido selección oficial en los festivales de Mérida, Uruguay y Guayaquil, entre otros. Volvió a Chicago en el 2022 como película seleccionada para el REEL Club del Latino Cultural Center.  Emboscada se filmó en doce días y es un buen ejemplo de que se puede hacer buen cine con pocos recursos. 

 

 

El thriller, el cine negro, el suspense… todos estos géneros son clásicos que han fascinado a espectadores en los 125 años del cine. Y de esa misma fascinación han surgido cineastas que con sus contribuciones han ayudado a moldear y nutrir estos géneros, uniéndolos en una manifestación de la cinematografía que juega con las emociones más íntimas del espectador, para mantenerlo en vilo desde un principio hasta la disolvencia final. 

Numerosos directores a lo largo de las décadas han explorado este género universal: ahí está el grueso de la obra de Alfred Hitchcock y grandes como Billy Wilder con Double indemnity, Roman Polanski con Chinatown, François Truffaut con La sirena del Mississippi, y en México se pueden contar filmes y directores memorables: Roberto Gavaldón con La otra, Jaime Humberto Hermosillo con El cumpleaños del perro y la obra maestra de Arturo Ripstein Cadena perpetua.

Si bien el thriller no ha sido muy socorrido en tiempos recientes en la temática cinematográfica mexicana —hay contadas excepciones, como la brillante e infravalorada Rencor tatuado del excepcional Julián Hernández— que ha preferido decantarse por sucedáneos de comedias románticas al estilo estadounidense para llevar gente a las salas (y no es mala idea: si uno paga por ver a una actriz extranjera hacer desfiguros por amor con un galán extranjero también, ¿por qué no consumir lo que el país produce?). Así entonces, que René Herrera Guerra decide apostar por lo inquietante, lo perturbador, en su cinta Emboscada, que con el título Ambush ha recorrido con éxito el circuito de festivales independientes alrededor del mundo. La inquietante atmósfera que consigue es hija directa de obras tan fascinantes como After Hours de Scorsese o The Killersde Robert Siodmak, y atrapa al espectador desde el inicio —una escena aparentemente inocua en la que una mujer llamada Nadine (la excepcional Adriana Llabrés) hace un relato a dos investigadores, como si fuera una escena de la célebre serie Law & Order o alguno de sus derivados— para no soltarle el cuello hasta llegar al inesperado, ingenioso y memorable final.

(Como una forma de respeto al público, esta reseña no contiene spoilers)

Nadine maneja “el negocio familiar”, un edificio con numerosos apartamentos que alquila temporalmente, pero siempre pasa que la mayoría de los ocupantes mueren en circunstancias violentas o inexplicables. Como siempre hay lugar, es entonces el sitio que elige el peligroso gangster Frank (un intimidante Ramón Medina) para que sea su matadero particular. Pero las cosas se complican cuando el cuerpo de su última víctima no aparece y Frank (con sus secuaces y Nadine) se da a la faena de encontrarlo, obligando a que la casera lo lleve cuarto por cuarto —incluyendo los ocupados— y de ahí surge esta aventura siniestra, salpicada de humor muy negro, de astucia y sobre todo de un ritmo impecable.

El reparto lo redondean excelentes actores mexicanos como el formidable Juan Ugarte (protagonista de Los hermanos Salvador, la primera serie mexicana en Disney +), Conchita Márquez, Ana Kupfer, Karen Martí, Pablo Abitia y Juan Pablo Castañeda (protagonista de la controvertida Drama/Mex), quienes aportan momentos brillantes e interpretaciones muy ricas y de amplia textura, al laberinto creado por Herrera, que demuestra no solo ser un director agudo, también un excelente narrador y, por si fuera poco, un gran cinéfilo. Apuesta fuerte y gana, pero solo los que arriesgan en este negocio del cine lo consiguen y con Emboscada, el resultado es impecable, como su timing para crear un nuevo estilo de thriller: urgente, entretenido, satírico, ágil, mordaz y tremendamente satisfactorio.