Camuflador de pieles
Sos un camuflador de pieles
Vas de una piel a la otra
Con una ligereza que sólo los ángeles tienen
Pasas de la inmensa ternura al rigor
En un abrir y cerrar de ojos
Pasas de dar la inmensa sensación de permanencia
Hacia el caos del cambio ininterrumpido
ininterrumpible
Transitas como si fueran uno —y que en definitiva lo son—
El dolor y el amor
Tienes la intuición que vuelve uno al mundo
Y el análisis para defender con fiera certeza
El estatuto de cada una de las cosas
Como si fueran únicas y discretas
Eres denso cuando miras
Y ligero cuando transitas
Sorprendes y te camuflas
Vuelves ligera la mirada
Y denso el andar
Me enamoras y me cansas
Me descansas y te dejas amar
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Contraluz (¿o Luz?)
Adán
Lo más difícil de este, mi pequeño planeta,
Es inscribirte
Nadie más significativo en mi vida
Y, sin embargo, se me hace tan difícil nombrarte
asirte en palabras
hacerte caber en un retrato
O dibujarte en mis letras
Eres un caballero en tiempos coléricos
Un ángel con pies en el barro
Un saturador de mundos imposibles
Urdidor de fantasías por todos compartidas
Un valiente inquisidor de mundos impenetrables
Un quijote montado sobre su propia barca
Alquimista y transmutador de realidades
Que con su vara realiza lo irrealizable
Un maquillador de la intemperie, el frío y la muerte
Un hacedor.
Un contador de historias
Y un gran espectador de este mundo
Que gira y gira sin terminar de tropezar.
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Desgarro
Dejame asirte vieja conocida
Dejame conocer el tamaño de tus pechos
El espesor de tu mirada
Dejame descubrir la curvatura exacta de tus senos/sueños
Y de qué profundidad es la hendidura
Que se apropia de mi risa
Que coloniza mi cuerpo.
Dejame mirarte por dentro
Para poder asirte
Para poder hablarte
Para no sufrirte
Dejame conocer tu geografía
Para que podamos inventar mundos
Para que pueda yo sobrevivirte
Dejame ser tu compañera
En lugar de tu víctima
Tomemos un café y lleguemos a un acuerdo
Te prometo no olvidarte
Y quererte aún en el desacuerdo
De ti sólo necesito la mirada clara
La voz que no mienta
Tu miedo sin ropas.
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Marquesa Macadar. Escritora y pensadora uruguaya. Fue gestora cultural en Chicago. Estos poemas fueron escritos en 2007 y pertenecen al poemario Poblando las palabras.
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