Informar no es un crimen

 

Informar no es un crimen. Pero, para Rubén Espinosa sí fue un crimen que resultó en su muerte brutal. Asimismo fueron brutalmente asesinadas Nadia Vera Pérez, una activista prominente, y sus compañeras de departamento: Yesenia Quiroz y Mile Virginia Martin y la señora encargada de la limpieza, Alejandra Negrete, en el Distrito Federal.

Según a la comisión para proteger a periodistas, CPJ, 38 periodistas han sido asesinados en México en el 2015 y México es el quinto país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Se coloca detrás de Francia, Siria, Sudán del Sur y Yemen. Hoy en día, la corrupción y la violencia se han tornado instrumentos gubernamentales para intimidar y silenciar a los periodistas que informan a la sociedad sobre la mala administración gubernamental y los operativos de los carteles de la droga. Sin embargo, los periodistas verdaderos continuarán informando y nadie podrá silenciar la verdad.

Aparte de los asesinatos de los periodistas, la forma en que los casos son manejados, o mal manejados, es muy preocupante. Desde 1992, 90 por ciento de los casos de asesinato en México resultaron resguardados por la impunidad. Parece ser que hoy en día la verdad no se valora y dicha actitud se refleja en la tasa de impunidad que existe en México. A pesar de las cifras, hay periodistas que no desean callar pero a la vez desean seguir viviendo con sus familiares. ¿En qué momento nos daremos cuenta de la necesidad e importancia de una sociedad informada? ¿Cuántos asesinatos más nos tomará llegar a la conciencia? 

El periodismo se sitúa bajo fuego en todo el mundo y la gente debería preocuparse. Tanto el periodismo como los periodistas son muy importantes para el bienestar de la sociedad. Sin periodismo, la sociedad no estaría informada y no se enteraría de todo lo que se necesita saber. A través de la historia nos hemos dado cuenta que una sociedad informada es una sociedad mejor. Los periodistas ayudan a revelar el rostro de los responsables de la violencia y la corrupción. No obstante, el bienestar de la sociedad está amenazado cuando los periodistas dan la vida por exponer la verdad. 

Y la verdad es la razón por la cual los periodistas están siendo asesinados. En México la corrupción gubernamental y la violencia provocada por los carteles son uno mismo. De ahí que el periodista incómodo se vuelva un objetivo inminente tanto para el Estado como para el crimen organizado. El Estado controla el fluir de la información bajo amenazas, intimidación, palizas y asesinatos. Esto fue evidente en el caso de la colonia Narvarte donde las publicaciones que apoyaban la visión del PRI, como La Razón y El Gráfico, publicaron información inexacta sobre los asesinatos para que el morbo de la gente se saciara con los detalles de la tragedia. Desgraciadamente en México hay un grupo de corruptos que trabajan para mantener desinformada a la sociedad, pero hay un grupo de periodistas y activistas que sí trabaja para mantener a la sociedad informada.

Claro, cabe precisar que no todos los periodistas viven en peligro y en Estados Unidos los periodistas suelen tener mejor suerte. Existen las trágicas excepciones como las de Alison Parker y Adam Ward en Virginia. Sin embargo existe un fragmento de la sociedad estadounidense que todavía valora la verdad y entiende la necesidad de exponer la corrupción y la violencia. En México, por su parte, las personas que se supone deberían proteger e informar a las personas pues simplemente no lo están haciendo.

Como periodistas es nuestra responsabilidad continuar con nuestro trabajo. No podemos tener miedo ante la violencia y, en muchos casos, frente a la muerte. Las palabras son poderosas y tenemos que seguir utilizándolos para mejorar el mundo en el que nos ha tocado vivir. La libertad de expresión es un derecho que todos debiéramos ejercer, especialmente cuando se trata de difundir la verdad. El periodismo es un instrumento que sirve para mantener informada a la sociedad y por lo tanto los periodistas no deberían ser el objetivo de la violencia. El buen periodista se encuentra de lado de la gente, de los sin voz, los más vulnerables.

Las palabras de Ana Gatica lo resumen todo, debemos usar nuestras palabras, cámaras fotográficas y cámaras de video para continuar luchando por la verdad y la libertad: “No podemos seguir pidiendo un minuto de silencio por los desaparecidos porque pedir un minuto por cada desaparecido en nuestro país (México) es quedarnos callados para siempre”.

 

Parker Asmann se graduó en periodismo y en español en DePaul University, en el 2015. Reside en Chicago y le interesan los temas de derechos humanos y justicia social. Algún día le gustaría ser corresponsal en el extranjero.