Lecturas visuales para un sábado

 

He recorrido una y otra vez caminos que se han vuelto tan cotidianos, por lo que en ocasiones me han llenado la mirada de escenas monótonas, pero cada 12 de diciembre las estampas que “adornan” esos andares son diferentes.

Algunos recorremos una serie de calles y avenidas que tan solo forman parte de la ruta para llegar a casa, al trabajo, a la escuela… pero para otros esas mismas calles y avenidas se vuelven senderos que les erizan la piel, que les dan kilómetros para pensar en las bendiciones recibidas, que les llenan el cuerpo de dolor pero su fe los hace continuar andando.

He visto lágrimas y sonrisas, cuerpos cansados y dolientes, pero también espíritus fuertes que hacen continuar un andar de pasos debilitados. Aún no logro comprender el poder de su fe, he escuchado decir que es fanatismo, que es ignorancia pero la decisión de los peregrinos es firme. Saben que deben llegar a la Basílica de Guadalupe, mejor conocida como La Villa.

Infantes, hombres y mujeres, ancianos; no importa la edad, todos lucían con orgullo la imagen de “La Morenita” como muchos la llaman. Fueron oleadas de personas las que inundaban por momentos grandes avenidas, la cantidad de peregrinos a veces sobrepasaba la capacidad de la vista… me quedan estampas y vagos recuerdos de su andar, pero lo que no puedo olvidar es la firmeza con la que caminaban.

Fue sólo un sábado 12 de diciembre…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Texto: Stephanie Salas P. Historiadora por la UNAM. Buscadora de ecos de quien se nos dice no tienen historia. Mujer en infinito movimiento y, ocasionalmente, cazadora de imágenes. 

Fotografías: Karen Salas. Estudiante de Comunicación y periodismo. [Una reseña aún no contada]